Sabes, debido a la guerra me tuve que mover mucho después de irme de la ciudad, eran pocas las ocasiones en las que me quedaba más de una semana en algún lugar, nunca tuve un empleo fijo o una casa donde dormir, varias veces pasé hambre y frío e incluso llegué a robar comida, nada muy grande obviamente solamente alguna manzana o algún trozo de pan, pero la sociedad no estaba tan bien como para permitir eso, algunas veces me atraparon y me amenazaron, otras simplemente me dejaban ir al verme en tan mal estado pero por suerte nunca fui golpeada como algunos ladrones-

El rostro de Luis había cambiado a uno de preocupación, no me sorprende, es la primera vez que le cuento a alguien esta historia.

-vaya Nephy, no sabía que lo pasaste tan mal, ¿por que nunca volviste a la ciudad?-

-bueno, supongo que tenía miedo de volver y ver mi casa destruida o ver a algún amigo muerto o incluso de verte a ti muerto, tal vez me daba más miedo no encontrar a nadie así que preferí alejarme y pensar que todos estaban bien y a salvo-

Luis asintió lentamente.

-ya veo, perdóname por interrumpirte-

-no hay problema- dije con una sonrisa - bueno, como te decía

Pasé muchos meses así, apenas comiendo y viviendo de una manera horrible, buscaba trabajo pero jamás encontraba, hasta que un día decidí intentar encontrar un trabajo una vez más, pero fui rechazada de nuevo y con los ánimos por los suelos me fui a caminar por el pueblo donde estaba, y después de varios minutos encontré un cartel, todavía recuerdo bien lo que decía

"Se solicita empleada femenina
Interesadas asistir al parque de Luz entre 10 AM a 5 PM"

La verdad no sabía que pensar, era un cartel misterioso que solamente pedía a una mujer y no daba más detalles. Por un momento pensé que sería alguna estafa o tal vez sería raptada, pero cualquier cosa era mejor que seguir viviendo así.

Arranqué el cartel y fuí a la dirección que ponía en ella, un parque algo grande pero bastante deteriorado. Ahí había una chica de cabello rubio y ojos verdes sentada detrás de una mesa con algunos papeles en ella, parecía que nadie la tomaba en cuenta.

Me acerqué y su rostro mostró una gran emoción al ver qué tenía aquel papel en mis manos.

Me saludó de forma cordial y me dijo su nombre, un nombre tan bonito y simple, era Vid.

Hablé un poco con ella y me contó la razón de su anunció.

Era dueña de un pequeño ofanato alejado de todo donde cuidaba principalmente a niños que sufrieran alguna deformidad debido a la guerra.

La verdad me gustaba mucho esa idea así que no tardé en postularme para el trabajo y ella me aceptó de inmediato, al parecer la gente no estaba muy interesada a cuidar niños y fui la primera en postularme después de dos días.

Fue muy amable conmigo e hizo que me sintiera muy comoda así que todo parecía que estaba bien y por primera vez en mucho tiempo sentía que las cosas podían mejorar.

Ella me explicó muy bien el trabajo, yo viviría en el orfanato, me darían todo lo necesario, alojamiento, paga, comida y transporte, si soy sincera pensé que era demasiado bueno para ser verdad, pero como dije antes, cualquier cosa era mejor que seguir viviendo así.

Después de que ella explicara todo me dió una fecha y una hora para vernos en la estación de tren del pueblo, los días pasaron y fui a la hora exacta que Vid me dió, ella estaba ahí esperándome con una maleta mientras que yo no llevaba nada, aún así ella se acercó a mí y me saludó con un abrazo, te juro Luis que hacía tanto tiempo que no sentía un abrazo que no supe como reaccionar, pero ella actuó de una forma tan natural que mis inquietudes se fueron rápidamente y después de eso me contó que fui la única que se interesó por el trabajo así que estaríamos viajando juntas por unas cuántas horas hasta llegar al destino.

Enseñando A Sentir (Segunda Edición)Where stories live. Discover now