La magia de la música (LGBT)

10- Problemas

—Porque no le das un tour, en lo que acabo— Le dijo el chico a Amy.

—Me encanta, ven— Jalo mi mano y nos metimos a la cabina que había visto antes —Se que tienes nervios, no tienes que grabar nada si no quieres, solo quería que conocieras un verdadero estudio, Mat es un amigo de mi papá, estudiaron juntos aunque no se exactamente cuando, se que no tienes nada escrito pero...

—Gracias de nuevo por esto, por todo, por hacerme entender que mi sueño es más grande que una estabilidad, y motivarme a seguirlo.

—Me gusta esa sonrisa— Me dijo y tomo mi rostro con mis manos —Entonces ¿Que quieres hacer?

—Me se una canción que tu escribiste, que tal si ¿Lo intentamos?— Ella sonrió.

—Yo no canto cariño, pero tu si, y muy bien que cantas, vamos a ver que hizo Mat— Salimos del estudió.

Matt nos mostró la base que hizo y sinceramente era muy pegadiza, y no me hacía recordar a ninguna canción que había escuchado, pero al guitarra era sin duda aquellos acordes que ella estaba tocando cuando nos conocimos.

—¿Tienes lápiz y papel?— Le pregunté al chico.

—Tengo todo lo que necesitas preciosa— Me dijo y se rodó con la silla hasta una gaveta y saco un folio de hojas con una lápiz.

Repetí una vez más la instrumental y comencé a escribir, sin duda había aprendido tanto de mi abuelo como de ella, que las ideas solo llueven y cuando tienes una tienes que dejarte ir, termine de escribir la canción en tiempo record, ellos me ayudaron unas cosas y termine dentro del estudio cantando con todas las ganas del mundo mientras ella me veía con una sonrisa de orgullo en su rostro.

Si algo había aprendido es que puedes transportarte a cualquier sentimiento por una canción, y ahora mismo había revelado mis mas grandes miedo en una canción camuflada con un toque de magia para entender para que entiendan que nunca es final de tono, el tiempo se nos fue volando y Matt dijo que iba hacer algunos arreglos más y me pasaba la canción mañana, le agradecimos y al salir del estudio ya era de noche para mi suerte Paul estaba fuera.

—¿Que haces aquí?— Le pregunté.

—Yo lo llame— Amy respondió —La princesa tiene que regresar a su castillo— Me dijo y beso mi cien —Espero tengas una linda fiesta de cumpleaños, y recuerda que no todo dura para siempre— Asentí.

—Te quiero— Le dije por primera vez mientras la abrazaba con fuerza.

—Te quiero más princesa Blais— Se separo —Procura que no dañe su noche Paul— Le advirtió y el sonrió.

—Hare lo posible— Dijo y estrecharon sus manos.

Subí al auto y aleje del lugar dejándola ahí, sin duda había sido el mejor cumpleaños de mi vida.

—Espera tengo mis cosas en su casillero— Dije cayendo en cuenta.

—De hecho todo esta en la parte de atrás del auto, una tal Sandra me lo entrego en tu colegió y todo esta aquí— Sonreí ella siempre pensaba en todo —Entraremos a mi casa para que te quites eso— Señalo mi ropa —Y te coloques el vestido que escogió tu padre, yo también tengo que vestirme así que conseguí que lo dejaran todo en la casa.

—¿Por qué la ayudaste? Es decir, ¿Por que me ayudas a verme con ella? Sabiendo que esto no puede acabar bien.

—Porque eres mi mejor amiga, y jamás te había visto sonreír, reír, brincar de felicidad de ese modo como cuando al ves, quiero que sepas que siempre cuentas conmigo, para lo que sea— Me miro y tomo mi mano con su mano libre —Mia, lo que sea así sea escapar de este lugar, porque también he pesado en escapar.