𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄 [Multishipp]

ʙ ʟ ᴀ ɴ ᴋ s ᴘ ᴀ ᴄ ᴇ

- Así el hijo de puta nos grabó porque le salió de los huevos.

- No hay de otra, Conway.

Estaban reunidos en el despacho de abajo del superintendente. Habían echado pestillo antes de mandar a llamar a Fred y a Dan, quién se encontraban sin pasamontañas una vez que se bajaron persianas, estaban sentados en el único sofá que había. Volkov y Conway se encontraban de pie, el primero quieto en su lugar y el segundo dando vueltas a todo el lugar. Era una verdadera mierda, todo era una verdadera mierda gracias a qué Greco, por alguna extraña y depravada razón, los había grabado, y en sus intentos de hacerse el chulo con el alcohol terminó aquella cinta en manos de alguien posiblemente peligroso.

- Lo voy a degradar, lo voy a degradar hasta humillarlo con los alumnos.

- Conway...

- ¡Cállate, anormal!

Era el tercer intento que hacía Gustabo por querer dirigirle la palabra al superintendente, pero era la tercera vez que lo manda a follarse a su madre. Rodó los ojos por segunda vez y recargó su cara en la mano que tenía sobre el reposabrazos.

- ¿Ya bajó el vídeo?

Susurró Horacio como si supiera lo que le fuera a esperar, Conway le dirigió rápidamente una mirada cabreado. Se dirigió hasta Gustabo, se hincó para quedar a su altura y apretó fuertemente los muslos del menor, haciendo que este soltara una mueca.

- Dile a tu hermanito, que no haga preguntas estúpidas.

El rubio solo vio con molestia a Horacio, diciéndole con los ojos que no dijera pendejadas y que dejará de preguntar lo obvio. El moreno solo le respondió con un intento de sonrisa que trataba de transmitir una disculpa.

Conway se incorporó y volvió a dar vueltas por todo el lugar, tratando de controlar la carga de ira que tenía contenida.

Media cuidad ya había escuchado como entablaban intimidad, media cuidad ya sabía cómo los superiores sacaban su estrés. ¿Qué se supone que debía de hacer? No podía matar a media población.

- Volkov, llama a Greco.

- 10-4.

Se alejó un poco de los presentes y encendió la radio, llamando la atención de toda la malla y preguntando si estaba en servicio el otro comisario, unos cuantos respondieron que no lo habían visto, otro dijo que lo había visto patrullar con Gordon, se hizo un gallinero hasta que la voz del solicitado apareció.

- 10-9, Volkov.

- Conway quiere hablar con usted, ahora.

Apagó la radio y volvió al tenso trío que no paraba de amenzarse con miradas o de responder pasivamente ante ellas.

Gustabo estaba enojado, pero no porque se le hubiera expuesto en el internet, está frustrado porque habían interrumpido parte de sus planes. El paso uno estaba totalmente dominado: tener a Horacio a su merced. El paso dos también ya estaba realizado: Volkov ya comía de su mano. Pero el paso tres era el que más le iba a costar: someter a Conway ante él, hacer que le cumpliera todos sus caprichos, que le diera la atención que quería cuando quisiera, que solo fuera para él. Y vaya que le estaba costando, retarlo era una de las formas para llegar a él, pero no contó con el comisario Rodríguez fuera hacer de las suyas, retardando el paso final. Su hermano y el comisario solo eran escalones que había tenido que subir para llegar a su meta, y los había pasado con éxito.

No notó cuando llegó el otro comisario a la oficina, pues seguía pensando en cómo apoderarse de aquel hombre que parecía tener más control sobre que él que él mismo.