Un Misterio en Berk

Capitulo 12: Familia

=Astrid=

—¡Un meses! ¡Uno! y ¡Nada! ¡Nada!—grite estresada lanzándome al suelo tapando mi rostro con mis manos

Como dije a próximamente han pasado un meses, un meses donde me junto con los chicos, un meses donde casi me da un infarto que mi padre es un posible sospechoso, un meses donde me he sentido tan extraña junto a Hipo.

Él apoyo sus codos en sus rodillas y ladeo la cabeza mirándome divertido.

—Bueno, ha pasado un mes y medio, casi dos meses—sonrió—Deberías estar más desesperada

Agarro una bola de papel y se la lanzo a la cabeza, él se cubrió con los brazos riendo mientras que yo lo miro enojada.

—No ayudas—reclamo

—Lo sé, pero es divertido verte enojada—comentó aún bien sonriente

Le lanzo una mirada de odio y su sonrisa desvanece de la misma manera que apareció, él acerco su silla en la que está sentado.

—No es mi culpa que el sujeto sea un fantasma—rodé los ojos—. Deberíamos tomarnos un descanso, después cuando volvamos tendremos la mente renovada y tal vez si los dioses nos bendicen se nos ocurra otra idea—sugirió

—Sí probablemente tengas razón—me rendí con un suspiro

De vez en cuando nos encerrábamos aquí en el periódico a inventar una idea que tenga sentido, pero mientras más ideas sugeríamos más estúpidas parecían, entre ellas que el asesino salió de un manicomio.

—Y de paso terminamos el proyecto de biología que se entrega la próxima semana—mostró la rubrica y los pasos a seguir para completar el trabajo, él se asoma con una sonrisa forzada y nerviosa

—Creo que tenemos diferentes conceptos de descanso—entrecerré mis ojos forzando una sonrisa

Él suspiro negando con la cabeza, luego se detiene a mirarme.

—Vamos, se entrega la próxima semana

—Bien, am... tengo un trato, descansamos lo que queda de el día y nos juntamos el fin de semana para avanzar—sugerí

—Está bien—me extendió la mano para levantarme, pues seguía en el suelo, lo cual yo acepte—. Pero será en tu casa

Abrí mis ojos sorprendida, no eso no pasara, negué con mi cabeza mientras a él le aparecía de nuevo esa sonrisa burlona.

—No, ni muerta, sabes como me llevo con mi papá, vamos a la tuya—con mi dedo toco fuerte su pecho

—Si pues tampoco sucederá, además fue tu idea—me hice le impactada haciéndome la ignorante de el origen de la sugerencia—. Ya sé, el sábado una casa y el domingo otra, así los dos pasaremos vergüenza

—Bien—tendí mi mano para cerrar el trato en un apretón de manos

—Tu casa primero—dijo rápidamente que apenas pude reaccione y juntó nuestras manos cerrando el trato

—¿Que?—pregunte desconcertada

—Trato cerrado—sonrió victorioso

—NOO!

*

Me encuentro sentada en mi cama, con mi codo apoyado en mi rodilla mientras que con la otra alimento a Tormenta, me pierdo en mis pensamientos de como mi vida a cambiado a lo largo de estos meses, Hipo se convirtió en mi mejor amigo pues es con la quien más me la paso, mi mano empieza a divagar en las delicadas plumas de Tormenta.