Capítulo 18: El Extraño Del Bosque

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=Hipo=

Me desperté con el complaciente ronquido de Patán de fondo, deseaba levantarme, salir y respirar el aire fresco de otoño, pero en el fondo de mi ser no queria. No porque no fuera amante de la naturaleza, si ella está afuera... No sé que haria, pero no puedo evitarlo para siempre.

Podrías intentarlo

Negué descartando la idea, ¿Cómo se supone que la vea ahora?. Casi me beso con ella, no es una queja, pero no puedo ahora mirarla como si nada hubiera sucedido, no puedo simplemente, ¿Ignorar todo?.

Al final salí de igual forma, necesito espacio para dormir y los osos en esa carpa no son de ayuda, para fortuna para mi no hay nadie, froto mis manos intentando entrar en calor y me dispongo a preparar la fogata, por lo menos podría ser útil y hacer café.

Ya con la fogata prendida mis problemas me rodean, ¿En que diablos estaba pensando? En ese preciso momento supe que era un tonto, hay miles de posibilidades del como pudo terminar eso de no haber sido por el extraño. Al recordar eso, un escalofrió sube por mi espalada como si fueran miles de arañas que trepan ahí.

Cubro mi cara con mis manos aguantando lanzar un grito frustrado, me intento calmar al escuchar que una tienda se abre. Mi corazón se mueve de prisa, aparece una cabeza rubia.... noto después que no es esa cabeza rubia que temía.

—Hola Tilda—saludé a la chica con cara de hambre

Ella me saluda con un movimiento de cabeza, se acuesta en un tronco mirando al cielo como muerto—suerte que se levanto—. Minutos después aparecen todos los chicos en excepción de Astrid.

—¿Qué vamos a desayunar?—preguntó entre una queja Tilda

—Déjame adivinar—dijo Patán—. Pescado

Heather desapareció hacia las tiendas de nuevo y volvió con huevos, todo lo necesario para hacer un desayuno normal.

—No, un desayuno

—Pregunta de el día—levantó la mano Brutacio, que parece un poco fastidiado—. ¡¿Porque no comimos eso?!

—Porque es un desayuno

—Heather yo podría comer desayuno todo el maldito día—habló Patán—. Pero no, decidiste matarnos de hipotermia con tus juegos de sobrevivencia

—¡No estas muerto Patán!—gritó la acusada

—Pues se sintió como eso—intervino Tilda desde la comodidad de su tronco

—Lo siento, pero yo no pienso ir a pescar y morir hoy y ningún otro día—se sentó Patán en modo indio mientras se cruza de brazos

—Lamento interrumpir tu arrogancia Patán, pero traje lo necesario para está mañana, lo demás está escondido, así que si quieres almorzar hoy tendrás que acompañarnos—dijo Heather

Patán esquivó su mirada a las tiendas, donde sus ojos brillaron como estrellas, fruncí el ceño, seguí su mirada donde hay una gallina—¿Desde cuando tenemos una gallina?—Patán se levantó más rápido que cuando estamos en deporte y tomo a la pobre ave.

—Ella será la solución—nos enseñó a la gallina como si fuera un trofeo

—AAAH!—gritó Tacio arrebatándole el ave—. Nadie se comerá a mi amiga ¿Cierto Gallina? Sí

—Lamento mi confusión, pero ¿qué?—interrogó Patapez lo que yo no logre hacer

—Gallina es mi amiga, mi nueva confidente—explicó o eso creo

—JA JA JA Mamá va a matarte—se rio Brutilda

—¿Por qué mataría a Brutacio?, seria más útil que mataran al pajarraco—añadió Patán

Un Misterio en BerkWhere stories live. Discover now