Guardianes de la felicidad

Capítulo 79

Volvi! Y como ayer no pude subir (Y sobre todo gracias a la insistencia de las chicas de mi grupo, que a pesar de todo las amo) les dejo un capítulo más!! Gracias!

Capítulo 79:

Los gritos los hicieron estremecer. Por una razón, sabían que algo grave estaba sucediendo. No eran los típicos gritos de Tefi, o peleas. No. Esos eran gritos de terror puros

Mar: Los chicos!

Thiago: Vamos a buscarlos. Traé a los bebés

Casi corriendo llegaron a la cocina. Y se horrorizaron con lo que vieron ahí. La mayoría estaba agazapada en un rincón. Fuera se veía mucho humo, y se escuchaban sonidos de bombas y disparos

Mel: Thiago, qué es eso?

Thiago: Es Juan Cruz

Rama: Nos encontró?

Kika: Tenemos que hacer algo!

Thiago: Dónde está el resto?

Luca: No los encontramos. Las explosiones empezaron de repente

Mar: Quiénes faltan?

Jaz: Tefi y la bebé, y también Cari. Tacho y Teo no están

Mar: Dónde están Bruno y Mora?

Luego de unos segundos de que nadie contestara, Mar comenzó a gritar

Mar: Qué les pasó? Dónde están?

Rama: No los encontramos

Mar: Cómo que no los encontraron? Yo los voy a buscar

Luca: Mar! No podés salir, es peligroso

Mar: Mis hijos están afuera

Thiago: Mar, quedate acá. Yo los voy a buscar

Mar: Voy con vos

Thiago: No. Quedate acá. Luca, vos vení conmigo, y vamos a buscar al resto

Las explosiones sacudían la casa cada vez más. Todos gritaban y lloraban. 

Afuera, todo estaba peor. Casi no se veía nada por el humo y el polvo. Los ruidos eran ensordecedores. Sabían que estaba cerca. Pero no podían verlo. 

Dentro de la casa, todos se dispersaron. Sentían que las bombas estaban cada vez más cerca. Lo primero que decicieron hacer era buscar un refugio para los chicos. Así que todos ellos, Amado, los nerditos, Pía, Bauti, Rose y  Alai se escondieron en la habitación de suministros, que estaba un poco más protegida que el resto. Jaz tomó a Mar del brazo

Jaz: No

Mar: Qué pasa?

Jaz: No los dejes acá. Vení conmigo

Jaz condujo a Mar afuera. Los bebés lloraban sin parar en sus brazos

Jaz: Sabiendo lo que iba a pasar, quise prevenirme. Y busqué el escondite

Mar: Qué escondite?

Jaz: El de las visiones. Y lo encontré. Detrás de un árbol, hay una puertita. Lleva a un escondite

Mar: Pero por qué no vamos todos ahí? Es más seguro

Jaz: No, porque es diminuto. No entran ni los más chicos ahí

Mar: Pero Jaz…

Jaz: Tus bebés tienen que estar a salvo. Corren peligro,Mar. Tenemos que cuidarlos

Mar: No los puedo dejar solos

Jaz: Este lugar está bastante protegido. Es un búnker. Van a estar bien

Mar: No puedo…

Jaz: Sí podés. Por favor, Mar. Van a morir si los llevamos con nosotros

Jaz abrió la puerta trampa detrás de un gran árbol. El lugar estaba oscuro, y sorprendentemente muy silencioso. Mar tomó a Juan Pedro y lo depositó dentro. Luego hizo lo mismo con Mariana. Ellos parecían más tranquilos que antes. Pero Mar no pudo contener las lágrimas. Sus hijos la miraban, con unos ojos tan inocentes e ingenuos

Jaz: Dale, Mar. Van a estar bien. Te lo juro

Mar volvió a mirarlos. Acarició dulcemente sus rostros, e intentó sonreirles

Mar: Ustedes no se preocupen. Acá no van a escuchar ni sentir nada. No tengan miedo. No pasa nada. Estén tranquilos. Y cuídense entre ustedes. Yo les prometo que los vamos a venir a buscar. Pero acá van a estar mejor. Mamá les promete que vamos a volver a casa. Los amo, con toda mi alma. No se olviden de eso

Y muy despacio, Mar cerró la trampilla. Lloraba y Jaz la abrazó

Jaz: Va a estar todo bien, amiga

Ambas volvieron adentro. Allí estaban Melody, Simón, Vale, Rama, Kika, y Lleca

Mar: Thiago no volvió?

Simón: Nacho fue a buscarlos

De repente, una nueva explosión sacudió el lugar, pero mucho más fuerte que las anteriores.Todos reaccionaron subiendo las manos a la cabeza y agachándose. Pero lo que no sabían era que el peligro no era la explosión, sino su contenido. La casa se llenó de humo, y pronto nadie pudo ver nada. Sentían el cuerpo pesado. Ni siquiera podían abrir la boca para gritar. Poco a poco, fueron cayendo al piso, uno por uno. Hasta terminar esparcidos por todos lados, cuál cuerpos sin vida alguna.