Capítulo 19

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Capítulo 19

Nuevo amigo.

Su primera parada fue en un pequeño jardín botánico. Orochimaru compartía la misma afición que Tsunade y Naruto, por lo que no era de extrañarse que su fanatismo por las plantas, sus utilidades y demás datos curiosos estuvieran en su paraíso turístico. Sin duda descubrir algo diario nunca estaba de más, y menos si eras alguien curioso como Sakura. Todos sus conocimientos sobre las plantas fueron transmitidos por Tsunade o por Naruto. Ellos le inculcaron sus gustos por la medicina y las plantas, y más el rubio.

Lo miro de reojo, mientras veía una flor de color rosado. Su... amigo, si es que aún eran eso, se encontraba muy atento a la explicación que les daba su abuela a los usos de esa planta. Le tomo una fotografía, la guardo en su cuaderno, y comenzó a anotar las ideas principales de lo que le decía la rubia. Con cautela se acercó y le retiro la cámara a Naruto.

—¿Qué haces, Sakura? — le pregunto al ver como lo miraba a través del lente de la cámara.

—Quieto — tomo la fotografía, para después darle la cámara de regreso — Es que te veías bien.

Le sonrió ligeramente, sonrisa correspondida por el chico, quien casi se lanza a abrazarla, pero ella se alejó y comenzó a observar otras flores al otro extremo del jardín. Sasuke solo la miraba intensamente. Ella lo había notado, pero prefirió no hacer contacto visual, y menos cuando sintió su amenazadora presencia cerca. "Nunca debes mirar a una bestia a los ojos", eso leyó alguna vez, pero nunca creyó que le sería útil hasta ese momento.

—¿Pasa algo, Sasuke? — le pregunto sin girar a verlo.

—No, nada. Solo..., ¿por qué pelearon tú y Naruto? — el tono que uso fue tranquilo, pero solo aumento la ansiedad de la chica.

—¿Para qué quieres saber? — lo miro de reojo — No quiero ser grosera, pero, antes no te interesaba nada de lo que nos sucediera...

Sasuke se quedó en silencio un momento, pensando en lo que diría y como lo haría. Era cierto que no era su asunto, pero que esos dos estuvieran así le daba ansiedad.

—Ambos son mis amigos — le dijo a la par que le sonreía discretamente — Y no me gusta estar en medio de ese ambiente tan tenso. Y, ya sabes, puedes contarme. Podría incluso ayudarlos a resolver este asunto y volvamos a salir; como aquella vez del parque.

Un nudo se asentó en la garganta de Sakura, impidiéndole hablar. Él no merecía eso. Realmente los consideraba su amigo, y le dolía pensar que eso se perdería una vez descubriera el secreto de ellos dos.

—El amor nos hizo tener ese conflicto — respondió mirando a la nada, luchando contra las ganas de llorar. — Perdona que no te diga más, solo que aún no estoy lista. — El azabache asintió y la abrazó.

—Conque el amor eh... — pensó.

El grito de Jiraiya los sacó de la burbuja de silencio en la que se habían sumido, para así darse cuenta que era tiempo de ir a la siguiente actividad de la lista, que consistía en visitar una pequeña parte de la zona donde se encontraban los animales. Sakura corrió hacia los conejos, que se encontraban dentro de una pequeña granja; uno de los cuidadores se acercó a ella para darle una bolsa con comida de la criatura.

Al principio le asustó el chico, pues tenía una inexpresiva cara que por alguna razón se parecía a la de Sasuke. Pero, al escuchar su voz amable y ver el intento de sonrisa que le dedicó, bajo la guardia.

—Eh..., gracias — le dijo sonriendo a la vez que tomaba la bolsa que el chico le acercó.

—Por nada — se sentó a un lado de ella — Soy Sai.

Y de nuevo esa extraña sonrisa. La chica frunció el ceño ligeramente, pues era muy extraña la sensación que le daba el tipo, aun así, le agradaba.

—Sakura — estiro su brazo hacia él a modo de saludo. El otro rápidamente correspondió.

Se quedaron un momento admirando como el conejo comía sobre la mano de la pelirosa, donde había puesto un poco del alimento en ella. Le daba ciertas cosquillas el pelaje del animalito, por lo que soltaba una risa ligera. Sai la imitó, acompañándola con su característico tono extraño.

—Suenas como un cerdo llorando — le dijo la chica mirándolo seria. El pálido chico la miro desconcertado, y esta soltó una carcajada — ¡Deberías ver tu cara! Ya me caíste bien.

La chica estaba por hablar, cuando los gritos de cierta persona los asustó, erizándoles los cabellos y haciendo que el pequeño conejo saliera huyendo a refugiarse.

—¿Quién demonios grita de esa manera? — preguntó Sai a la vez que se levantaba, y ayudaba a la chica con el tic en el ojo.

—Creo saber quién es.

Rápidamente se acercaron a los gritos – y una vez cerca también escucharon varias carcajadas – llegando a la zona de reptiles, porque claro, debía haberlos en un lugar que tiene "serpientes" en el título. La escena era extraña: Naruto moviéndose frenéticamente a excepción de un brazo, con una cara llena de pánico, y Sasuke tirado en el suelo muriendo de la risa. Parecía ser que ALGUIEN, está de más decir quién, ignoró el cartel que decía "No meta las manos a las peceras de tortugas" y termino siendo mordido por una de las tortugas. Sai sin inmutarse saco un pequeño tomate de su bolsa, llamando la atención del pequeñín, quien soltó el dedo del chico y comenzó a devorar la verdura.

—G-gracias — le dijo entre lágrimas el rubio, mientras frotaba su adolorido dedo.

—Es mi trabajo — respondió simple — Aunque esto suele pasar con niños de 10 años.

—¡¿Qué tratas de decir, eh?!

—Nada, solo que ¿eres tonto o algo? — le exasperaba al rubio que la mala copia de Sasuke no se inmutara de que estaba a nada de golpearlo — Hay un letrero que dice que no metas la mano.

—¡No sabía que las tortugas fueran tan agresivas!

Sakura rodó los ojos y ayudo a Sasuke a levantarse, quien no despegaba la mirada de los otros dos chicos. La pelirosa lo analizó, para después ir junto a Sai, tomarlo de los hombros y alejarlo de Naruto bajo la excusa de querer saber más de los diferentes réptiles que ahí se encontraban.

—Veo que ni los animales te aguantan — le dijo Jiraiya burlonamente mientras entraba junto a la rubia.

—Yo lo aguanto — habló Sasuke.

—Pero tú eres raro, no cuentas. — replicó el viejo.

Sasuke soltó un bufido y jalo a Naruto del brazo.

—¿Qué pasa, teme?

—Quiero ir al baño. — dijo sin mirarlo.

—¡Hay algunos condones en mi mochila, por si gustan! — les grito el albino, recibiendo un coscorrón de parte de su esposa.

—¡Yo tengo unos aquí! — esta vez grito Sai, mientras Sakura lo miraba un tanto asqueada — Uno nunca sabe. — la chica dio un paso, alejándose del extraño.

—¡Callate, Sai! — regañó Tsunade. 

Hechizando tu corazón - SasuNaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora