01. Minutos antes del Amanecer.

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"Brendon, tras largos meses de ardua investigación no he logrado encontrar información concluyente que señale una infidelidad por parte de tu prometido." Una escabrosa sonrisa se forma en los labios del hombre tras su veredicto, provocando que las arrugas se hicieran evidentes en su envejecido rostro, más el tono alegre tono que había empleado sonaba casual. "Felicidades." Sus orbes oscuros lucían vacíos, como agujeros negros que absorbían todo rastro de luz y solo se clavaban en el joven frente a él, sentado del otro lado de la mesa del restaurante, mientras este parecía perdido en la nada absoluta de sus pensamientos.

El joven castaño, por su parte intentaba barajar la información recién obtenida, golpeando con su dedo índice derecho la superficie de la mesa, donde reposaba la carpeta que anteriormente se le había otorgado.

Se mantuvo así durante largos segundos, pensativo, golpeando la mesa ligeramente con su dedo en un evidente acto de nerviosismo, tan solo escuchando el leve bullicio de las escasas personas que se encontraban aquella mañana en el lugar. Suspiro ya cansado, puesto que había sido una larga noche en la estación de policías intentando darle sentido a un caso que recientemente había explotado en las calles de Las Vegas.

Giro tan el rostro tan solo un par de milímetros para vislumbrar a través de la gigantesca ventana del restaurante un auto a mitad de la carretera, en medio de la nada absoluta del árido desierto. A su vez, también podía apreciar el amanecer, con sus cálidos colores, anunciando la pronta salida del astro rey para brillar en lo alto del firmamento, como cada día.

"¿Se encuentra completamente seguro de ello?" Su voz se permitió salir, sin embargo, fue ronca y dudosa, incluso temerosa. Continua sin apartar la mirada de la ventana, mientras muerde sus labios, por su parte, sus cejas de atrevieron se atrevieron a alzarse.

"Completamente." Sentencio. El hombre de azabaches cabellos tomo de nueva cuenta la carpeta entre sus pálidas manos, se permitió abrirla exponiendo así el contenido que previamente el joven había visto de reojo, más había sido con algo de recelo y brevedad. "Toda la evidencia se encuentra aquí." Brendon se atrevió después de unos segundos a mirar las fotografías y demás contenido sobre la blanquecina mesa desnuda, pero tan solo superficialmente, con miedo reflejándose en sus orbes castaños. "Realice una investigación completa como puedes ver. Revise sus redes sociales, aunque fue un poco difícil para mí, así que le he pedido a mi sobrino que me ayudase con ello." El pálido hombre soltó una breve carcajada, provocando una leve molestia en Brendon puesto que no se encontraba dispuesto a soportar bromas en un momento tan crucial como este. "Además de ello, revisé su correspondencia y le seguí durante un par de semanas como me lo solicitaste."

El castaño tomo las fotografías entre sus manos, por fin disponiéndose a observarlas con detenimiento y total atención, después de su llegada a aquel restaurante ya hacia media hora. El hombre extraño hombre estiro un poco su brazo izquierdo para tomar entre sus temblorosas manos una blanquecina taza de café, llevándola a sus finos labios sin apartar la mirada del más joven, sorbio un poco del contenido mientras Brendon analizaba la evidencia.

Los orbes castaños de Brendon viajaban con rapidez a través del papel, intentando analizar la mayor cantidad de información posible, alternando entre diversas fotografías donde se podía apreciar el buen porte e impecable imagen de su prometido:

Dallon James Ross.

Podía sentir su corazón latiendo en sus oídos a gran velocidad, casi víctima de una taquicardia, notándose también afectada su respiración, el sudor frio apenas viéndose en diminutas gotas sobre su frente, amenazando con caer sobre las diversas conversaciones impresas de Dallon, donde apenas se podían leer breves intercambios de palabras del joven con algunas mujeres y hombre sobre tema al azar, pero nada más allá. Ningún comentario sugestivo o invitación a pecar por ninguna de las partes implicadas.

R E V E N G A. Vol. IWhere stories live. Discover now