[CAP 29]

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Rubius

Creí que había entendido porque me había largado furioso de la tienda el día anterior. ¿Es que no me veía que yo no iba a ponerme ni loco una lencería que le recordaba a esa perra?.

Arrugue la nota reduciéndola a una pelotita y me la guarde en el bolsillo.

En un ataque de rabia, lance la caja. Como no me sirvió para calmarme, le clave con saña el cuchillo que todavía empuñaba. Lo hice hasta dolerme el brazo. La caja de cartón llena de trozos de prendas de encaje y seda, pero no me basto. Aun podía verlos, y sabia lo que eran y lo que representaban.

Me levante de un salto y fui directo al armario del cuarto de la limpieza donde guardaban los productos para el hogar. Hurgue en su interior y encontré por fin lo que buscaba "liquido para encendedores".

Después fui corriendo a la cocina, cogí las cerrillas cansado, arrastre la ofensiva caja hasta el camino de entrada, y la rocié con el liquido sin dejar una sola gota en la lata. Encendí una cerilla y la eche en la caja. Cuando se formo una bola de fuego elevándose en el aire, tuve que dar un paso atrás.

Si, sabia que me estaba mostrando un comportamiento irracional y una reacción un tanto psicótica. Pero me daba igual, no pensaba ponerme algo que una puta había elegido sabiendo que era lo que a el le gustaba. Y quería que Samuel viera bien claro que ese regalo me había sentado fatal.

Como dice el dicho, no hay nada pero que un omega despechado.

Le di la espalda a las llamas y me aleje del lugar. Aunque el fuego fuera relativamente pequeño y controlable, en mi mente era gigantesco, con las llamas devorándolo todo a su alrededor, porque Amidala salió al porche con la boca abierta y los ojos sorbitados.

-¿Se encuentra bien, Rubén?- me pregunto asustada.

-¡Oh, estoy perfectamente bien...ahora.

Mientras pasaba por el lado de Amidala y cruzaba el umbral de la mansión, oí el suave runruneo del motor de un coche y me gire para ver quien venia a visitarnos. 

Era Samuel, conduciendo un reluciente coche deportivo hasta creo que pago mas por el que por mi.

Lo aparco volando y salió de el a toda prisa sin preocuparse si quiera de cerrar la portezuela, y luego fue directo a la pequeña hoguera. Primero miro el fuego y luego me miro a mi.

-Tu regalo estaba contaminado- le solté con toda naturalidad, y luego me di vuelta con la barbilla levantada y me aleje del lugar.

Samuel como era de esperar, salió corriendo tras de mi.

-Amidala, ve a buscar el extintor y apaga ese fuego, porque soplandolo no creo que consigas apagarlo- le ordeno.

-Déjalo, Amidala- le grite con voz tediosa, girando ligeramente la cabeza.

-¡Rubén!- grito Samuel, pero yo seguí andando-¡ Rubén! Haz el favor de pararte ahora mismo o juro por Dios que..

-¿Que harás que?- me gire deteniendo mis pasos.

Le vi desconcertado y con la cara lleno de ira. Al apretar los dientes de rabia, se le tensaron los músculos de las mandíbulas, quería soltarme algo como respuesta, pero no se le ocurrió nada.

-Ya me lo esperaba- le di una sonrisa socarrona y luego me di la vuelta y seguí subiendo las escaleras de la entrada ¿Sabes que tienes un problema, Samuel?.

Viste que estaba furioso cuando fuimos a la tiendecita de tu amiga. Y sin embargo, por alguna estúpida razón, creíste que era buena idea pedirle a una beta que tiene cara de cogerte que me enviara la lencería que ella misma eligió ¿Y que se supone que eres un gran magnate de los negocios?. Ja! estúpido.

Me perteneces 💗 [RUBEGUETTA] Where stories live. Discover now