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036: El nuevo maldito partido
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—¡Joder, no puedo creer que ya se vallan!

Papá llevaba así, gritando y murmurando cosas desde el amanecer. Ya habíamos pasado la semana que estaríamos aquí, y debíamos irnos. Estaba segura de que papá no dudaría en pedirme que lo pensara mejor; que podría quedarme más tiempo acá con el. La verdad no lo pensé demasiado, adoraba estar en Tennessee. El olor a campo, la libertad y La Paz que tenemos acá es impresionante. Pero jamás llegaría a la altura de mi hogar.

No hay nada que se compare con mi casa y eso papá jamás lo entendería.

Aarón y yo habíamos estado juntos todo este tiempo, disfrutamos la visita al máximo. Nos distrajimos de todo, y cuando me refiero de todo hablo de todo. Sin embargo, no sucedió eso que tanto esperaba, no es como si quisiera tirarme a sus brazos tan pronto se me diera la oportunidad, pero la tensión acumulada ya estaba empezando a ser estresante. Theo y yo concordamos en mantener el contacto. Necesitaba estar al tanto de todas las locuras de papá ya que no quería seguir distanciándome. Karen resultó ser una mujer muy buena y aunque compite mucho por verse mejor que mamá, es buena para el. Extrañaría los caballos y todo lo que acá tienen, son el tipo de cosas que Virginem no te ofrece.

La ciudad siempre fue de mi agrado, por eso cuando baje del avión la sonrisa que monte podía ser más grande que el cielo. Aarón también en el fondo estaba feliz de regresar, aunque tan pronto llegó su celular no tardo en estallar en llamadas. Al parecer, estuvo hablando con su padre. Reconsiderando sus opciones; sabía que no tardaría mucho. Aarón podrá ser muchas cosas, pero no es tonto. Sabía que tener a Stuart de su lado le convenía, más si le financiaban los estudios. Que, aunque ha trabajado bastante para obtener algo de dinero y costearlos, sigue manteniendo su pensar en que no puede solo y que necesita un ingreso más fuerte. Tampoco es como si le discutiese, al final es su decisión y su vida; puede hacer lo que quiera. Yo por mi parte, lo primero que hice en llegar fue verme con Ashton. No había parado de llamarme desde que me fui, Lightwood tamp0co estaba muy feliz por eso la verdad. Jonathan vino detrás, me enteré que los días que estuve lejos Ashton se quedó en casa a hacerle compañía mientras mamá viajaba. También me enteré de que Amara ha estado quedándose mucho en casa de unas amigas de la secundaria, algo que también debería de investigar. Mar y Malcom ambos han estado algo distantes y aunque aún hablo de vez en cuando con Marilyn, Malcom ha estado muy desaparecido. Solo se de él por sus estados de Instagram y sus actualizaciones en Facebook. Ha estado acudiendo a muchas fiestas; según Mar lo hace para distraerse, solar todo lo que tiene por dentro. Aunque, siendo honesta no creo que se trate solo de eso.

El abrazo cálido de Jonathan cuando llegue no me extraño. Normalmente somos muy fríos el uno con el otro, pero cuando se trata de momentos como estos ambos nos volvemos ancianas repletas de amor. Zack también me recibió, me contó que ha estado viéndose con una chica y que está pensando en invitarla a salir. Me alegre por el, no necesitaba que continuara comportándose como un idiota conmigo por nada.

Sobre los mensajes misteriosos, han continuado y esta vez peor. Eran algunos tipo "¿Tennessee? Vaya, si crees que así te librarás de mi ni lo sueñes". "Sonreír viendo un caballo jamás se te sentó tan lindo". "Pronto llegará tu momento, Jenna".

Pero el que más me había asustado era el último que recibí ayer.

"Pronto nos veremos de nuevo, nena".

No le había comentado a nadie de los mensajes, pero sin duda me tenían algo paranoica. Había empezado a preocuparme cada que salía, sentía que alguien me estaba vigilando, y no tenía ni idea de quién podía ser.

—¡Jenna Kennedy!

Reí volteándome mientras cerraba mi casillero. Los chicos del equipo estaban insoportables, más que insoportables. ¿Y todo? Gracias a un jodido partido que viene en camino.

Liam llevaba desde que llegue gruñendo porque jugaríamos en contra de las Aguilas de Malibu Bull, Luke también estaba igual o peor que él, se había leído catorce libros en menos de dos días para calmar los nervios. Ashton estaba como si nada estuviese sucediendo, para el era como un partido cualquiera; pero sin dudarlo había una persona que estaba peor que ellos.

Jonathan estaba completamente insoportable, no había un solo momento en donde no me irritara. Y eso, tenía que ver con que Blake estuviese detrás de mi todo el santo día.

—Blake West Freeman —respondí de la misma manera que él, Blake sonrió recostándose del casillero del lado.

—Estaba esperando para ver si el entrenador te ha mencionado algo del partido que tendremos, estaba pensando en que podíamos añadir nuevas jugadas y...

—Blake —llame apretando la mandíbula, cerré el casillero de golpe llamando su atención—. El tema del partido me tiene completamente harta. Y si tienes alguna pregunta puedes preguntarle directamente a Jonathan.

—¿Que le hiciste a Sunshine? —Bryce apareció detrás de Blake sonriendo, junto a él los gemelos.

—Que me tienen harta —suspiré cruzándome de brazos.

—Por favor Kennedy, adoras que te hablemos de baloncesto; es como nuestra manera de hacerte sentir especial —añadió Liam riendo.

—¿Que hacen todos en el pasillo? Están obstruyendo el camino —bufo Luke cerrando su libro.

—Si el entrenador se entera de que todos estamos así de nerviosos nos pateara el trasero lejos del partido —se unió Ashton acomodándose a mi lado.

—Estaremos bien, el partido irá genial.

El silencio reinó cuando la voz de Aarón se unió detrás de los demás. Bryce y los gemelos hicieron un gesto y en menos de dos segundos salieron de mi vista. Ashton a mi lado soltó una risa haciéndome soltar una sonrisa.

—¿Listos para el entrenamiento de hoy? —preguntó recostándose de mi lado.

—Si, estamos listos para lo que venga —ánimo Blake sonriente.

—Bueno, pues estén listos muy lejos de mi. Mi cabeza no aguanta más conversaciones de baloncesto; me voy a volver loca.

—Dramática —río Ashton.

La campana sonó haciendo que poco a poco los chicos salieran del pasillo y se dispersaran por la secundaria.

Salté en mi lugar cuando escuché mi teléfono resonar con una notificación nueva. Solté un suspire pegando el aparato a mi pecho. Mis ojos viajaron a la pantalla, tenía un mensaje nuevo.

"El día del partido, ese día nos veremos, nena".

Three Point Shot | Libro I |  ✓. Where stories live. Discover now