Capítulo 122

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Capítulo 122:

Octubre, 2019

Thiago: Me debería sentir orgulloso, no?

Mar: De qué hablás?

Thiago: Esto no se repite todos los días. Me desperté antes que vos

Mar: Bueno, es algo difícil de ver

Thiago: No te vas a levantar? Tenemos reunión de padres de Bruno hoy

Mar: Sí, ya voy

Mar se levantó de su cama, pero enseguida sintió un mareo que hizo que se volviera a sentar

Thiago: Estás bien?

Mar: Sí, me mareé un poco

Thiago: Segura?

Mar: Sí, Pela. No pasa nada

20 minutos después, estaban a punto de salir

Thiago: Qué hacés así?

Mar: Así como?

Thiago: estamos en octubre, por qué tenés campera?

Mar: tengo frío

Thiago: Frío?

Thiago se acercó a Mar, y apoyó su mano en su frente

Thiago: Estás hirviendo, mi amor

Mar: Qué? No

Thiago: Sí, tenés fiebre

Mar: No! Me siento bien

Thiago: Estás volando de fiebre. Vení, vamos a acostarte

A pesar de sus quejas, Mar terminó dejando que Thiago la llevara de vuelta a su cuarto

Thiago: Te voy a traer algo para que tomes

Thiago volvió pocos minutos después con una pastilla para intentar bajar la fiebre de Mar

Thiago: Cómo estás?

Mar: Me duele la cabeza, y tengo frío

Thiago: Mi amor, tratá de descansar un rato.

Mar: Tenemos la reunión

Thiago: Yo voy a ir a la reunión, y vos te vas a quedar acá

Mar: No, pero…

Thiago: Dale mi amor, quedate. Te va a hacer mal ir.

Mar: Bueno, está bien

Thiago: Yo en menos de una hora vuelvo. Querés que llame a alguien para que se venga a quedar con vos?

Mar: No, no hace falta

Thiago: A los chicos me los llevo?

Mar: Dejalos, total están dormidos

Thiago: Bueno. Cuidate, y llamame por cualquier cosa

Mar: Andá tranquilo, Pela

Thiago se fue hacia la reunión, pero obviamente no estaba tranquilo dejando a su mujer sola, con fiebre y con los bebés. Pero trató de convencerse de que iba a estar bien.

La reunión fue demasiado aburrida para su gusto.Generalmente iba con Mar, y se divertían haciendo comentarios fuera de lugar y luego viendo cómo intentaban contener la risa frente a la maestra de su hijo. En algunos aspectos seguían siendo dos chicos.

La profesora de Bruno habló 45 minutos sobre el desempeño del curso, y luego lo tuvo a él 20 minutos más hablando del “excepcional” desempeño de su hijo. Quiso decirle que ya sabía todo eso, pero se imaginó que podría llegar a ofenderla.

Volvió a su casa una hora y media después. Mora y Bruno estaban en el colegio, realizando actividades extracurriculares. Al entrar, pudo distinguir el sonido de un llanto. O mejor dicho, de dos llantos.

Mar se encontraba en la cocina, con Mariana en sus brazos que lloraba sin parar, mientras intentaba calentar su comida en una hornalla. Juampi estaba ya en su silla, pero también lloraba. Y Mar parecía a punto de desmayarse

Thiago: Mi amor, qué pasó?

Thiago tomó en sus brazos a su hijo, tratando de que deje de llorar. Se calmó al instante cuando lo levantó de su silla

Thiago: No es nada, quería jugar un  poco, no?- El niño le sonrió al instante- Mar, dame que agarro a la nena

Mar: No, yo puedo

Thiago: Mar, dale

Mar, muy a su pesar, le dió a Mariana, y continuó calentando su comida. Thiago dejó a Juampi otra vez en su silla y se sentó junto a él. Mariana ya casi ni lloraba

Thiago: Querés que te ayude?

Mar negó con la cabeza, todavía de espaldas. Unos minutos después, se dirigió a ellos con dos platos para bebé en sus manos. Ambos ya reían sin parar, como casi siempre

Thiago: Estás mejor?- Thiago tocó la frente de Mar, que seguía caliente- Todavía no te bajó la fiebre. Por qué no te vas a acostar?

Mar. Termino de darles de comer y voy

Luego de alimentar a sus hijos, Thiago insistió para que Mar descanse. No había otra forma de bajar la fiebre

Thiago: perdón, debería haberme llevado a los chicos

Mar: No pasa nada. Era yo la que no podía hacer nada

Thiago: Tenés fiebre, mi amor. Es entendible. Ahora no me pelees más, y descansá un poco

Mar sonrió débilmente, y no faltó mucho para que cayera totalmente dormida.

Guardianes de la felicidadWhere stories live. Discover now