Capítulo 18

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La vida es una oportunidad, benefíciate de ella. La vida es belleza, admírala. La vida es un sueño, alcánzalo. La vida es un desafío, enfréntalo. La vida es un juego, juégalo.
 Madre Teresa.

***

Las verdaderas oportunidades pocas veces llegan a tu vida, muy a pesar de que esta este llena de un mundo de posibilidades, bien sean pequeñas o grandes.

Como tornados, revolviendo todo a su alrededor, hacen acto de presencia.

No siempre se trata de ir tras ellas o crearlas, aveces, estas llegan solas, solo debes saber ver cuando tocan tu puerta. Esta en tus manos aprovecharlas o simplemente dejarlas ir.

Vivía un sueño.

Una mansión a su nombre, una empresa de la que era dueña y el mundo a sus pies.

Lo que siempre quiso.

Su mundo lleno de oportunidades y posibilidades.

Estaba en la cima del existo.

Y en ese momento estaba llegando al orgasmo. Y nada sabia tan bien como un buen sexo. La liberación del cuerpo.

Con una sonrisa miro a la rubia que estaba encima de ella.

La cara de satisfacción de las dos fue gratificante. Ninguna mujer se quejaría jamás de sus atenciones en la cama.

Era una diosa para nada egoísta.

La rubia la beso y se acostó a su lado.

¿Cual era su nombre? Negó, eso no importaba. Ahora solo debía pedirle que se fuera.

Cuando la mujer dejo su departamento su sonrisa permaneció y con ella durmió.

Su vida era genial. Le gustaba cada pequeño detalle de ella.

Todo.

¿En que momento había cambiado eso? ¿En que momento la soledad se instaló en su pecho? Su vida iba bien, pero entonces todo perdió sentido.

Esa era la vida, diciéndole que su verdadera felicidad estaba lejos del camino que ella transitaba. Pero no lo vio así.

Tan ciega como siempre fue.

1714 Yorkshire, Inglaterra.

Sería mas complicada su misión, pensó sin evitar su sonrisa.

Camila también sonrió.

- Nunca hubiéramos tenido esta conversación.

- No esperaba nada menos. ¿Pero no cree que lo haría todo más fácil si yo estuviera casada? Nada de merodear en casas ajenas. Los rumores no serían tan escandaloso.

Ella negó.

- Me gusta mucho merodear en casas de otros. Y un marido seria un obstáculo para nuestra amistad - replicó con gracia Lauren.

- Quizá. - Camila se acercó, bloqueando la luz de la casa - Pero quizá es también porque si tuviera un marido usted se marcharía y olvidaría de una vez lo sucedido.

Un Viaje Al Amor Where stories live. Discover now