▪️ Idea Principal:
Koichi y Katsuki son personas completamente diferentes, no es por el hecho de sus personalidades ya que ambos son muy egocéntricos; si no por su orígen.
Koichi un humano con un Quirk de un ser inexistente.
Katsuki el quien se topo...
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Dynamight: Antigua Promesa.
Soltó un leve suspiró con los nervios a flor de piel, tenía el número de Shindō, quien al parecer vivía junto con Koichi. Lo malo, no tenía el valor de hablar, para especificar estaba nervioso.
Además de eso, Hawks se encargo de darle también su número telefónico por cualquier cosa, al igual que le dio la dirección de la casa del zorro. Tenía una de dos opciones, hablar por teléfono o ir el mismo a su casa.
Para Katsuki, la primera opción era la mejor. Marco el número, con la esperanza de que no contesten, escucho tres pitidos antes del "Hola ¿Con quien hablo?".
—Shindō —dijo, del otro lado se escuchó una risa.
—Pense que nunca llamarías —hablo el aludido, Bakugo solo suspiro.
—Sobre él ¿Está contigo? —.
—Para tu mala suerte no, yo aún sigo en la agencia, pero supongo que él ya está en casa, tienes la dirección ¿Verdad? —.
—Si la tengo —.
—Bueno, entonces ¿A qué esperas? —y corto. No pensaba escuchar más su voz, no ahora que ya no tenía otra opción más que ir a dónde vive el zorro.
—Yō ¿Otra vez olvidaste las llaves? —se escucho la voz del zorro al otro lado de la puerta, está al abrirse se vio al Joven desnudó del torso. —¿Katsuki? —dudo al sentir el aroma a Nitroglicerina.
—Adiestrado —saludo, Koichi no dudo en sonreír y hacerse a un lado para que esté entrará.
—Me sorprendes ¿Cómo conseguiste mi dirección? —cuestiona tomando una camisa del sofá al tantear, dejándola al instante, era de Shindō.
—Me la dio Hawks —contesto.
—Ah ¿En serio? Por cierto me ayudas, estoy buscando una camisa blanca, no se ni recuerdo donde la dejé —los ojos carmín se posaron en la figura del otro, observando a un lado la camisa dicha.
—Esta a tu lado derecho —comento, el otro río nervioso agarrando la tela, a veces odiaba que Shindō le haga burla con ello.
—Gracias. ¿A qué has venido? —cuestiono vistiendo la camisa. Katsuki paso a sentarse en el sofá.
Dudando en si decirle, aún recordaba aquella promesa hace unos años atrás, la cuál quería cumplir. —Tal vez, este no sea el lugar más adecuado, pero sabes que en todos estos años yo- —se detuvo al ver cómo este dejo su sonrisa calmada de lado.
—Lo siento, por favor olvida esa promesa Katsuki —.
—¿Ah? ¿Por qué? —.
—Fue una promesa infantil, yo ya no siento lo mismo por ti que hace tres años, es simple —dijo desviando su rostro por él rechazó hacia Bakugo.
