capítulo 6

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En los lugares compartidos de los dormitorios del 1A, específicamente en el área de la cocina, se encontraba un grupo de jóvenes reunidos para hacer la cena.

“no sé si sea una buena idea que ellos cocinen” pensaba Shindo, el cual veía aquel equipo de estudiantes comprendidos por Izuku, Todoroki, Kirishima, Uraraka y Bakugo, de los cuales solo uno sabia cocinar, obviamente que era Bakugo, el de prepararse un cereal o un emparedado no pasaba.

Habían llegado a esta situación gracias a Aizawa sensei el cual había intervenido en momentos perfecto que tenía con el cenizo tipico de novelas, y no obstante había comandado a Bakugo hacer la cena.

-muy bien – Bakugo estaba al frente de todos mientras los presentes le miraban con intriga y esperaban que decidiera el platillo a cocinar “mierda, no tengo idea que preparar” pensó en sus adentro el cenizo asique no le quedo de más – suspiró – muy bien idiotas, hoy seré complaciente con ustedes, díganme ¿Qué quieren para cenar? – a todos se les hizo unos brillos en los ojos y al mismo tiempo gritaron sus ideas para la cena.

Por un lado, se escuchaba gritos pidiendo katsudom, pasteles de fresa, soba y estofado de tofu blando.

- ¡dejen de gritar idiotas! – tranquilizo a los presentes para pensar en alguna cena digna de sus manos – muy bien buenos para nada, primero, no hare ninguna de sus mierdas – todos de desanimaron “¿entonces para que nos preguntó?” Se cuestionaron – vamos hacer una mierda conjunta para que todos coman de una comida balanceada, va hacer una puta cena gourmet.

“Momento para joder” rio maliciosamente Shindo – ¿y cómo lograras eso Bakugo-kun? – le dedico una sonrisa altanera y una mirada desafiante al menor “menuda estupidez, seguro que sin la guía de la chica de cabello negro no lograran nada” se refería a Momo, la cual sufrió un desmayo a causa de sobrepasarse usando su kosei en el entrenamiento, y por ende aún se encontraba en la enfermería sin despertar, le estaban dando suero por vía intravenosa para la recuperación de sus lípidos, seguramente despertaba para esta noche; Momo en los días anteriores había hecho grupo con Iida, Sato, Ojiro y Hagure, haciendo una cena sencilla pero deliciosa de ramen, el cual tenía un rico caldo umami bien concentrado y condimentado. El pelinegro dudaba que el Bakugo siendo Bakugo pudiera superar aquella comida.

-ja, bastardo no me subestimes – katsuki se cruzó de brazos mientras en su mirada demostraba ese fuego y ese sentimiento de superioridad hacia él, sonrió de lado y se voltio a los que iban hacer “sus ayudantes de cocina” – muy bien bastardos, les entregare las tareas a cada uno, Uraraka cocinaras un kilo de arroz, como tú lo sabes preparar, todoroki, pelaras los camarones y los limpiaras, deku, tu cortaras los trozos de cerdo como para katsudom, y Kirishima, ayúdame hacer el estofado de vegetales, ustedes estúpidos – apunto a Uraraka, Izuku y Shoto – quiero lo que les mande hacer en veinte minutos, cuándo esté listo me avisan y pasamos a la segunda fase.

Y así empezaron, por un lado, Todoroki pelaba y limpiaba camarones a nivel dios, Izuku dedicaba su tiempo, delicadeza y fuerza para los cortes de cerdo perfectos y Uraraka le tenía paciencia a su arroz para que no se quemara.

Bakugo los observaba y daba consejos para evitar que embarraran todo, y de igual manera guiaba a Kirishima para crear un caldo de vegetales muy bueno, en realidad la única tarea de Kirishima era mover la paleta de madera en el gran caldero e ir agregando poco a poco los ingredientes que Bakugo había previamente cortado a gran velocidad.

-¡ya son los veinte minutos! – Anunció el cenizo, haciendo que Todoroki y Midoriya pararan su trabajo – cara redonda, ya apaga el arroz – y así Uraraka lo hizo y claro, antes de asegurarse de que estuviera bien cocido – bien, vengan aquí bastardos – Todoroki y Midorya se acercaron a Bakugo enseñando una bandejas llenas de camarones y de cerdo cortado – cantidad – dijo al aire recibiendo un “sesenta y dos” por parte del bicolor, y un “setenta” por parte del pecoso – bien – katsuki se había separado para hacer los tempuras de cada proteína y se las entregó a cada uno cual correspondía – Todoroki, fríelo hasta que este dorado color oro – se acercó a la canastillas de las freidoras y explico el proceso al bicolor – y tu deku, también freiras el cerdo, pero hasta que esté un poco más oscuro, como un color cobrizo – también le explico y los dejo hacer sus trabajos.

Shindo que se había quedado de lado en la cocina, observaba todo con sorpresa “ya van treinta minutos y ya tienen una gran parte adelantada” pensó mientras seguía viendo como el cenizo se movía de un lado al otro con naturalidad “parece un chef profesional” sonrió, el olor que desprendía la comida era increíble.

-ey, cara redonda, ¡el turno del postre! – Bakugo dio una mirada discreta a Shindo – ¿y decías bastardo?

***

Después de tantos gritos, ordenes, sudor y calor, se logró una cena gourmet de la cuales todos estaban ansiosos de probar. Bakugo había mesclado todo lo que los “extras” querían.

En unas tasas metálicas ondas coloco el estofado de tofu blando, que aun permanecían humeantes gracias al tazón donde lo colocaron, en platos grandes separo los camarones fritos con sus respectiva salsa (la cual fue una re indicación de la salsa que le echan al soba frio, que es tinta de calamar, soja y alguno que otro condimento) y de igual manera separaron los trozos de cerdo frito en unos platones, también con su respectiva salsa (la cual era un aderezo de soja, miel y vinagre de manzana que acompaña bien al cerdo) el arroz permanecía en el recipiente donde se había cocinado, estaba reposado y ya frio; todos los platos salados estaban servidos a excepción del postre, que se encontraba en la nevera reposando para después ser comido.

-¡Dios!, Bakugo cásate conmigo y prepárame todos los días una comida así – decía Mina mientras se metía un pedazo de camarón que previamente había remojado en la salsa de soba a su boca – ¡está muy rico!

- ¡mmm! – tatami la compañera de Shindo probo un pedazo de cerdo y se deleitó con el sabor – ¡madre santa esto es el cielo! – se limpió las leves lagrimas que salían de sus ojos.

- ¡Bakugo-Kun un trabajo explendido! - dijo Iida, mientras comía de manera apresurada.

Muchos comentarios positivos salían para el grupo de cocineros de la noche, especialmente para el cenizo que había dirigido y creado un menú tan extraordinario en tan poco tiempo.

“aun no eh probado nada” el pelinegro observaba a todos, y cada una de las expresiones que hacían “de seguro son exagerado, no debe ser tan bueno” re rio por lo bajo y con cierto temor clocó un poco de aquel estofado de tofu en su boca…y después el arroz…después los camarones…y después el cerdo. “¡dios mío esto esta como para casarse con la comida!” gritaba mentalmente mientras su boca se llenaba de el delicioso alimento.

-bueno, veo que la gran mayoría termino – se puso de pies Uraraka – iré a buscar el postre – se retiró a la cocina y regreso con aquella bandeja que tenía un biscocho con un relleno de compota de fresa, además, traía unas mangas pasteleras con crema batida, un tazón con fresas picadas y unas hojas de menta – Bakugo-kun haz los honores.

Katsuki se puso de pies, y mando a que todos se colocaran en una fila para recibir su porción, cada quien que pasaba con un pequeño platito vacío donde se le colocaba el bizcochuelo y el cenizo se encargaba de colocarle la línea de crema encima y las fresas y la hoja de menta, asiéndolo de manera mecánica y perfeccionista como siempre.

Shindo comió lo más rápido que pudo y casi por desesperación tomo un plato y se colocó para recibir su porción de pastel, el cual sin nada de disimulo de lo comió gustoso sintiendo el sabor dulce y fresco de la fruta y el biscocho.

En definitiva, el alumno de nombre Yõ de Ketsubutsu, no se olvidaría de esa cena jamás.

"deja de mirarme idiota" [ Shindobaku ]Where stories live. Discover now