ʏ ᴏ ᴜ ?

3.2K 248 224
                                    


Volkov caminaba en dirección a la entrada de comisaria. Eran las tres de la mañana y no había dormido casi nada, sin embargo, tenía que acatar la orden de su superior en llegar una hora antes que los dos hermanos. Llevaba consigo una ligera chaqueta de mezclilla encima de su camisa habitual, hacía frío, bastante, pero para él no era más que un simple airecito.

Subió las escaleras, pasó el lobby y se dirigió a la oficina superior de Conway, el cual lo esperaba impaciente, con cigarrillo en mano y tic en pierna, recargado sobre su escritorio, pensando en que excusa inventar.

Llevaba las manos ocultas en los bolsillos de la chaqueta, y antes de entrar al lugar, sacó una de ellas para tocar suavemente la puerta, seguidamente la abrió despacio y asomó su cabeza para después mostrar su cuerpo completo.

— Buenos días, Volkov.

— Ni siquiera el puto sol ha salido, ¿qué tiene de buenos?

Se acercó a uno de los sillones, con paso firme y enojado, que poseía la sala y se embarró contra ellos, con las manos aún metidas en los bolsillos. Ni siquiera le dirigió la mirada, se ponía molesto cuando no podía dormir sus horas. Le ponía molesto cualquier cosa que Conway hiciera para joderle, incluso empezaba a dudar si su mera existencia le molestaba.

— Pero bueno, ¿qué bicho te picó?

Apagó su cigarro en el cenicero que reposaba sobre el escritorio y se incorporó para dirigirse al comisario, quien a duras penas podía mantenerse despierto completamente.

— Uno muy molesto que me cita a las tres de la mañana en su desagradable despacho.

Conway sonrió ante lo dicho por el ruso, lo miró de frente antes de que se sentará junto a él. Parecía un niño pequeño haciendo berrinche porque no le dejaron salir a jugar con los demás niños. Vaya que estaba haciendo berrinche, y esto papi iba no lo va a permitir.

— Eh, eh, más respeto para tu jefe, cabrón.

El comisario se limitó a rodar los ojos molesto y a posar su vista en dirección contraria a dónde estaba sentado su jefe, el cual se encontraba extrañamente cerca de él.

Lo miró todo el tiempo que quiso, lo analizó a fondo y se dió cuenta de que no parecía tan viejo como marcaba el DNI, que solo era dos años mayor que él pero de cerca parecía que era muchísimo más joven de lo que en realidad es. Miró sus labio entreabiertos y se pudo percatar de que la punta de su lengua andaba rondando cerca. Observó el resto de su cuerpo, visualizando como incluso con dos prendas por sobre encima, se podían ver sus músculos marcados, se dió cuánta también que traía los tres primeros botones sin abrochar, dejándolo con dos interrogativas en la cabeza: 1. O se había vestido molesto, con la luz medio prendida y con un sueño que te cagas, o 2. Lo había hecho aposta porque sabía a lo que venía.

Conway se quiso quedar con la primera pero su instinto le dijo que la segunda.

— ¿Por qué me citó tan temprano, Conway?

El tono de voz de Volkov se seguía escuchando como recién levantado de la cama, quiso aclararse un poco la garganta pero el resultado fue poco. El viejo en ningún momento pudo apartar su mirada de esa entrepierna que aún no alzaba por él.

— ¿Es que no podía esperar hasta una hora más?

— Ay Volkov, tú no sabes de qué va esto, ¿verdad?

Por fin desde su llegada, volteó para mirarlo, cosa que se arrepintió en cuanto vio a dónde apuntaban los ojos del mayor, provocándole un leve rubor en el rostro. Sin embargo, no fue motivo para que Volkov expresará su "confusión". Hazte el loco, su mente le había dicho en cuanto bajó de su auto para encaminarse al edificio, y por alguna extraña razón le cedió la palabra. Iba a hacer que la virgen le hablaba.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄      [Multishipp]Where stories live. Discover now