Capítulo 15: La Pista

280 24 6
                                    

=Hipo=

Caminamos por los pasillos como cualquier otro día, solo que para mi no era cualquier día, ayer justo ayer Astrid se rindió así nada más y aunque entiendo su punto y me alegro que se preocupe y le importo, sé que para ella esto es importante e hice una promesa, que por ahora no estoy dispuesto a romper.

Los chicos hablan, pero mi mente no está con ellos, solo pienso en como hare para que la Astrid que conocí vuelva, las chicas están detrás de nosotros Heather y Brutilda hablan con naturalidad, pero no escucho la voz de ella.

—Me apoyas ¿O no As?—preguntó Heather

—¿Q-qué?—pestañó de forma rápida

—¿Crees que Heather tiene razón?—interrogó Brutilda entrecerrando sus ojos

Ella asintió forzando una sonrisa, mi amiga pelinegra empezó a celebrar dando unos saltos, en cambio que Tilda se queja entre dientes y le reprocha a Astrid que ella no entiende nada.

—Oye As, no es por echarte, pero ¿No en está hora trabajas en el periódico?

Astrid abrió los ojos sorprendida y salió corriendo en la dirección contraria chocando con varios compañeros que desde aquí se escucha como en un grito les pide perdón.

—Ya embobado, ya se fue—me dio un golpe en mi hombro Tilda

Ellos siguieron caminando, pero yo me quede ahí como una estatua mirando en la misma dirección en la que se fue.

¿Qué se supone que haga?

Quiero volver como antes, ella toda emocionada con cualquier pista que se le ponia en frente y dar ideas, convivir. Y ahí una palabra resuena en mi cabeza.

Pista

Y desde ahí supe que debía hacer, así que corrí al periódico a toda velocidad con una idea improvisada y que empiezo a practicar en mi cabeza para por lo menos conseguir tiempo o algo.

Al estar frente a la puerta con el mismo nerviosismo que hace meses atras me trae recuerdos. Abri la puerta y sentí que me transporte a un dejá vu, yo entrando con miedo a que me corte la cabeza y ella trabajando en su computadora como si dependiera de eso, todo seguía igual, el periódico, mis nervios.

¿Que cambió?

Que en ese momento solo era una desconocida, pero ahora no sé lo que es, si es solo una amiga o quien sabe algo más y ahora intento a que no renuncie a algo que le puso tanto empeño. Ella levantó su vista y la posó en mi, me observa con atención con sus grandes ojos azules, luego me doy cuenta que no he dicho nada y que parezco idiota.

—¿Podemos hablar?—pregunté

Ella separó sus manos de el teclado.

—Lo estamos haciendo—sonrió de lado, negué con la cabeza y una sonrisa

—Quiero hablar sobre lo de...

—Ayer—terminó por mi, yo asentí, ella llevó sus manos a su cara frustrada—. Hipo...

—Sí, lo sé, soy insistente que hasta podrías matarme de el estrés que te doy—adiviné, trague en seco y me acerque a ella poco a poco—. Pero hice una promesa

—Olvídala Hipo—desvió su mirada de mi

—Tienes miedo, aunque quieras negarlo lo sé, te conozco y tal vez tiene algo que ver con tu pasado, de no ser así no entendería porque te afectó tanto, entiendo que es peligroso, no ignoro eso—trate de buscar su mirada ¿Por qué no me mira?—. Déjame traer una pista y vuelves al caso

Un Misterio en BerkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora