CAPÍTULO 21: Que el juego comience

79 4 0
                                    

DEBBIE

Escucho vagamente el sonido de la alarma. Abro los ojos poco a poco hasta lograr despertarme por completo, dándome cuenta de que Ginger está durmiendo a mi lado como si fuera un oso en invierno. Ella se despierta y viene hacia mí. Le acaricio con delicadeza y se acerca a mi estómago como si fuese una almohada; me hace sentir acolchonada. Me quedo unos cuantos minutos viendo el techo, pensando y pensando.

Han pasado 8 días desde aquella cita que tuvimos Steven y yo. Él se porta conmigo cada vez más distante; no llega al extremo de no saludarme o reconocerme en público, pero... ha dejado de portarse conmigo como antes. Ya casi no me habla; no me ha vuelto a pedir estudiar con él o hacer la tarea; no me ha pedido de nuevo más notas de historia, lo cual sucedía muy seguido; y ahora apenas y lo veo rondando por la escuela, parece como si me estuviera evitando. Lo siento un poco más distraído conmigo o con Sam —considerando que es su mejor amiga—, como si se dijera a sí mismo que tiene otros asuntos más importantes que atender, como si le valiera madres todo el mundo excepto él y solo él. Y mientras van pasando los días, me sigo preguntando qué habría pasado si no hubiera sido tan dura con él; y cada vez que me hago esa pregunta, surgen un montón de respuestas.

Volteo a ver al frente. De pronto, veo que Sam está despertando. Ella se queja, haciendo un ruido parecido al de Chewbacca... Es extraño. Después de eso, ella voltea su cuerpo hacia la derecha y se cae al suelo, lográndose golpear el hombro y el rostro. Sam se queda en el suelo y empieza a tararear una canción, que en seguida se pone a cantarla.

—Si ven una piña debajo del mar, Bob Es-pon-ja. Su cuerpo absorbe y sin estallar, Bob Es-pon-ja. El mejor amigo que podrías desear, Bob Es-pon-ja. Y como a un pez le es fácil flotar, Bob Es-pon-ja...

—¡Sam, cá-lla-te! —gruñe Lucy y le avienta una pequeña almohada en forma de corazón.

Sam se queja y vuelve a gruñir como Chewbacca.

—¿Cuánto falta para el viernes? —dice Sam.

—2 días —respondo.

—¡Demonios!

***

STEVEN

Lo prometido es deuda, ¡y lo he cumplido!

Casey y yo empezamos a salir falsamente desde ayer, y hoy es el día en el que se las presentaré a mis amigos cuando sea la hora del almuerzo. Ya me estoy imaginando la cara de todos y cada uno de ellos: Tyler con cara de pervertido, observando como tarado a Casey; Sam con cara de enojo, lanzándonos una mirada asesina a nosotros; Lily con expresión indiferente; y Debbie con expresión de incomodidad, frunciendo los labios al no querer decir nada al respecto. Tal vez los demás (como Simon, Jade y Noah) se sumen a esa lista, adquiriendo cualquiera de esas expresiones en sus rostros. He pensado mucho acerca del asunto, y he llegado a la conclusión de que esto será muy divertido. Lo único malo es que tendré que actuar lo suficientemente convincente para que todos lo crean, como si fuera un joven actor queriéndose ganar un Oscar... Bueno, tal vez no.

El punto es que esto será divertido; y convencí a Casey de que pensara lo mismo, y lo hizo. Ahora, cada vez que damos una especie de recorrido por la escuela, no puede evitar morirse de la risa, ni yo tampoco.

Cuando pasamos entre varias personas, se nos quedan viendo como si fuéramos bichos raros; lo cual se nos hace muy incómodo. Y aprovechando que estamos en la mira de todos, siempre le tomo a Casey de la mano o la abrazo con fuerza. Gracias a eso, nos sentimos acosados de todas formas. Ella dice que a pesar de no estar acostumbrada a estar en boca de todos, hará lo posible por no verse tan afectada.

Tú serás mía [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora