Hackeaste mi Corazón | 707 x MC

《CAP 30》Adiós al paraíso

Narra la autora

Una semana después...

Saeyoung finalmente fue dado de alta y salió del hospital. El doctor le comentó a MC que debía cuidarlo bien, pues aún no se curaba al 100% y se recomendaba que se quedara en casa descansando y no se moviera mucho.

Saeyoung finalmente podía caminar, estaba muy feliz por poder moverse, y su brazo ya estaba completamente curado también.

—Jajaja, ¡mira, MC! ¡Mira como camino sin caer y partirme la cara!— decía emocionado mientras daba vueltas por la sala.

—¡Me alegra mucho, Saeyoung!— sonrió.

MC y Saeyoung se encontraron con el resto de la RFA al salir. Todos estaban muy felices de ver a Saeyoung curado y con el ánimo al tope. Fueron hacia él y se dieron un abrazo grupal.

—¡Qué bueno tenerte de vuelta, Seven!— exclamó Zen.

—¡Sí! ¡Mírate! Ya puedes mantenerte en pie— Yoosung también estaba muy feliz por él.

—Bueno, ¿vamos a desayunar algo? Yo invito— propuso Jumin.

—Woah, ¿el Sr. Director siendo generoso con nosotros los pobres y plebeyos?— se mofó el de ojos rubí.

—¡Claro, Jumin!— aceptó con gusto el pelirrojo.

Todos fueron juntos a desayunar a un restaurante. Charlaron sobre cosas triviales y se divirtieron mucho, dándole la bienvenida a Seven.

—Chicos, me alegra tanto volver a pasarla bien con ustedes. Y podemos pasarla aún mejor ahora que MC está con nosotros— dijo 707 con una sonrisa de oreja a oreja.

El desayuno terminó y todos decidieron irse cada quién a casa, MC y Saeyoung fueron los únicos que quedaban por irse.

—Aah, ¡por fin volveré a mi acogedora casa!— estaba cansado de las camas de hospital, estaba feliz por poder volver a dormir en su propia cama.

—Bueno, supongo que nos veremos después. Adiós, Saeyoung— MC se despidió de él, pero antes de que pudiera irse, el pelirrojo la sujetó de la muñeca.

—¿A dónde vas?

—Al apartamento.

—No, no, no. Tú no vas a seguir viviendo en ese lugar tan pequeño y poco acogedor— negó con el dedo.

—¿Y dónde quieres que viva entonces?

—Conmigo. Vive conmigo.

—¿Quieres que me quede en tu casa?— preguntó algo confundida.

—¡Sip! ¿Quieres seguir viviendo solita y en un lugar tan aburrido? Mi casa es más grande y cómoda, ¡se que te encantará una vez que la conozcas! No es por presumir, ¡pero mi casa es increíble!— decía con orgullo, amaba su hogar. —Además, quedarte en ese apartamento no es seguro.

—Pero ya no tenemos que preocuparnos por la seguridad, ya nadie está tras la RFA.

—¿Crees que solo existen peligros como ese? ¡El mundo está lleno de peligros! Sobre todo para personas tan dulces y puras como tú. Cualquiera querría aprovecharse de ti, ¿qué harías si algún hombre intenta hacerte algo y no sabes cómo defenderte? No puedo permitir que nadie se te acerque, tienes que estar conmigo para que pueda protegerte— pasó su mano por el hombro de la joven, y la acercó a él, pegándolos hombro con hombro. —Así que a partir de ahora, MC, vivirás conmigo— declaró.