Capitulo : 30

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Miro los tenues rayos filtrarse por las cortinas blancas, hace unas semanas termino la decoración de la casa, así que ahora, volvió el vacío pero en otro lugar, que es más frío.

Hoy es sábado, son aproximadamente las siete de la mañana y solo tengo una cosa por decir, la falta de sueño es una mierda.

Me coloco unos pantalones de color gris y un top negro, que cubro con un chaleco del mismo color, bajo a la cocina y me preparo un desayuno rápido.

Una hora después, Will baja corriendo las escaleras mientras se pelea con una mochila en la que trata de meter ropa.

—¿Qué pasa? —Frunzo el ceño, ante tanta desesperación.

—¡Se me olvidó, hoy tengo entrenamiento! —Grita mientas, camina hacia la cocina.

—¿Quieres que te llevé?

—No, ya viene Michael por mí —Justo en ese momento suena el teléfono, es el guardia de Villa Dorada que nos avisa de la llegada de Michael.

—¡Termina de desayunar en el auto! —Grito cuando veo a mi hermano salir corriendo, con un plato de cereal en las manos.

Algo que me parece muy sensato, es que cada vez que alguien nos busca, el guardia de seguridad de Villa Dorada, nos llama para confirmar la entrada de dicha persona.

[...]

El teléfono de la sala suena interrumpiendo mi lectura.

Lo tomo y contestó.

—¿Qué necesitas? —Digo con fastidió.

—Hola Rachel, soy Brook Higgins tal vez no me recuerdes pero... ¿Está Will? —La voz de una chica un tanto nerviosa suena al otro lado de la línea.

—No soy Rachel. Y no, no esta mi hermano, adiós —Estoy por colgar cuando habla de nuevo.

—¡Espera, espera! No cuelgues por favor.

—¿Ahora qué?

—Tú eres Bárbara Baker, ¿cierto?

—¡Qué lista, lo descubriste! —Respondo con sarcasmo.

—¿En verdad eres Bárbara?

—No le digas a nadie —Susurro a modo de secreto —Pero soy su gemela mala.

—Bárbara no tiene una gemela mala, ella es la chica mala —Dice de manera obvia.

—Como sea, te quedan treinta segundos —Miro mi muñeca vacía, y pienso en que debo de comprarme un reloj.

—¡Cinco minutos! Dame cinco minutos es todo lo que pido —Supilca y me veo tentada en negárselos.

—Esta bien te quedan cuatro y cincuenta así que apurate —Termino aceptando al final.

—¿Sabés dónde está Will? Tenemos que hablar de lo que paso ayer —No hace falta que especifiqué, se a que se refiere.

—¿William, mi hermano? Está conociendo al amor de su vida justo ahora.

—¡¿QUÉ?! —Grita alarmada —¡¿Cómo qué al amor de su vida?! El amor de su vida soy... yo —Parece que está a punto de llorar.

Suelto una carcajada.

—¿Es...broma? —Pregunta.

—Claro que lo es, Will está entrenando —Vuelvo a reír.

—Me asustaste, creí que...que era cierto.

—A ver niña, ya te dije que es lo que esta haciendo, ahora no me quites más mi tiempo —Suelto de manera brusca.

—¡Tuvimos sexo y el no me ha buscado!

La chica mala. En Edición Where stories live. Discover now