Capítulo 13

200 40 8
                                    

Capítulo 13

Arreglando nuestros lazos

— ¿Era en serio lo de la pijamada de hoy? — le preguntó el azabache.

— ¡Claro que sí, teme-ttebayo! — prácticamente le grito al aparato, mientras terminaba de alistarse.

La buena noticia era que ese día era viernes, por fin. Y al día siguiente se iría a acampar con su nuevo mejor amigo, liberándose de la tensión que le provocó aquella semana de mierda, lo que realmente le hacía mucha ilusión. Bajó a la primera planta para desayunar con sus padres.

— Deja el celular, dattebane — las palabras de su madre sonaron más a una amenaza que a indicación.

— Voy — le respondió a su madre, para luego seguir con la llamada — En la tarde pasamos a tu casa, para que guardes las cosas que te servirán para ir a acampar.

— Naruto, es hora familiar — dijo su papá.

— Hablamos después, que justo ahora mi madre me está amenazando con una cuchara — lo dicho era justo lo que estaba pasando. Su madre, con un aura amenazante rodeándola, apuntaba la cuchara en dirección al rubio menor.

Termino la llamada en una corta despedida, mientras el Uchiha se carcajeaba por las cosas que solo a Naruto podían ocurrirle. Rápido se sirvió la comida, y comenzó a comer el delicioso omelette que cocino su madre.

— ¿Y con quién hablabas, Naru? ¿Con Sakura? — sus padres no conocían la situación, por lo que las palabras de Minato lo pusieron un poco tenso.

—No, no. — actuó lo más desinteresado que podía. El tema aun le afectaba — Con Sasuke. El chico del que les conté.

—Es gracioso como antes te quejabas de él todo el tiempo, y ahora hasta lo invitas a dormir — Minato estaba confundido, pero no por eso borraba su sonrisa comprensiva.

—Al parecer, solo me hacía falta conocerlo bien, dattebayo — dijo mientras daba un sorbo a su café. Recordó cómo solía quejarse del pelinegro e inevitablemente soltó una ligera risa — No es lo que yo creía — Y dicho esto, sus padres se miraron de reojo.

—¡Ay, no! ¡Qué vergüenza! — exclamó Kushina con un ligero sonrojo — ¡Creerá que su suegra es una loca por amenazar a Naru con la cuchara!

Minato soltó una carcajada, mientras Naruto escupía el café. Tomo un trapo y comenzó a limpiar su desastre con el rostro teñido de rojo por la pena que le dio el comentario de su madre.

—¡¿CÓMO QUE SUEGRA?! — grito aun exaltado y dando un golpe a la mesa.

—¡¿A QUIÉN CREES QUE LE ESTAS HABLANDO?! ¡SOY TU MADRE! ¡RESPETAME! — se levantó y también dio un golpe a la mesa. Su cabello rojizo se alzó, como si de un nido de víboras se tratase, mientras una mirada llena de furia lo miraba como un cazador a su presa.

Minato, quien era la persona más tranquila en esa casa, se puso entre las dos fieras, y con su calma que lo caracterizaba, los calmo a ambos. Terminaron el desayuno entre algunas anécdotas tranquilas. Naruto subió por sus cosas y salió de la casa.

Cuando estuvo a punto de llegar a la Universidad, vio como Sakura y Sasuke hablaban tranquilamente, mientras entraban al edificio donde se encontraba su aula. No le extrañó, pues era parte del hechizo que se llevara bien con ella, pero no evito que una sensación desagradable lo incomodara. Se preguntó si una vez el hechizo se rompiera, le seguiría hablando. Tenía miedo de que su amistad se perdiera.

—No creo que tu novio te abandone por algo así — hablo su mini yo vestido de diablito.

—No jodas... — murmuró un poco fastidiado.

Hechizando tu corazón - SasuNaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora