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Hace una mañana preciosa, los rayos de sol entran por los pliegues de la cortina logrando un armonioso y enigmático color naranja que me produce tranquilidad. Salgo de la cama y me paseo lo más silenciosamente posible, me pongo una ropa que por lo habitual nunca me pondría y me siento frente al espejo me hago las cejas como dice la chica del tutorial que estoy mirando al tiempo que me las realizó, ella insiste en que hay tener sumo cuidado en la cantidad de producto que aplicamos ya finalizada las cejas,  procedo aplicar lapiz en los ojos y un labial matte no muy llamativo ya que es un maquillaje básico sin polvos ni sombras.Al finalizar me paro y me observo. Parezco una de esas popis hija de esas mujeres plásticas. Mi madre entra con una bandeja en las manos que contiene mi desayuno y casi se le cae del susto ya que no se esperaba que estuviera despierta y menos con esta pinta.
—Cariño estas radiante, ¿a que se debe este cambio?
—Solo quiero verte sonreír madre. ¿Te gusta?
—Claro que si. Ves no era tan difícil ponerte más femenina cielo.
—¿Qué no? Pero si he tenido que devolver el video más de nueve veces—digo poniendo cara de pena y puchero. Ella me abraza y reímos unos minutos, me como lo que me trajo y salimos a la sala desde donde ella ve las noticias y yo reviso mis redes. De pronto siento un flash que me distrae. Es mi madre sacándole fotos, le sigo la corriente y le sonrió posando aquí y haya para que este más feliz. Pasado un momento me llega una notificación en Facebook y es que mi madre me a etiquetado. Tengo que admitir que las fotos están muy bonitas pero se ha pasado, ha subido catorce fotos. Le sonrió y le muestro el móvil para que entienda que lo he visto.  Ella me sonríe y se dirije a su habitación a por algo al tiempo que entra un mensaje en mi correo instantáneo. Es de un número desconocido, lo abro y miro a todos lados pero no veo nada. Me paro instintivamente y miro por la ventana que da a la calle pero esta vacía. Creo que estoy algo paranoica.
Miro la pantalla nuevamente y leo el mensaje otra vez.
“ESTA VEZ NO FALLARE, NO HABRA UN SEÑOR JORGE PARA PROTEJERTE"
Mi madre sale de la habitación y yo meto el celular en mi bolsillo.
—¿Pasa algo cariño?
—no. Nada.
—¿Estas segura? Es que estas muy pálida—ella se acerca para ver si tengo temperatura y yo sonrió tímidamente para mostrarle que estoy bien.
—Es solo que me paré aquí para que me tomes una nueva foto con este fondo en donde salgamos las dos—ella sonríe toma varias y las sube al tiempo que me las etiqueta con una frase muy emotiva.
“JUNTO A LO ÚNICO REAL, VERDADERO Y BUENO QUE LA VIDA ME HA DADO. TE AMO VERÓNICA Y ESTARE JUNTO A TI SIEMPRE AUNQUE NO ME PUEDAS VER”
—Qué cursi eres mamá—le digo y le doy un abrazo al tiempo que le digo al oído “yo también te amo y estoy orgullosa de ser tu hija"

La chica en mi menteWhere stories live. Discover now