Capítulo 16, Temporada 1

Začať od začiatku
                                    

—Sí, Amo—ya estaba impaciente por ver algo interesante, o ir abajo a ver a los caballos.

Doblaron por otro pasillo y volvieron a dar con las escaleras, mientras bajaban el Amo la cogió de la muñeca, tal vez en un gesto para comunicarle que aún estaba bajo su control.

—¿Recuerdas las reglas?—su tono fue como de amenaza pasiva, de advertencia.

—Sí, Amo, las recuerdo bien—se sonrieron mutuamente.

La mansión resultaba impresionante, imponente. Tanta amplitud la hacía sentir en un hotel.

—Aquí a tu derecha hay más cuartos de huéspedes—continuó—Enfrente esta la cocina.

El tramo correspondiente a la cocina en el centro de la mansión resultaba más extenso que cualquier lugar donde haya vivido. Vieron un cuarto relativamente pequeño, solitario como una isla en medio de la estructura.

—Otra habitación que permanece cerrada—"¡Maldición!, ¡¿Cuántas habitaciones secretas habrá?!"—La sala y del otro lado mi oficina y la biblioteca—mostrando unos muebles de lujo y detrás de ellos un par de puertas dobles.

—¿No hay tele, Amo?—"sería el colmo, una mansión tan grande y ni siquiera podría ver series".

—Hay una en la oficina—"¡genial! ¿Por qué debía estar la tele precisamente en otra habitación prohibida?".

—Y supongo que solo podría ir a su oficina con su permiso...

—Puedes ir cuando quieras—"Ok, eso no me lo esperaba"—También a la biblioteca.

Llegaron a la puerta principal, la puerta doble de entrada, ante la cual pararon en seco y un hombre vino a abrirla para ellos, Dafne supuso que se trataba de algún mayordomo, por su vestimenta y elegante postura.

—¿Ves ese comedor de allá?—señalo con la barbilla.

—Sí, Amo, lo veo.

—Es donde debes estar cada noche a las ocho, puntual... Aquel es el desayunador—le indico un cuarto compuesto por puertas de vidrio con marco de madera blanca—Donde Sergio toma el desayuno todas las mañanas a las 8 y media. Si vas a acompañarlo debes avisar, si vas a querer el desayuno en la cama debes avisar. . Si tu amo va a unírseles o a solicitarlos para alguna cosa, no avisare-"Es que aun sentía la necesidad de dejarme en claro que él mandaba".

Al fin salieron a un luminoso exterior que la dejo deslumbrada luego de días guardada en su recamara.

—¿Ves esa edificación cercana a muro?—ciertamente, una gran extensión de terreno que rodeaba la mansión se encontraba completamente cercada por un alto muro.

Le respondió afirmativamente.

—Ese es el garaje al que no debes acercarte—torcieron hacia la izquierda, aun la sujetaba de la muñeca. Al alejarse de la entrada Dafne vio una piscina rodeada de suelo adoquinado, cuya agua cristalina refleja y concentra la luz del sol.

—La piscina, la cual podrás usar cuando quieras—la visión de aquel estanque le alegro el corazón.

Podía imaginarse feliz fluyendo y chapoteando al atardecer. A cada instante los miedos que había cosechado mientras estuvo encerrada se echaron a perder por la imposibilidad de germinar. ¿Cómo podría auto convencerse de ser miserable cuando tenía la oportunidad de hacer unas de sus actividades favoritas a diario?

Y aun le retaba ir a ver a los corceles. ¡¿Qué más podía pedir?!

—Ahora te mostrare el establo—casi daba saltitos de alegría.

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoWhere stories live. Discover now