07. Sehnsucht.

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I.


Martes.

Un suspiro cae de sus delgados labios cuando observa la figura del hombre atravesar las espesas puertas de cristal, sabiendo a la perfección lo que debía decir, repasando en su mente las líneas que debe recitar esta calurosa tarde de verano. Se acerca cauteloso y siente sus pies doler a cada paso que da, lleva dos semanas y media trabajando en el restaurante y aún no se acostumbra a las extenuantes jornadas laborales.

"Hola, Dallon." Saluda cordialmente. El castaño ha tomado asiento en una de las mesas próximas a la entrada del recinto, colocado su saco en el respaldo de la mesa. Le mira deleitandose con su belleza, pese a que es incapaz de aceptarlo ante sí mismo, es consciente de lo atractivo que lo encuentra.
Durante las contadas ocasiones que ha podido interactuar con él ha podido apreciar sus delicadas facciones, sus impecables modales y su peculiar forma de vestir. Su recurrente inclinación a usar camisas de vestir, sacos y chalecos de colores que oscilan entre tonos grisáceos, cafés y negros, zapatos relucientes donde bien podrías encontrarte con tu reflejo, sin embargo, lo que más captaba la atención de propios y extraños resultaba ser su gusto particular por los moños.
Según Walker, podrías saber cuál era el estado de ánimo de Dallon James Ross con solo observar el moño que portaba.

"Hola, Erick." El castaño sonríe tímidamente, mientras su dedo índice empuja el marco de sus gafas sobre el puente de su nariz. El peli-azul observa el anillo en su dedo anular, que brilla gracias a la luz que brindan las lámparas del recinto.

"Te quedan bien las gafas." Ryan aprecia como las pálidas mejillas de Dallon ahora se tornan en un violento color rojizo, y baja la mirada hacia su regazo. "Te ves mas lindo de lo normal." Su voz intenta ser más dulce aunque algo grave y baja, sin perder el indicio de que va más allá de un simple cumplido.

"G-Gracias." Tartamudea. Ryan procede a entregarle la carta pese a saber que siempre ordena lo mismo, puesto que de cualquier forma debe entregarla según le explico Patrick. "Erick, no hace falta. Ya sabes que..." El castaño comienza, más es infrumpido por el menor.

"Lo sé, pero quizás algún día cambies de parecer y decidas probar otras cosas." Le guiñó un ojo mientras un pequeña sonrisa se cuela a través de las esquinas de sus labios, gira sobre sus talones y se dirige a paso veloz hacia la cocina sin saber que detrás de si dejo a un boquiabierto Dallon, quien siente las mejillas arder de nueva cuenta y su corazón latir vehemente dentro de caja torácica.


II.


Viernes.

"Toma." Su paz es interrumpida por un objeto que es lanzado hacia su persona, por lo que intenta rápidamente atraparlo en el aire con sus manos antes de que golpee su pecho.

"¿Que diablos es esto?" Cuestiona sentándose correctamente en el viento sofá color marrón, que huele a algo que no logra descifrar y tampoco se atrevería a preguntar. Observa el aparato entre sus manos, mientras su ceño se frunce sin comprender porque se lo ha entregado.

"Es un celular, Ryan. ¿Jamás habías visto uno?" Comenta el hombre de desaliñada barba, con una risa burlona. El peli-azul siente como el sofá se hunde bajo el paso del recién llegado.

"Lo sé, no soy estupido, Jon." Ryan le ridge una fugaz mirada molesta. "Quiero decir, ¿para qué me lo das?" Cotinua observado el celular, incluso atreviéndose a encenderlo para así encontrase con que su huella digital había sido registrada por lo que puede acceder a el sin mayor problema. Ni siquiera se molesta en cuestionarlo, puesto que había cedido todo tipo de informacion.

R E V E N G A. Vol. IWhere stories live. Discover now