CAPÍTULO 28: La fiesta de Tyler.

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DEBBIE

Ya por fin es sábado y hoy es el cumpleaños de Tyler. Son las 8 de la mañana y Sam acaba de despertarme para sorprenderlo en su habitación. Aún estoy en pijama, así que me pongo mis pantuflas para no ensuciar mis calcetines. Lucy agarra una liga que está en el tocador y se hace una coleta alta de manera rápida, sin importarle que no haya quedado tan bien hecha.

Las tres nos dirigimos hacia el edificio de los chicos y nos escabullimos por la entrada sin que nadie nos vea. Vemos a uno que otro chico a lo largo del pasillo, pero aun así seguimos. Subimos por las escaleras para llegar al tercer piso. Caminamos con cuidado hasta llegar a donde está su habitación. Sam se acerca lentamente y posa su mano en la perilla. Voltea ligeramente la cabeza hacia nosotras y dice "shh" en voz baja.

De pronto, abre la puerta y gritamos de la manera más escandalosa posible, como para despertar a todos los que están en el edificio. Tyler y Simon se despiertan de golpe y gritan por el susto. Al principio, se muestran agitados pero luego empiezan a reírse —pero más Tyler—.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS, TYLER! —gritamos al unísono y él sonríe.

Corremos hacia él y lo abrazamos las tres juntas.

—Gracias, chicas, en serio. Son las mejores —dice él.

En cuanto nos apartamos de Tyler, Simon camina hacia él y lo abraza.

—Y bueno, ¿a qué hora será la gran fiesta? —pregunta Lucy emocionada.

—A las 8:00 pm. ¡Será algo enorme! —exclama, agitando los brazos.

Nosotras ahogamos un grito de alegría y Sam salta de felicidad, de manera infantil.

—¡Mierda! Solo tenemos 12 horas para arreglarnos. ¡No nos va a alcanzar el tiempo! —chilla Sam.

—Tranquila, tienes todo el tiempo del mundo —dice Simon con una sonrisa.

Sam deja salir una risotada ronca y aterradora.

—¡Por supuesto que no! Debo de planear lo que me pondré en la noche, sin que me vea muy formal, pero tampoco muy informal; revisar todos los tonos de maquillaje que tengo y ver cuál me conviene, dependiendo de qué tan oscuro o iluminado estará el lugar; tengo que encontrar los tacones perfectos, eligiéndolos en cuanto al color, tipo de tacón, material del que está hecho, y la comodidad; después deberé depilarme las cejas porque están hechas un maldito desastre; y por último, probar cada uno de los labiales para ver cuál me queda mejor con mi atuendo, si es con brillo o no, de color fuerte o natural, o de mucha o poca durabilidad.

Tyler y Simon abren la boca, sorprendidos.

—Vaya, con nosotros solamente es un baño, una camisa, unos jeans, cualquier par de zapatos, colonia y un buen peinado —comenta Tyler.

—Porque ustedes son chicos, no les importa tanto su imagen; a excepción de algunos cuantos —digo.

Tyler lanza una risa y se deja caer de espaldas en el sofá.

—Y bueno, chicas, ¿qué le van a regalar a este sexy chico que están viendo? —dice, quizás sin bromear.

—¿Simon? —interviene Sam.

Él ríe un poco y se frota el cabello.

—Ja, ja, ja, qué graciosas —replica Tyler.

Nosotras nos reímos.

—Los regalos son una sorpresa.

—Dénme una pista —nos pide.

—¡No! —espetamos.

Tú serás mía [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora