Un Misterio en Berk

Capítulo 20: Saber

=Hipo=

Ya está, lo había dicho y tras decir aquellas palabras sentí en la posibilidad de que me desmoronara con la misma facilidad que decidí esto. Confío en ella y sea cual sea su opinión al respecto sé que de igual manera no lo divulgará, pero aún el nerviosismo existía ¿y cómo no? Si una de las posibilidades es que se alejé, quiero ser honesto con ella, como ella lo hizo conmigo.

Pensé en retirar lo dicho por unos mili segundos, ella lo entendería, así es ella, pero ya desperté su curiosidad y aunque Astrid lo niegue sabe que es así, yo reaccionaria de la misma manera.

Luego recordé el porque hago esto, no es por que me sienta endeudado o por su curiosidad, probar mi confianza, ni nada parecido a eso. Creo que necesito hablarlo tanto como ella necesitaba hablar de aquella chica, quiero decírselo, pero eso no quita lo complicado al hacerlo.

—Hubo un accidente, hace dos años y medio, fue un caos en especial en este pequeño pueblo, yo... estuve ahí, venia del aeropuerto de una visita de mis abuelos, no les gusta el frio, así que se mudaron—sonreí ante el recuerdo de mis queridos abuelos, pero luego la sonrisa se desvaneció volviéndose seria al recordar lo que estoy haciendo—. No quise molestar a mis padres, así que tome un taxi porque ¿Qué es lo peor que podía pasar? Equivocarme y darle más dinero al conductor ¿quizás?

Hice una pausa retomando de nuevo el recuerdo de las posibilidades que me esperaban, podría esperar su lastima, que es lo más probable y es una de las cosas que menos deseo, sinceramente ya no sé que esperar.

—No debes seguir si no quieres—me avisó Astrid con una mirada comprensiva

Negué con la cabeza, tome aire y continúe.

—Recuerdo estar en el taxi haciéndole platica al conductor para pasar el rato, cuando el auto freno de la nada, sentía como daba vuelta, pero lo único que pensaba que esa era mi hora, de verdad pensé que... moriría—dije lo ultimo en un susurro incapaz de poder repetirlo—. Lo que sucedió después es un poco confuso—ella me apretó la rodilla en señal que está ahí y yo suspiré—. Fui uno de los pocos que sobrevivió, pero a costo de eso... yo..

No tenia caso explicarlo, retiré con delicadeza su mano de mi rodilla, ella parecía confundida, pero no replicó, levante la manga de mi pantalón mientras sentía un nudo acomodarse en mi garganta recordando el momento cuando fui yo quien vio el costo y donde debería ir una pierna de carne y hueso había una de metal sustituyéndola.

Quería ver su reacción, pero el miedo me estaba empezando a dominar, quise salir corriendo, pero no lo hice, logre mantenerme sentado acomodándome una y otra vez el pantalón como un tonto solo para no mirarla, pero cuando tuve que hacerlo ella no parecía sorprendida.

—Al parecer había estado en debajo del auto—continúe—. La gran mayoría de mi cuerpo salió durante el impacto, excepto mis piernas que una de ellas fue... partida por un metal del auto, dijeron que tuve suerte

Ella me abrazó por encima de mis hombros, yo le correspondí dejando caer mi cabeza en un mini hueco que se formo, para ese entonces mi corazón latía con fuerza y por primera vez mi pierna era lo de menos en una situación y eso se sentía bastante bien para ser honesto.

—Gracias por confiar en mi para que me dijeras algo como esto—fue lo que dijo

Repase lo más rápido que pude todas las ideas o suposiciones de su reacción y en ninguna de ellas aparecía el milagro de no recibir lastima de su parte, estoy atónito, así de simple, las palabras quedaron atoradas en el nudo de mi garganta que cada vez sentía que ardía con más potencia.

—¿Por qué lo ocultas?—me preguntó al separarnos

Me aclaré la garganta para intentar sonar normal.