What If? Mitológico: Versiones de terror de relatos mitológicos. Día 2MEDUSA.

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Medusa era una joven hermosa, carismática, atractiva, pero despiadada y con un gran apetito por la carne humana. Solía decir abiertamente que la carne humana la nutria más que cualquier otro alimento, pero la verdad era que solo devoraba seres humanos para alimentar su ego, ya que con su extremada belleza atraía y fascinaba a sus víctimas, al grado que muchas de ellas le rogaban por que se los comiera incluso vivos.

Poseidón escucho de la belleza y encanto de Medusa, escéptico de los rumores decidió ir a ver en persona a la mujer y para su sorpresa todos los rumores eran ciertos. Por mucho tiempo el dios estuvo cortejando a la hermosa mujer, pero a ella no le interesaba el romance ni con él ni con nadie; esto enfureció al dios de los mares y decidió raptarla y hacerla suya. Medusa al sentirse en peligro hizo uso de sus bastos encantos y aturdió al dios al punto de ponerlo a sus pies.

—Querido, tengo hambre, muchísima hambre. —Dijo con sensualidad la mujer mientras se relamía los labios.

—Puedo mandar traer los mejores manjares para ti, todo lo que pidas.

—Pero yo no quiero ningún manjar, yo quiero comer un dios.

Entonces, sin pensarlo ni un instante, Poseidón se desnudó frente Medusa y se recostó a sus pies.

—Come de mí, déjame ser tuyo, déjame vivir dentro de ti.

Y Medusa así lo hizo, devoró al dios mordida por mordida, dejando solo charcos de sangre, huesos y algunos órganos.

Al volver a su hogar la mujer encontró ahí a la diosa Atena, que estaba asqueada por sus actos.

—¡Él quería tomar mi cuerpo a la fuerza! Yo al menos me alimente de él con su permiso.

—¡Te has comido a un dios!

—Fue como comerme a cualquier hombre.

Atena asombrada no solo de sus acciones sino de su descaro, la maldijo convirtiendo su cabello en serpientes furiosas y sus ojos se tornaron en un brillante color rojo.

Medusa avergonzada de las serpientes que ahora tenía por cabellos se refugió en una cueva. Rápidamente se corrió el rumor de que un monstruo vivía ahí y no tardo en subir a la cueva de Medusa el primer valiente. El hombre con espada en mano se adentró a la cueva.

—¡Sal monstruo! —Llamó el hombre.

—Aquí no hay ningún monstruo. —Dijo Medusa con suma sensualidad. —Solo una mujer hambrienta.

Medusa salió despacio de entre las sombras, su atractiva figura intereso al hombre que soltó su espada y camino al encuentro de la mujer, la cual pensó que saciaría su gran apetito; pero cuando el hombre la vio a los ojos se transformó en piedra, conservando una eterna expresión de terror en el rostro, y Medusa descifro cuál sería su destino... vivir con hambre rodeada de estatuas horrendas que la asecharían noche a noche con sus caras llenas de terror. 

Writober 2020Where stories live. Discover now