Encuentro divino「TeruYama」

Una relajante cena

Justo ahora no sabía que hacer con mi vida, matarme, suicidarme, dejar que me atropellen, ahorcarme... ¿ya había dicho suicidarme? ¿Que estoy haciendo en la casa de un desconocido? ¿Realmente iba a salir vivo de la casa de Yūji? ¿Por qué muerda había aceptado? ¿Era idiota? ¿O era solo que estaba tan sumido en la vergüenza y melancolía que acepté? Tal vez Tsuki tenía la razón...

Tadashi ya llegamos –me llamo Yūji.

¿Eh? Si... –respondí casi automáticamente, mi mente estaba en otro lado.

Esta mi hermana menor así que perdón, ella es un poco... –fiu~ no estaremos solos.

¿Persistente? –complete.

¿Eh? Si~ eso~ si ajá –se veía como una pequeña gota de sudor bajaba por su sien.

Abrió la puerta de su casa mostrando una casa ordenada el pasillo principal daba directamente hacia la sala y más lejos de ahí se veía la cocina.

¡Hoshi! ¡Estoy en casa! –¿Hoshi?.

¡Bienvenido! ¿Cómo te fue? –su voz se escuchaba cada vez más cerca– ¿trajiste algo de comer? –cuando por fin nos ve cara a cara ella hace una cara de disgusto, ¿será que la moleste?– ¡entiendo que tengas hambre pero no puedes saciar la hambre con eso! –¿eh?.

¡¿Qué?! ¡Deja eso! Ya hablamos sobre el asunto –su cara enrojece supongo que por un recuerdo vergonzoso.

No puedes hacerlo, todavía estoy pequeña para escuchar eso –se limpia una lagrimita falsa e haciendo una pose para aumentar el dramatismo.

¡Para ya! Es un chico que apenas conozco –nos estábamos quitando los zapatos para entrar a la posada.

Con más razón –¿de qué hablaran?.

Le dieron unos calambres en las piernas y se callo de cara al suelo ayúdame a curar su cara –yo no me veía así que debería tener algunos rasguños y unos moretones.

Ah, con que es eso, déjame ir por el botiquín –se retiro hacia no sé dónde de la casa.

Yūji me dejo en un sillón de la sala me iba a ayudar en remangar el pantalón pero se lo impedí.

Yo puedo hacerlo ¿si? –le dije.

Esta bien, espera aquí le dices a Hoshi que sane los rasguños dile que yo fui a comprar algo para la cena –¿me dejará aquí? ¿Sin ningún vigilancia? ¿será muy confiado?.

Le diré, gracias –se despidió e cerró la puerta detrás de si.

Mi vista recorría la casa sin mucho del que entretenerme, era un poco incómodo estar en una casa ajena.

¿Y Yu? –salte del susto.

Me dijo que te dijera que fue por algo de su cena esto... –respondí nerviosamente, no se cómo debería referirme a ella.

Dime Hoshi, no tengo problemas –saco un spray de alcohol para rociar ciertas partes donde tenia rasguños.

Hubo un pequeño silencio pero no uno incómodo si no uno cálido cuando la niña de aproximadamente unos 12 años empezó a hablarme.

Oye... ¿qué eres para Yu? –preguntó para luego darme unos pequeños parches y curitas -son realmente lindos, el parche es de forma de estrella y los curitas son de colores pasteles-.

Soy su amigo, no hay mucho que decir... lo conocí antes de un partido –empecé a ponerme los curitas y parches.

Con que también juegas voleibol –empezó caminar hacia la cocina.