Sitio embrujado de tu país. Día 19. La casa de la Hidalgo.

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Hace varios viví en la colonia Hidalgo, una zona de mala muerte en toda la extensión de la palabra. Tenía pocos recursos y estaba buscando la casa con la renta más barata, pero esto no me dejaba muchas opciones.

Después de varios días de búsqueda y cada vez más desesperado, una ancianita muy amable me indico el camino a una casa que rentaban muy barata y que estaba en muy buenas condiciones, llegue hasta el lugar y la dueña vivía al lado en una casita destartalada y muy vieja, me pareció extraño que viviera ahí cuando la que rentaba era una casa grande, con muchas habitaciones, amplio patio y todos los servicios, ella solo me dijo que esa era una casa muy cara de mantener.

La renta era en efecto muy barata, solo quinientos pesos (22 dlls) al mes por una casa con cuatro habitaciones todas con baños, sala, cocina y comedor todos muy grandes y espaciosos.

—¿Cuál es el truco? —Le pregunte, ya que era demasiado por tan poco.

—Solo no quiero que la casa esté sola.

Al final mi necesidad de conseguir donde vivir me orillo a aceptar. Tenía muy pocas cosas y me pude mudar de inmediato.

Al principio todo estuvo muy bien, pero al cabo de dos semanas todo cambio. Cuando llegue de trabajar a las once de la noche note que la cocina estaba completamente revuelta, mis pocos platos estaban rotos y mi despensa por el suelo, las sillas del comedor tiradas por todos lados, pensé que se habían metido a robar y fui a revisar a la habitación que ocupaba y estaba en el mismo estado, pero no faltaba nada, todas mis cosas estaban ahí, rotas o por los suelos, pero ahí.

A la noche siguiente que llegue del trabajo todo estaba igual, parecía que se había metido un remolino a romper todo. Le pregunte a la señora que me rentaba la casa que si no había visto nada y nerviosa me dijo que no, por alguna razón no le creí. A la tercera noche aparte de encontrar todas mis cosas en el piso escuche que alguien estaba dentro del baño de mí habitación, alguien que gritaba, maldecía y aventaba todo cuanto encontraba ahí, de inmediato llame a la policía y ellos trataron de abrir la puerta pero esta estaba atascada, la golpearon y nunca se abrió, trataron de entrar por la ventana pero tampoco pudieron abrirla, incluso intentaron disparar a la puerta y al cristal de la ventana pero ni las balas funcionaron, cuando amaneció y la puerta se abrió sola, dentro no había nadie.

Estaba aterrado, no pensaba dormir ahí ni una noche más, así que fui con la dueña de la casa y le dije que me iba y que me diera mi deposito; para mi sorpresa la señora no se molestó, me devolvió mi depósito y el mes que había pagado, estaba muy apenada porque nadie lograba quedarse un mes completo en la casa. Antes de irme me conto que a quien que yo había escuchado en el baño era el espíritu torturado de su hijo fallecido quien en vida fue adicto a las drogas y ella siempre lo metía a centros de rehabilitación de donde él se escapaba y la última vez que se escapó se encerró en ese mismo baño a drogarse y ahí mismo murió por sobre dosis.

Hasta la fecha esa casa sigue en renta y nadie logra quedarse más de un mes.

Writober 2020Where stories live. Discover now