TERMINADA//2°da parte en mi perfil// ASH DRAGONS//
La vida de Roxane Lestrange nunca ha sido fácil.
Ahora vive con sus tíos en la mansión Malfoy desde que Walburga Black murió.
Va a empezar su segundo año en Hogwarts, ya que estudió en Durmstrang...
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Los pasos hacia el castillo eran cada vez, más y más apresurados.
Ira.
Mientras caminaba pensaba qué hechizo usaría con Reyna.
Podría lanzarle un crucio hasta que olvidase quien es, u obligarla a hacer cosas horribles. Solo quería verla sufrir.
Entré al castillo, pero al doblar una esquina caí al suelo de culo tras chocarme con alguien.
-Tranqui Lestrange.
Esa voz. La voz que llevaba días esquivando. La voz que ya no pronunciaba mi nombre. La dulce voz del pelirrojo.
-Piérdete Weasley. - dije levantándome sin siquiera mirarle.
-Pareces enfadada.
-Estoy enfadada. - empecé a andar por el pasillo seguida muy de cerca por Weasley.
-¿Buscas a alguien?- preguntó curioso.
-No es asunto tuyo. - solo quería que me dejase en paz.
-Oh, vamos Lestrange. Me aburro. Terence está con Reyna por ahí y no tengo nada que hacer. - dijo quejándose como un niño pequeño.
-¿Dónde?- pregunté girando bruscamente y agarrándole de la túnica.
-No creo que sea buena idea decírtelo. - Charlie quitó mi agarré suavemente - ¿A por quién vas? - preguntó de brazos cruzados.
-Te he dicho que no es asunto tuyo Weasley.
-Terence me ha hablado de ti. - soltó el pelirrojo como si nada.
Claro, para él no es nada.
-¿Y qué te ha dicho? - no estaba segura de querer escuchar.
-Que por tu culpa estuve en la enfermería. Sólo quería preguntarte, yo no me acuerdo. No recuerdo nada de ese día. Sólo despertarme en la enfermería. - un pequeño dolor asomó en mi pecho. Intenté ignorarlo, pero al hacerlo su presencia era más grande.
-¿Y te ha dicho algo más el idiota de tu amiguito Kannet? - dije nerviosa mientras echaba a andar por el pasillo de nuevo.
-Poca cosa. El caso es que quería saberlo.-dijo encogiéndose de hombros.
-¿El qué?- pregunté.
-Si habías sido tú.
-¿Y? Explícate mejor Weasley. - me exasperé.
-Es que haces demasiadas preguntas Lestrange. - se quejó. Me giré a verle. Aún se podía notar la herida en el labio y unos pequeños moratones en la ceja.
-Lo que tú digas. Ahora déjame Weasley.
-Tranqui. He quedado con Dora.
Mis pasos se hicieron más lentos. Me dolía que Charlie se fuese con otra. Aunque nunca lo admitiría.
-¿Nymphadora? - pregunté.
Por qué narggles sigo hablando de ella. Eres estúpida Roxane.
-Sí. - dijo sonriendo- Pero antes de irme quiero asegurarme de que no matas a Terence.
-Mejor será que te vayas con Dorita. - le paré con una mano en el pecho y le coloqué el pelo antes de empujarle hacia otro pasillo- No la hagas esperar. - grité alejándome rápido.
Cuando dejé al pelirrojo lo suficientemente atrás, volví a andar normal. Tenía que seguir buscando a Reyna y Terence.
Una voz en un pasillo cercano me paró los pies.
-¡Rox! ¡Para! - Skandar venía corriendo por un pasillo con unos rasguños en la cara y en la ropa.
-Skandar.- susurré antes de echar a correr.
Me metí en la primera sala que encontré.
Casualmente, el salón de encantamientos.
Casualmente, donde estaban Reyna y Terence.
-Hola Roxane. ¿Qué haces aquí? -dijo Reyna sonriendo. Terence estaba más incómodo con mi presencia.
-Buena pregunta. - dije sonriendo con malicia mientras cerraba la puerta con cerrojo -Verás, he venido porque me he enterado de una cosa horrible ¿sabes?
Terence me miraba confuso mientras que Reyna empezaba a ponerse nerviosa.
-Roxane, yo...- empezó Reyna.
-¡No!- interrumpí - Ni se te ocurra excusarte. Sabes perfectamente lo que has hecho. Y sabes perfectamente qué te va a pasar. - una cruel y macabra sonrisa asomó en mi rostro.
-Estás loca Lestrange. - dijo Terence poniendo a Reyna detrás de él y sacando su varita del bolsillo.
-Gracias Kannet. - dije antes de soltar una carcajada algo siniestra - Desmaius. - el hechizo rebotó en el pecho de Terence haciéndole caer redondo al suelo.
-¡Para Roxane! - grito Reyna - Sabes perfectamente por qué lo hice. Él es diferente a nosotros y tú no puedes estar con él. ¿No te das cuenta? Tú siempre lo has dicho. Nosotros no tenemos elección.
Las dos nos quedamos en silencio. Cara a cara. Sin apartar la varita del frente.
-Ni el mortífago más cruel hubiese hecho lo que tú has hecho. - dije seria. Una energía corría por mi piel.
-Mi destino es ser así Roxane. Y el tuyo también. - dijo intentando convencerme.
Dos pensamientos chocaban dentro de mi cabeza.
Dos opciones.
Dos destinos.
-Es diferente Reyna. Yo tenía que apartarme de él por mi misma. Tú no tenias que meterte. ¡Por tu culpa pudo haber...!
-¿Muerto?-preguntó sonriendo- ¿Y cual piensas que era la idea? - añadió riendo -Si no le hubieses encontrado ahora mismo habría un traidor a la sangre menos.
La rabia que llevaba dentro no aguantó más y los hechizos empezaron a volar por la habitación.
Chispas rojas y azules saltaban por todas partes. Hechizo y contrarahechizos de un lado a otro constantemente.
La puerta del salón se abrió con una explosión y Skandar entró sin que ninguna de las dos le viese.
Los hechizos seguían haciendo su baile cuando una expresión de horror se vio en la cara de Reyna.
Una maldición desviada había impactado en el pecho de Skandar.
Una maldición que yo había desviado.
Solté mi varita y me acerqué a Skandar.
La luz que había en sus ojos normalmente se había apagado.
Su cuerpo no se movía.
-Está muerto.- susurré poniendo una mano encima de su pecho. Las lágrimas no dudaron en salir. Y yo no me esforcé en ocultarlas.
-Ha sido por tu culpa.- Reyna seguía de pie detrás de mi. Me apuntaba con su varita mientras las lágrimas también caían por su rostro - Le has matado.
-Reyna, yo... - no pude seguir, las palabras no salían de mi boca.
-Mereces morir. - dijo Reyna completamente llorando.
