CAPÍTULO 11: La película

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STEVEN

Estoy en la estancia, haciendo mi tarea de historia, yo solo. Me detengo un poco para descansar, ya que he estado 2 horas pegado a ese horrible objeto llamado: “libro de historia universal”. Saco mi celular, me pongo los audífonos, y reproduzco todo el álbum de Night Visions de Imagine Dragons. Me recargo en el respaldo del sofá, y empiezo a ver a mi alrededor. Miro a unos chicos jugando futbolito, gritando, celebrando y diciendo “gooool” al unísono, tal como en un partido real de soccer, solo que sin gritar groserías y sin las animadoras. En una esquina, están unas chicas conversando, y riéndose, no como idiotas, pero sí bastante mal y ridículo. Prendo el televisor, y le cambio a The Tomorrow People, pero antes, me quito los audífonos. Pongo los pies encima de la mesita, a un lado de mis libros y mi mochila. A un lado del sofá de donde estoy, hay un área con varias mesas, ya que hay un pequeño restaurante ahí, solo que sin meseros, solamente vas, pides lo que quieres, te lo entregan, te lo llevas y te vuelves a sentar, simple. En fin, hay unos chicos, o mas bien, dos chicos y una chica, comiendo en esa mesa. El primer chico es rubio, viste con unos jeans y una camisa azul, remangada hasta los codos. Él come una hamburguesa, no puedo ver de qué es, ya está demasiado lejos. El segundo chico, es de pelo negro, un poco despeinado, pero no descuidado. Él viste con unos jeans rotos, de unas partes de una pierna, además viste con una playera blanca y una chaqueta de cuero. Él come palomitas, y se nota que tiene mantequilla extra. La chica es rubia, y viste con un traje deportivo de color rojo, y que le sienta demasiado bien «Okay, bájale a las hormonas, Steven», el punto, ella come un rebanada de pastel de Snickers, de esos que son completamente de chocolate. Se me antoja demasiado lo que ellos comen, pero me da mucha flojera levantarme, pedir alguna de esas cosas, y gastar energías. Me quedo ahí sentado, en el sofá, viendo la televisión, de repente, alguien me cubre los ojos, la persona, huele a perfume de Victoria's Secret y a chocolate. Retiro las manos de mi rostro, y volteo. Es Debbie, creo que está de buen humor hoy.

—Hola —dice con una gran sonrisa.

—Wow, vienes de muy buen humor, ¿no es así? —digo y ella asiente con la cabeza.

—Sip —dice y sienta a mi lado.

«Esto es extraño, los aliens se han llevado a Debbie y la devolvieron extraña y aterradora».

Ella saca el libro de la misma materia que yo, y lo pone a un lado de mi libro. Luego ella me mira fijamente y me sonríe, dejando al descubierto esos perfectos hoyuelos que tiene, y esa dentadura tan blanca.

«Ya apareció el peine».

—¿Vienes para copiarme la tarea, no? —pregunto torciendo un poco la boca.

Ella vuelve a asentir.

Suelto un suspiro y señalo el libro, como diciéndole “adelante”. Debbie inmediatamente agarra el libro y empieza a ver mis respuestas para poder copiar de ellas. En eso, llega Logan, como siempre, viste con una camisa azul, remangada hasta poco menos de los codos y desfajada, unos jeans, y unos tenis, ya sean Adidas o Nike. Él viene, con una expresión en su rostro, poco común, como una expresión de estar harto o cansado. Se sienta con nosotros y da un suspiro.

—¿Qué te pasa? —pregunta Debbie, dejando a un lado la libreta.

—Es que... quiero invitar a salir a Jade, pero creo que es muy pronto, ya que, solo llevo unas cuantas semanas conociéndola —responde él.

—Awww —responde Debbie.

—A Logan le gusta Jade, a Logan le gusta Jade —canturreo.

Él me lanza una mirada asesina y yo le sonrío.

Tú serás mía [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora