Después del Atardecer // Edward Cullen

18

El viernes llego como era esperado con un montón de tarea que entregar y con mis amigos esperando afuera de mi casa para ir a la escuela. Me encantaría decir que termine mi primera semana de clases ya acoplado a los maestros y alumnos, pero sería una mentira. Al contrario, seguía usando la misma chaqueta del primer día de clases, al igual que la bufanda azul que se había vuelto mi mas grande aliada. Tal parecía que los maestros sentían también el deseo por que fuera fin de semana, por lo que nos dejaron un par de resúmenes como tarea. Mientras que la hora de almuerzo pasaba con Gloria y Nick peleando sobre quien ganaría en una batalla, yo apenas podía contenerme la risa.

-Watchmen le ganaría mu fácil a Capitana Marvel, todo el mundo lo sabe Nick. - Gloria tenía algunos argumentos que podían ser válidos, pero no podían funcionar ya que ambos personajes eran de universos diferentes.

-Capitana Marvel es más fuerte que él, además de que puede volar por el espacio. – Nick no iba a dejar la pelea tan fácil, me sentí aliviado de solo observarlos sin tener que dar mi opinión.

-También Watchmen, California deja de reírte esto es algo muy serio. - Hablo Gloria con una sonrisa que se podía notar que le divertía como reaccionaba a aquello. -Por cierto, será mejor que seas bueno en Charadas, por que mi madre ha estado esperando que vinieras para poder jugar.

Las ultimas palabras de Gloria habían salido como un susurro mientras Nick se levantaba por un poco de fruta. No había recordado que el viernes tendría que cenar con la nueva novia de mi padre, aunque no estaba muy entusiasmado por la idea, me agradaba saber que al menos tendría una amiga con quien hablar.

-Lo siento, pero soy un asco en charadas. - conteste con una sonrisa mientras observaba el lugar vacío que había dejado Edward y su familia en la cafetería. Tuve que repetirme varias veces que el lunes tendría que verlo para poder hablar con el con mas calma antes de que las cosas se nos salieran de control.

-De haberlo sabido antes no le hubiera dicho a mi madre que tu y yo seriamos un equipo, tienes que saber que soy muy competitiva en esto. - aunque sabía que hablaba en serio, pero su voz continuaba con una alegría contagiosa.

Nick regresaba con una sonrisa en los labios como si hubiera un chiste extraño el cual yo no estuviera invitado, Gloria pareció notarlo por lo cual también mantenía el ceño fruncido al igual que yo. Algo en mi interior me decía que Nick diría un comentario sarcástico o un mal chiste, cual fuera la razón sabia que lo mejor seria enfocarme de nuevo en mi comida.

-Veo que los hermanos se han vuelto muy cercanos, solo o se olviden de mí.

- ¿Qué dicen California, nos olvidamos de Nick? - Gloria le siguió el juego a nuestro amigo antes de que me volteara a ver antes de que yo supiera que contestar.

-Me parece una gran idea, pero primero debe llevarnos a mi casa.

El día continuo de esa misma manera, monótono, pero con algunas risas entre clases y los profesores pidiéndonos que guardáramos silencio en algunos momentos. Era un alivio saber que podría hacerle más preguntas a Gloria cuando estuviéramos a solas mientras esperábamos que llegaran nuestros padres para cenar. Quería saber que pensaba sobre los gays y al mismo tiempo quería saber mas de los Cullen y algo me decía que no debía creer todo lo que Edward dijera.

Nick tenia cosas que hacer en su casa y reparando la camioneta que ya no olía a comida podrida, dejándonos solo a mi y a Gloria en la casa que parecía tan simple y sin vida. En ese momento quise pintar las paredes de colores verdes y amarillos para que al menos se viera con un poco de vida. Aunque mi nueva amiga ya había ido el día anterior a la casa, era incomodo sentirme sin saber que decir o como empezar la conversación.

-Así que tú y Cullen ¿he? – hablo mientras se sentaba en el suelo de la sala, de manera tan cómoda y con tanta confianza que me resulto difícil comprender lo que quería decir. -No tienes que decirme si no quieres, solo deberías saber que para lo que necesites aquí estoy.

Gloria sabia, no tenían muy entendido como es que lo sabía, pero al menos me sentí aliviado de tener a alguien con quien hablar.

-Es muy obvio ¿cierto? – me deje caer en el suelo de manera dramática como si me hubiera desmayado, mi amiga dejo salir una risa antes de que me diera unas palmadas en la espalda tratando de darme un poco de ánimo.

-La verdad, tu no eras muy obvio, Edward no dejaba de verte en todas las clases y en la hora de comida.

Ese comentario no me hizo sentir nada mejor, al contrario, las mariposas volvían a volar descontroladas y de nuevo quise sentir sus labios contra los míos, lo que hizo que me sonrojara aún más.

-Te gusta. - dijo Gloria

-Demasiado