★Capítulo 23★

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—¿Vendrás al centro comercial con nosotros, Nigikaya-San? —Preguntó Utsukushi Sukari sacando de sus pensamientos a la confundida muchacha

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—¿Vendrás al centro comercial con nosotros, Nigikaya-San? —Preguntó Utsukushi Sukari sacando de sus pensamientos a la confundida muchacha. Reprobar el examen práctico, contra Aizawa, fue como un baldazo de agua fría y una apuñalada a su orgullo. No lograba entender cómo era posible eso, había vencido a Shota, le había pateado el trasero era tonto que no haya aprobado. Se había pasado toda la clase con la mirada baja, los puños blancos debido a la presión y fuerza que ejercía a ellos, producto de su inmensa confusión y sorpresa.

Volvió la mirada a su compañera de clase, quien esperaba su respuesta tras un breve silencio acompañado de una sonrisa inocente y amistosa que esbozaba su esquelética cara.

—Yo...­—Dijo arrastrando las letras sin tener una respuesta ni nada en su mente salvo las mil y una maneras que se le ocurrían para insultar a su profesor que estaba en una bolsa de dormir, tomando una siesta en una esquina mientras un barullo de los alumnos invadía el salón. —Mañana te digo, tengo que ver qué es lo que me falta—Se escusó para que la dejara sola, mientras no quitaba la vista de su amargo profesor.

—Si sigues así le causaras mal de ojo—Habló una conocida y grabe voz, conocida para ella, Todoroki Shoto se había acercado a hablarle. No eran expresamente amigos, pero podía decirse que era a uno de los poco que toleraba de ese salón. El heterocromático, por su parte, la veía como una compañera que despertaba su curiosidad, la podía definir como alguien peculiar y única, no podía parar de sentirse identificado con ella y eso aumentaba su interés por la chica de ojos amarillos. Su compañía no era un fastidio, guardaba silencio cuando había que hacerlo, hablaba con la verdad y era sumamente directa y audaz, algo que no muchas chicas tenían, pero había algo que hacía que tenga la necesidad de estar con ella, pero era incapaz de reconocer aquel sentimiento.

—Es la idea—Respondió entre dientes en un tono de voz neutro con un volumen moderado, sin quitar la vista del pelinegro dormido.

—No te preocupe por el examen, te esforzaste, que es lo importante. —Dijo Shoto, en un inútil intento de consolarla, él era pésimo en la terea o el rol de un amigo le costaba entender las emociones de los otros por lo tanto su nula experiencia le indicó que mostrar su apoyo era lo correcto. La chica lo miró a los ojos, pudo ver esos penetrantes orbes amarillentos que reflejaban a alguien con odio en su interior, ya que además contaba con un entrecejo arrugado y una expresión de total enfado. Todoroki tragó en seco.

—No me importa haber desaprobado, esto es algo personal. Esta pelea no solo iba a demostrar que, si soy capaz de valerme por mi misma, sino que era mi oportunidad de enseñarle a Shota quien soy yo. —Contestó, tal como le pasaba con su padre ella sentía la necesidad de argumentar su identidad y señalar sus actitudes. Sus motivos no eran académicos, no le importaba si era buena o mala estudiante, pero si era muy significativa su pésima relación que tenía con el profesor, lo cual era incompresible para Shoto.

—De todos modos, iras al campamento, así que ahí tendrás mas momentos para demostrar de qué estás hecha—Comunicó relajando un poco a su compañera, estaba en lo cierto, lo que por lo menos hizo que a Tsukare la mente se le destensara un poco. Pero las cosas no se quedarían así.

Perder el control {Todoroki Shoto}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora