U.A no siempre califica de manera justa en los exámenes de admisión. Problema que afecta directamente a Nigiyaka Tsukare, cuyo Kosei fue mal evaluado teniendo como consecuencia un cambio en su educación. Pero todo cambaría después del prestigioso...
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Se había escabullido para escapar del hospital, naturalmente no le darían el alta ya que estaba aún en estado crítico por sus lesiones internas y su fémur fisurado. No negaba que le dolía caminar, correr o hacer cualquier movimiento que implique un mínimo de fuerza, pero ella no hacía saber esa dolencia. Quería evitar ser una carga por lo que no emitía quejido alguno o hacía ninguna mueca que demostrara el insoportable dolor que implicaba estar de pie. Para colmo planeaba reducir el impacto de su cuerpo tratando de no usar su don a menos que sea una emergencia, descartando la idea de aplacar su padecimiento adrede.
—¿Es una broma? No me pondré algo rosa en mi puta vida Yaoyorozu— Dijo frunciendo el ceño viendo a su compañera con un conjunto rosado—Prefiero algo menos... llamativo—Opinó levantando una ceja.
—¡Oh vamos Nigiyaka-san! Por eso mismo deberías ponértelo—Respondió acercando más las prendas. —Además combina con tus ojos. —La muchacha rascó su nuca con incomodidad para luego suspirar con fastidio y tomar violentamente los artículos que Momo le ofrecía.
Por otro lado, Todoroki y los demás esperaban a las chicas afuera del local, cada uno disfrazado de manera ridícula, sobre exagerando personalidades ajenas. Shoto no se sentía muy a gusto con tener a Tsukare en la misión, pero con lo terca y testaruda que era la muchacha sería casi estúpido negarle su participación. Pero había prometido protegerla, y rescatar a sus dos compañeros en nombre de ella, para que esta se tranquilizara y poder volver su hermosa sonrisa. Cada vez que en su mente aparecía el rostro de la joven de ojos dorados un involuntario sonrojo aparecía en las mejillas del bicolor, sin contar que era la primera vez que sentía una emoción tan vívida por alguien.
—¡Estamos listas! —Anunció Yaoyoruzu haciendo que el mitad albino dirigiera su mirada a la mujer que acompañaba a la chica que crea.
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Abrió sus ojos con asombro, deslumbrándose con la belleza que su vista deleitaba. Tsukare vestía un atuendo elegante y femenino, algo extremadamente resaltante con lo que acostumbraba a usar. Su cuerpo se veía delicado, que además de estar vendado, era adornado con sutiles accesorios y un maquillaje sensual y favorecedor. Traía el cabello alisado, y peinado prolijamente arreglado lo que complementaban su look de niña rica. Se sentía ligeramente avergonzada e incómoda por su vestimenta pero se mentalizaba el propósito de su ridículo disfraz.
