24. R.L.

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El día que acababan las vacaciones y los alumnos volvían a Hogwarts era un caos total. Los estudiantes se volvían locos entrando de nuevo por las puertas para ver a sus compañeros.

Motivo de más para quedarme en la enfermería todo el día. Allí nadie me molestaría.

Pasaba el rato sentada al lado de Skandar, leyendo mis nuevos libros, o a veces contándole cosas.

Aunque no me respondiera necesitaba contarle las cosas a alguien, y así desahogarme.

Era reconfortante liberar los pensamientos de vez en cuando. Dejar de lado las preocupaciones y no centrarse en nada.

Ultimamente pasaba más tiempo aquí que en cualquier lado, con un presentimiento de que en el momento menos esperado el moreno abriese los ojos y sonriera.

Y necesitaba estar ahí cuando despertase.

Charlie a veces venia a verme en las horas en las que todo el mundo estaba ocupado haciendo algo.

Lo nuestro fuese lo que fuese era secreto, así que teníamos que ser muy discretos para que nadie supiese más de lo necesario.

Las puertas de la enfermería se abrieron. No me giré a ver quien era, pero la voz que oí hizo que los pelos de la nuca se me pusiesen de punta y que un siniestro escalofrío corriese por mi piel.

-Sigues aquí. - dijo al verme.

No levanté la mirada del libro. Tampoco contesté. No estaba de humor para discutir con nadie.

Al ver que no la respondía, Reyna se sentó a los pies de la cama de Skandar, echando un melancólico vistazo al moreno.

-Le he echado mucho de menos. - dijo acariciando su mano. La miré por encima de las páginas del libro - Hasta que despierte todo será extraño.

Cerré el libro y lo puse a un lado. Crucé mis brazos y miré a la rubia.

-¿A qué has venido?- dije con voz firme.

Reyna me miró cabizbaja.

-Por extraño que suene viniendo de mi, vengo a pedirte... - tragó saliva - perdón. - La pelinegra la miró elevando una ceja. Que Reyna pidiese perdón era más difícil que encontrar un Colacuerno pacífico.

-¿Me estás vacilando?- pregunté.

La expresión de Reyna estaba colmada por el arrepentimiento.

Me acerqué a ella y la miré a los ojos. Si son el espejo del alma, podría ver si en el fondo sigue siendo la Reyna de siempre o si estaba completamente en desacuerdo con lo de Charlie.

-Lo siento Roxane.- dijo. Parecía sincero, en sus ojos se veía el reflejo de la luz de la ventana. Tenía una fina capa de lagrimal que luchaba por mi caer.

𝕋ℍ𝔼 𝕃𝔸𝕊𝕋 𝔻ℝ𝔸𝔾𝕆ℕ //Charlie Weasley//✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora