TERMINADA//2°da parte en mi perfil// ASH DRAGONS//
La vida de Roxane Lestrange nunca ha sido fácil.
Ahora vive con sus tíos en la mansión Malfoy desde que Walburga Black murió.
Va a empezar su segundo año en Hogwarts, ya que estudió en Durmstrang...
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-¿No puedo usar mi escoba?- se quejó Candela mirando con cara de pocos amigos las escobas que habían cogido del pequeño almacén de Hooch.
-¿No sabes volar con escobas normales Jordan? ¿O es que te da miedo quedarte atrás? - dijo Terence para picarla.
-Podría ganarte en una carrera con cualquier escoba, incluso con una Oakshaft 79.
-Entonces podrás apañártelas con una de estás.- sentenció Charlie harto de que los dos discutiesen todo el rato. Y puede que él estuviese más irascible de lo normal, pero no es que se pueda estar muy tranquilo cuándo no sabes si vas a volver o no a su novia. Ni si va a estar bien. Ni si quiera si sigue respirando.
-Charlie, tranquilo. - Tonks tenía una mano puesta en el hombro del pelirrojo. Al parecer, tenía los nervios más a flor de piel de lo que pensaba. - Estoy segura de que Roxane está bien. Ya conoces ese dicho muggle, la mala hierva nunca muere.
Charlie la miró con el ceño fruncido, pero sin quitar del todo una sonrisa de su rostro.
-Vale, lo siento. - añadió ella cabizbaja y riendo por lo bajo.
-¿Nos vamos ya o qué Charlie? - se quejó Terence.
-Al único lugar al que van a ir, señor Kennet, es a sus salas comunes. - Dumbledore se acercó al grupo de jóvenes. Acompañado de Remus.
-Profesor. - exclamaron los cuatro a la vez.
-Parece que querían hacer una excursión nocturna. Señor Weasley, ¿no tendrá esto algo que ver con la conversación que mantuvimos en mi despacho? - Charlie le miró con los labios fruncidos dando a entender que si. Dumbledore suspiró - Kennet, Jordan y Tonks, vuelvan a sus habitaciones, por favor. Remus, ¿podrías acompañarlos? No creo que tú te pierdas por los pasillos. Oh, y que devuelvan las escobas a la señorita Hooch. Mañana los de segundo tienen clase.
-Descuide profesor. - respondió el castaño llevándose al resto y dejando a Charlie a solas con el director.
-Lo lamento profesor.
-No tienes que lamentar nada Charlie. - Dumbledore señaló hacia delante y los dos empezaron a andar en dirección al lago. Charlie se preguntó qué hora sería. La última vez que había visto el reloj había salido a buscar a Crane. Lo cierto es que prefería no recordar ese encuentro.
-Pero profesor...
-Sé perfectamente por qué lo has hecho. - siguió el anciano- Y ya sabes que los actos de amor son los más puros, aunque no siempre los más conscientes.
Siguieron andando en silencio hasta llegar a un árbol al lado del lago. La luna se reflejaba brillante en su superficie. A Charlie le recordó a la noche del cumpleaños de Roxane en la madriguera. Sólo habían podido pasar un verano juntos. Y Charlie había querido invitarla a ir por navidad. Incluso había visto a su madre preparar un gorro con una "R" bordada.
-Tengo noticias de Roxane, Charlie. - el pelirrojo subió la mirada para ver al anciano - Lamenteablemente no te van a gustar. - añadió con un suspiro.
-¿Ella está bien? Quiero decir, ¿está a salvo?
-Sí. Esta...
-No por favor. No me diga dónde. No quiero que tenga más problemas con su familia por esto. Y si para ello necesita separarse de mi... Que así sea. - Dumbledore le miró sorprendido - No quiero hacerla sufrir más.
El anciano volvió la mirada hacia el lago.
-La familia Malfoy siempre ha tenido un carácter muy tradicional además de cierta idea respecto a la sangre...
-Ella no era una Malfoy. - interrumpió Charlie
-Cierto, ella era una Lestrange, pero...
-Pero nada profesor. - sentenció el pelirrojo - Ella no tenía por qué ser como su familia. Por mucho que la hubiesen educado de ese modo, usted, yo y la gente que la conoció de verdad sabemos que ella no es para nada como el resto de su familia. Y su apellido, o la gente que la ha criado no definen su forma de ser. Y ahora si me disculpa, profesor, creo que debería irme a la cama. Mañana tengo clase. - se giró y empezó a andar hacia el castillo. Al dar dos pasos volvió al lado del anciano - Buenas noches profesor.
Dumbledore le miró sobre sus gafas, hizo un asentimiento con la cabeza y devolvió una vez más su vista al lago.
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Cuando se encontró un poco mejor, Roxane decidió dar un paseo por la casa. Atenta para aprovechar cualquier oportunidad de impedir el viaje o la boda con Trystan. O ambas cosas.
Para su sorpresa, Snape estaba en la pequeña reunión de mortífagos.
-Hola profesor. - saludó al cruzarse con él en uno de los pasillos del piso de arriba.
-Señorita Lestrange. Me alegra verla. En el colegio sus amigos han estado preguntando bastante por usted. Parece que es más popular de lo que piensa.
La mano de Roxane se fue a su pulsera. La misma que le había regalado Charlie la primera navidad que habían pasado juntos.
-Por todos los hipogrifos.- exclamó en un susurro y salió corriendo por el pasillo - Adiós Severus.
Al llegar a la habitación de Skandar le sorprendió verle a él y a Trystan tumbados en la cama leyendo un libro. Los miró con una ceja alzada desde la puerta, y cuando la vieron, cada uno se puso de pie a un lado de la cama rápidamente.
-¿Sabéis qué? No quiero saber nada.
-En verdad... - comenzó Trystan.
-He dicho que no quiero saber nada. - le cortó ella levantando un dedo para interrumpirle - Skandar necesito tinta y un pergamino.
-En el escritorio. - señaló el castaño.
-Gracias.
Trystan se acercó sonriendo.
-Con que... ¿es el cumpleaños del bebito Weasley? ¿Qué le vas a escribir, una tarjeta de felicidades? Podrás mandársela cuando lleguemos a Durmstrang. Si te dejan, claro.
-¿Skandar, podrías decirle a tu amiguito que se calle? ¿O que se meta en tu cabeza y deje la mía en paz?- murmuró la pelinegra mientras buscaba una pluma en los cajones del escritorio.
-Trystan...- le riñó el castaño.
Cuando dejaron de hablar, Roxane dedujo que habían pasado al maravilloso arte de la legeremencia. Lo cual era mejor para ella. Necesitaba concentrarse en lo que iba a escribir.
-De acuerdo. Pues sigue leyendo, está interesante este Ander y Header.
-Hansel y Gretel. - le corrigió Skandar.
-Lo que sea. - murmuró volviendo a tumbarse.
Roxane empezó a mirar el pergamino sin saber qué escribir. ¿Cómo podía hablar con Charlie para que solo él entendiera lo que quería decirle? Tampoco podía arriesgarse. Empezó a escribir. Intentando que no se notase ni su letra ni de quien o para quien era la carta.
Trystan se levantó rápidamente de la cama.
-Roxane...
La puerta se abrió.
-Roxane. - la llamó su tía.
La pelinegra se giró a mirarla.
-¿Que ocurr...?
-Obliviate. - pronunció la rubia con un aireo de varita.
