▪️ Idea Principal:
Koichi y Katsuki son personas completamente diferentes, no es por el hecho de sus personalidades ya que ambos son muy egocéntricos; si no por su orígen.
Koichi un humano con un Quirk de un ser inexistente.
Katsuki el quien se topo...
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Kitsune: ¿Por qué?
Sonrío al fin había terminado el segundo movimiento, con esto avanzó más de lo esperado. Izuku le comento que si utilizaba su Quirk en sus piernas mejoraría su control, debe de admitir que al principio le dolió como el infierno, aún así lo logró gracias a su constante apoyó.
Lo raro para el era ver cómo Katsuki entraba a su pieza y se acostaba en su cama sin decir palabra alguna, eso en un inicio le sorprendió, pero esa sorpresa se volvió común.
De vez en cuando dialogaban o compartían respuestas de cualquier tarea que les dejaban, una que otra vez jugaban videojuegos, pero su presencia se volvió común en aquella habitación.
Excepto cuando se iba a dormir, este regresaba a su pieza, despidiéndose con un simple adiós y un duerme bien de Koichi. Claro está que su comportamiento no paso desapercibido por Kirishima y Denki, quienes le hacían burla por ello dejando confundido al más alto, quien le restó importancia.
Respiro de manera calmada el Kosei lo utilizaba en sus piernas únicamente para entrenar, a la hora de dejar de usarlo trataba de esconder sus felpudas orejas y colas, teniendo dificultad, ya que no lograba desaparecer todas sus colas se quedaba con una al igual que sus orejas.
La buena noticia llegó cuando encontraron al asesinó, quien era un Joven, eso no lo puso contento, de alguna forma sabía que su familia estaba involucrada aún así las pruebas apuntaban a esa persona.
Realmente trato de olvidar todo, pero aún así no podía, constantemente llamaba a Keigo para verificar crímenes recientes lo cual arto al alado quien colgaba cada vez que hablaba de algo relacionado, –aunque este no dejo de investigar, después de todo tiene una corazonada con el zorro–.
—¡Koichi! —alzo la voz el maestro Ectoplasma, quien impartía cálculo. —Pon atención —ordenó.
Sacando de las nubes al zorro quien asintió, siempre a tenido muchas ideas revueltas en su mente, más cuando tiene una de algo fuertemente grabado. Suspiro suavemente apuntando lo que el Profesor ponía en la pizarra.
—¿Si? Midoriya —.
—¡La respuesta es 385.4679! —comento de manera rápida.
—No es así, la respuesta es 385.4678 —dijo Momo.
—Error, sabes la respuesta Koichi —maldijo internamente, vio su libreta con la ecuación, le repaso levemente.
—¿384.5768? —dudó.
—Correcto —a la madre le atinó. Bueno con eso ya no le podía decir algo, el timbre eléctrico sonó, era el cambio de clase y cinco minutos de descanso.
