Me perteneces 💗 [RUBEGUETTA]

[CAP 8]

Samuel

A la mañana siguiente me desperté, medio dormido, con la polla dura como piedra metida entre algo cálido y blando. Mi mano rodeaba algo tan suave y precioso, empeze a tocar la hermosa cintura que se llevaba..subi mi tacto hacia sus pezones rosados, deslize el pulgar por su pezón, gozando con la forma en que se puso enhiesto al acariciarlo. Ruben tenia una boca deliciosa, labios rosados, y podia seguir horas y horas acariciando el hermoso cuerpo del omega que estaba recostado al lado mío.

Al levantarme de la cama con pereza, escuche a Ruben gemir cuando me aparte de su lado. Seguia durmiendo profundamente y no se habia dado cuenta de que me echaba de menos. De haber estado despierto estoy seguro de que se habria alegrado de perderme de vista.

Asi que me tendría que ver como un idiota, porque yo, un absoluto desconocido, le estaba obligando a hacer cosas que no quería,pero el habia accedido a este trato. Ademas, habia señales de que seguramente le gustaba que le obligaran a desatar esa bestia que llevaba dentro. Habia visto la expresión de sus ojos mientras le metía la polla en la boca la noche anterior. Le había encantado y yo me alegraba, porque pensaba metersela muchas veces más.

Me dirigí pesadamente al baño y abrí el grifo del agua caliente para llenar el enorme jacuzzi. Era la primera vez que lo usaba desde que los había pillado en el en plena acción.

Yo era principal accionista de la empresa de mi padre. La empresa era el lugar donde la gente podia llevar sus más genuidas ideas y verlas crecer hasta florecer. Mi madre había insistido en que la compañia colaborara en mejorar el mundo, con lo que realizar obras benéficas era tan importante para nosotros como la idea de fomentar el desarrollo.

Hacía casi 6 años que mis padres habian muerto en un accidente de coche, dejandome todo a mí: el dinero, la casa, las acciones de la compañia que mi padre había adquirido. Pero ninguna de estas cosas podía reemplazar su presencia y además no me las merecía en absoluto.

El socio de mi padre, que llevaba jubilado ya tres años, habia entregado todas sus acciones a Frank, su unico hijo. Frank y yo habiamos sido amigos íntimos en la infancia. Al triunfar nuestros padres, no sabiamos quienes eran nuestros verdaderos amigos o solo los apuñalaban por la espalda.

Frank y yo habiamos aprendido de a base de palos que solo podiamos depender el uno del otro. Nos metiamos continuamente en problemas, retandonos para hacer sin siquiera pensarlo las locuras más ridiculas. Pero nuestros padres siempre acababan arreglando nuestros estropicios, no podían permitir que los herederos salieran en las noticias de los periodicos.

Nunca pense en hacerme cargo de la compañia a los 22 años, cuando me acababa de licenciar. Frank en aquella epoca ya empezaba a hacerle sombra a su padre y a aprender los estrijos del negocio. Juntós éramos invencibles y nos convertimos rapidamente en la comidilla del munda empresarial. Al decidir asociarnos, como nuestros padres, ya sabíamos que íbamos a formar un buen equipo.

O al menos eso creímos..

Resulta que Frank nunca estuvo de acuerdo en la cantidad de dinero que la compañia "derrochaba" en obras benéficas. Era un codicioso y creyó que llenar su propio bolsillo era muchísimo más importante que ayudar a los menos afortunados. Pero la beneficencia había sido la pasíon de mi madre, y tambien la de mi padre, por eso yo no daba mi brazo a torcer. Ademas me hacía sentir muy bien corresponderle al mundo de alguna manera.

Hacía cosa de un año que habia volado a Nueva York para tener una cita con una agencia. Al volver me encontré con Frank en el jacuzzi con mi novio Guillermo, con el que llevaba 1 año saliendo.

Para ser mas preciso, le estaba dando por el culo mientras el gritaba: ¡Tu polla es más grande que la de Samuel!

Pero no era verdad. Entré para comprobarlo con mis propios ojos. Ademas aquella época eso no era algo que me preucupara, porque estaba enamorado de Guillermo y Frank lo sabía. O al menos eso creía yo.