ʟ ᴜ ʀ ᴋ

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Conway dejó de saborear el miembro del menor para mirarlo inexpresivo a los ojos, cuales indicaban que estaba hablando en serio. El mayor sonrió ante la 'seriedad' de las palabras dichas por Gustabo, se apartó solo para observar como los labios del menor se empezaban a hinchar, y a retarlo con la mirada, para después envolverlo en un beso salvaje.

— Quiero ver qué lo intentes.

Dijo entre besos, mientras apretaba suavemente la erección del rubio, haciendo que este soltara un breve jadeo entre sus labios. Gustabo está absorto en el placer dado por su mayor, por lo que no pudo apreciar la mirada saciadora que le estaba dando. Mantenía los ojos cerrados, establecer contacto visual con Conway podría ser la perdición del menor, y lo sabía, con los ojos dominantes del mayor, iba a decir sí a cualquier cosa.

— Vo-vol...

No podía ni formular una palabra sin que se le saliera un gemido, o sin sentir las olas inmensas de placer que tomaban el control de todo su cuerpo. Por alguna razón, Conway se excitó más cuando escuchó el intento fallido de Gustabo por llamar al comisario. Con la mano que tenía libre, introdujo dos de sus dedos en la boca del rubio sin preguntar, haciendo movimientos de entrada y salida, lubricando sus extremidades. El menor no protestó ante eso, le ayudó a mojar sus dedos, los chupaba con impaciencia y lujuria, realizando movimientos con su lengua.

Conway no dejó de masajear en ningún momento el miembro del otro, aumentando a veces el ritmo para bajarlo lentamente, escuchando los quejidos insatisfechos de Gustabo, complaciéndose asimismo escuchándolos.

Al otro lado de la casa, se podía escuchar el sonido de la piel sudada chocando contra otra, los jadeos que transmitían necesidad de más inundaban la sala. Horacio ahora saltaba con urgencia de alcanzar su límite sobre Volkov, quien este lo miraba fascinado desde abajo, grabando en su mente cada vello, cada poro, cada granito, cada lunar que tenía el cuerpo de su subordinado, haciendo que adquiera un aire naturalmente sexy. Recorría con las yemas de sus dedos la cadera del menor, dando pequeños apretones cuando sentía un espasmo avecinarse.

Horacio disminuía el ritmo de vez en cuando para hacer un pelín más larga la situación, pero no duraría mucho tiempo. Tuvo que levantarse Volkov, cargando a Horacio evitando salir de él, y ponerlo en cuatro para que el menor ya no aguantara. En cuanto, el mayor empezó a embestirlo, no pudo contenerlo, gemidos más altos habían reemplazado los pequeños jadeos, el agarre que Horacio estaba teniendo hacía que las venas de sus manos sobresaltaran. Una gota de sudor le recorrió toda la espalda desde el nuca hasta perderse.

— Con-con

Volkov, al escuchar el intento de hablar del menor, salió rápidamente de sus pensamientos y se acercó a la cara del menor, tomándolo con hostilidad del mentón, obligándolo a girar un poco su cabeza parar mirarlo.

— ¿Cómo ha dicho?

La voz del comisario se escuchaba demasiado ronca de lo que era normalmente, sacando por completo de su juicio a Horacio, quien tuvo que tragar saliva discretamente para contestarle. Volkov apretó ligeramente sus mejillas para apurar la respuesta del menor, si había tratado de decir lo que creía, iba a dejarlo insatisfecho, o quizá a castigarlo, elegiría una de dos dependiendo de la respuesta que escucharía.

— Complázcame, Volkov, hágame suyo.

No era tonto, sabía lo que había escuchado, pero aquellas palabras que fueron casi un hilo de voz le engatusaron el oído. La iba a dejar pasar solo porque Horacio tampoco era un crío, él también sabía lo que había tratado de decir, pero por otro lado, empezaba a conocer a un Volkov posesivo, uno el cual había visto actuar en los vestidores, en la radio en el despacho de Conway, pero tampoco sabía hasta que punto tenía controlada esa posesividad, la cual no le molestaba en absoluto siempre y cuando no se enterara de sus próximas aventuras con el superintendente.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄      [Multishipp]Where stories live. Discover now