XXXVII.

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–¿Qué? - es lo único que pronuncian sus labios.
–¿Cómo lo encontraste?

–En realidad el lo hizo.

–¿Hablaron?

–No mucho, la verdad sentí un gran dolor oprimiendo todo mi pecho.

–Pero... Era tu sueño conocerlo.

–Cuando era una niña padre, ahora es diferente.

–¿Diferente en que manera?

–El es un hombre muy importante, con respondabilidades, dinero y justo ahora le aparece una hija. No creo que le importe.

–¿Estas segura? - me quedo en silencio mirando al basio sin respuesta alguna.

¡Summer! - grita alguien al fondo del lugar, esquivo un poco el hombro del padre jusong observando al hermanita Ma-ri detrás.

–Hola. - saludo con respeto en una mini reverencia.

–Muchacha, ¿Cómo es que llegaste aquí? Pensé que nos habías olvidado.

–¡Por favor no empiecen, si! - sonrío gratamente.

–También te extrañe mucho. - dictó guiñando un ojo.

¡Tú! No has cambiado nada.

–Ha diferencia de ti a mi no me pasan los años. - palpeo mis mejillas recibiendo una maldición por parte contraria.

–Dios perdóname. - junta sus manos y pide al cielo.
–Pero esta mujer me saca de quicio. - suelto una carcajada.

–Ven vamos, tienes que descansar un poco, debes de estar agotada. - muevo mi cabeza en respuesta y forma de despedida a Ma-ri. El lugar no ha cambiado mucho, sigue igual a como lo deje hace meses.

–¿Por qué aún no han quitados esas fotos? - me detengo en el mural observando cuán cantidad de imágenes de mi hay, cada año, cada evento especial el cura saca su costosa cámara y empieza a grabar, capturar todas las imágenes posibles. Cuando cumplí mi primer año me realizaron una pequeña fiesta entre los mismos y desde ese instante nacen las fotografías en esta vieja casa, al caerce mi primer diente, cuando me gradué de la preparatoria y la universidad, literalmente hay muchas cubriendo una pared completa.

–He, sabes que no podemos Summer, es la luz que brilla en esta aburrida cuatro paredes. Además nunca te voy hacer caso.

–Lo sé pero nada pierdo con intentarlo. ¡El que percebera alcanza!

–Cansancio... - hago pucheros al recibir esa respuesta, el contrario pincha mis mejillas sonriendo con sus ojos cerrados. El mayor pasa su brazo por encima de mis hombros y seguimos caminando hasta mi cuarto. Al darme de frente con el pequeño lugar los recuerdos caen uno a uno, con pasos lentos me dirijo hacia mi alcoba y dejo caer mi cuerpo de lleno en tan suaves cobijas.

–Hija debes de tomar reposo y tranquilidad, mañana hablamos sobre tu padre con más calma. - con mi cabeza clavada en la almohada hago un quejido negandome a la propuesta.
–Quieras o no tienes que hacerlo. - y así suena al final el portazo de la puerta al salir.

***

Tengo al rededor de cinco minutos de haber llegado a Busan y créanme cuando les digo que estoy perdido, no tengo ningún indicio por donde empezar y preocupa. "Padre Jusong" ese es el único nombre y pista que tengo hasta el momento, solo se me ocurre buscar algún tipo de parroquia  o lugar religioso donde pueda preguntar por el paradero de ese católico. Con el morral en mis hombros empiezo a caminar hacia una tienda por comida, no le he ingresado algún tipo de alimento a mi estómago y eso está representando gruñidos y dolor por no hacerlo. Después de hacer lo planeado llego hasta el  centro de la ciudad sin conclusión a mi misión, reposando debajo de un árbol comienzo a recordar la imagen de Summer redactando su estado de huerfandad y soledad a los cuatro vientos, una opresión en mi pecho sintiendo como el corazón de mi amada se parte en dos. Al frente una anciana con unas cuantas bolsas de compras fuerza la acción de llevarlas en sus manos fallando después de varios intentos, rápidamente corro a auxiliarla recibiendo una sonrisa a cambio por la mayor.

–Gracias joven.

–No es nada Ajunma, ¿vive muy lejos?

–Para nada, en unas cuantas calles a la derecha.

–Entonces la acompaño hasta su morada.

–Que muchacho tan lindo y educado. - sonrío recibiendo un pinchazo en mi mejilla.

–¿Eres nuevo en Busan?

–¿Se me nota mucho?

–Te encuentras muy desorientado, además tu acento es capitalino.

–Si señora no se equivoca.

–¿Qué te trae por aquí?

–Estoy en busca de la mujer de mi vida.

–Oh entiendo.

–Pero no sé cómo encontrarla, sólo conozco el nombre de su tutor.

–¿Puedo saber quién es?

–Su nombre es Jusong es un cura. - al parecer el nombre le fue conocido a la anciana por que frunce su ceño.

–No estoy muy segura pero creo haber conocido en su momento un pequeño hogar religioso quien lo habitaba unas cuantas monjas y un padre pero no sé, de la noche a la mañana cerró sus puertas y no la han abierto más.

–¿Sabe dónde es?

–Creo saberlo.

–¿Podría llevarme allí si no es mucha molestia?

–Claro pero primero debemos llegar a mi casa y dejar las compras. - muevo la cabeza en respuesta. Bueno ahora siento que avanzo, caminando con un poco más de prisa encontrando la recidencia  de la mayor. Dentro de ella el olor a comida extremece de nuevo mi estómago llamando la atención de la anciana, con un poco de vergüenza la miro con una sonrisa.

–Si no tienes muchas prisa podrías comerte un plato de Ramen con kimchi y una soda.

–Si señora. - mientras el contrario se aleja a lo que supongo y será la cocina al instante escucho un grito alertando mis sistemas. Rápidamente volteo observando a una joven con las manos en la mejilla.

–Micy, ¿Que pasa? ¿Estas bien? ¿Que son esos gritos?

–Abu, el angel más hermoso de mi vida está frente a mis ojos.

–¿Qué?

–El es Cha Eunwoo oppa miembro de mi grupo favorito de Kpop Astro. - abro los ojos como platos llegando a la conclusión de tanta exaltación.

–Ya me decía yo que tu rostro me era muy conocido, esta niña aqui tiene muchos postes tuyos y otros chicos. - sonrío gratamente dando una mini reverencia en gratitud.

–Muchas gracias por seguirnos.

–¿Que haces aquí en mi casa?

–Está buscando a la mujer de su vida. - responde la abuela, viendo cómo los ánimos de la chica cae junto con sus hombros.
–Pero por ahora es nuestro huésped, actúa normal ya lo estás empezando asustar.

–¡Si! - hace un saludo estilo militar.

–Entonces Eunwoo puedes dejar tus cosas aún lado y acomodarte en la mesa, ya casi está el aperitivo.

–Si señora.

Amor x Accidente. Cha Eunwoo & Tú.Where stories live. Discover now