▪️ Idea Principal:
Koichi y Katsuki son personas completamente diferentes, no es por el hecho de sus personalidades ya que ambos son muy egocéntricos; si no por su orígen.
Koichi un humano con un Quirk de un ser inexistente.
Katsuki el quien se topo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kitsune: Química Extraña.
Ese día el presidente de clase fue elegido al terminar, actualmente estaba limpiando el salón de clases, Katsuki lo hizo ayer solo, así que hoy lo hace el, claro está que el Profesor no se entero de nada.
Se sentó en el escritorio tratando de buscar con que distraerme, tenía establecidos días de trabajo. Los Lunes, Viernes, Sábados y Domingos trabajaría, por lo cual hoy tenía mi día libre.
—Te estás tardando mucho bastardo —gritó enojado Katsuki abriendo la puerta del salón.
—¿Eh? —.
—¡Nada de "¿Eh?" Llevo más de una hora y media esperándote! —bufé divertido mientras empezaba a reír. Bakugo gruñó en su lugar. —Lo lamento nunca pensé que estarías afuera del salón. Puedes irte solo mató el tiempo para no ir a mi casa —.
Bakugo resopla acercándose a la ventana para recargarse y mirara hacia afuera. —¿Problemas familiares? —dudo sin saber que mas decir para evitar el probable silencio incomodo,
—No, nada por el estilo —conteste en sinceridad. —Solo quiero estar un rato alejado de mi familia y ya —.
—Siempre hay razones por las que uno quiere estar sólo, no solo por qué te quieres alejar de tu familia. Dime ¿Cuál es tu razón? —pregunto de manera directa observando su reacción, dejando al azabache en trance.
Esta claro que tenía una razón, una razón muy cobarde a su parecer, simplemente no los quería ver demacrados después de un día de trabajo y aún así no quieren ayuda.
—Sí no me quieres decir no tienes que hacerlo —dijo al ver cómo este apretaba su manos en puño dejando los nudillos en blanco.
—Es raro de ti ver preocupación, me hace sentir especial —agregó divertido, Katsuki gruño como perro en rabia dispuesto a gritar una y mil maldiciones. —Gracias por eso, pero no es algo en especial el que no quiera ver a mi familia, es cansado supongo —aseguró de manera tranquila, dejando al cenizo quieto por no esperar esa respuesta, pocos segundos bastaron para que se ponga nervioso.
Es cierto que se preocupo de cierta manera el hizo lo mismo consigo, al ver su estado sombrío pero Koichi tenía un aura de tristeza o pesadez, dejarlo así no era una opción, pero no espero que le sonriera o agradecerá.
—¡De-de na-nada bastardo! —contestó aún nervioso, en eso la puerta fue abierta por Aizawa.
—Que bueno que sigues acá Miyamoto, sígueme para entrenarte por un tiempo y que te adaptes a tu Quirk, que por cierto ¿No te has sentido cansado? —dudo para después dirigir su mirada al ceniza. —Tú ya puedes retirarte Bakugo —este mismo chasqueo antes de irse del salón.
El viaje a la supuesta cúpula apartada de la escuela fue entre comillas tranquila, ya que de un lado a otro se escuchaban los constantes comentarios del saber quién tiene el Quirk más fuerte o llamativo.
