Hogar, dulce hogar

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El departamento de la tailandesa era pequeño pero espacioso, se había independizado a los 17 cuando dejó Tailandia y desde entonces había estado viviendo allí. No era la mejor zona de Corea pero no estaba nada mal

-¡Bueno Nini, bienvenida a tu nuevo hogar! ... Por lo menos hasta que encontremos a tus dueños...- comentó mientras colgaba la chamarra en el pechero.

Dejó a la pequeña Nini en el suelo y avanzó a la sala

- ¡Leo, ven aquí dormilón, quiero que conozcas a una chica linda!- canturreó feliz ante la idea de una posible novia para su peludo compañero.

Pasó de largo, dejando sus llaves en el mesón que dividía la sala de la cocina y lanzó un par de miradas al pasillo que daba a su cuarto, ya que a el peludo le gustaba dormir allí siempre que ella salía

- ¡Leo, ven aquí!-Insistió sin ningún resultado. Lisa se cruzó de brazos y miró a la gatita que caminaba a su alrededor- perdonalo, es un poco holgazán...¡Leo traje comida!-Al poco tiempo un gato llegó adormilado hasta su dueña. La de flequillo tomó a la pequeña ragdoll y camino hasta su gato, un perezoso Scottish fold- Nini, él es mí querido Leo y ... ¡No, Nini no, dejalo!- Lisa apartó rápidamente a la de pelaje blanquecino al ver como se lanzaba sobre Leo para atacarlo.

El pobre se erizó hasta la cola y huyó del salón con los pelos de punta, dejando a la rubia sorprendida ante la reciente acción de la felina que volvía a estar dócil ante sus ojos

-¡Nini mala, no puedes atacar a Leo!- la reprendió sujetándola frente a ella, pero sonrió al verla bajar las orejas en sumisión y no pudo seguir con su regaño- bueno, te perdono, supongo que después de estar allí afuera sola debes tener un poco de miedo- sus propias tripas sonaron, Lisa amplió los ojos y rió- Debes estar tan hambrienta como yo. Ven, te daré un poco de leche- Rodeó el mesón y abrió la nevera sacando una caja de leche y también un paquete de sándwich y queso-Esto para ti...- colocó un tazón con leche frente a la gata y sonrió al verla beber- vaya, para estar en la calle comes como toda una damita

Preparó su sándwich y caminó hasta el sofá, una película y quizás un poco de helado la ayudaría a olvidar su roto corazón. Sin embargo después de una hora  y media de netflix entendió que ni el helado ni la película ayudarían

-¡Estúpida Tzuyu!- sonó por enésima vez su nariz con una toallita absorbente, la hizo bola y volvió a tomar otra para repetir el proceso. Escuchó un maullido y al levantar la cara divisó a Nini frente al sofá mirándola atentamente- ¡Seis malditos meses y nunca se sincero conmigo!- bufó chequeando su celular para luego aventarlo lejos- ¡y ni una puta llamada!, ¡Ni un puto mensaje de disculpa, como si yo no hubiese existido!- sorbió su nariz, y volvió a centrar su atención en la felina quien seguía atenta a sus movimientos- se lo que piensas, ¿soy patética, no? Estoy desmoronandome por una chica que justo ahora debe estar follando de lo más zorra con mí puta amiga- mencionó, como si realmente aquel animal la estuviese entendiendo- pero fueron seis meses, ¡Joder, seis putos meses! y no deja de doler

se recostó en el sofá y cubrió sus ojos con un brazo. Se sentía rota y traicionada, había vivido muchos momentos con Tzuyu, antes de ser novias eran amigas y eso lo empeoraba todo

-La historia siempre se repite- susurró Lisa, vencida- quizás deba dejar de intentarlo

Volvió a sollozar. sus relaciones siempre terminaban de ese modo, sus ex solían decir que ella no era muy cariñosa en sus relaciones o que no dedicaba suficiente tiempo, y que ese era su error

¡Nunca tienes tiempo para mí!

¡Solo te importa el sexo Lisa!

¡Quieres más a ese apestoso gato que a mí!

¡Lalisa Manoban, ni siquiera me estas escuchando!

Eso y más eran palabras de chicas con las que salió alguna vez y la última que llegó a su mente fue la que término por abrirle los ojos:

¿!Por qué nunca dices que me amas Lisa!?, ¡estoy segura que incluso si me acostara con mejor amiga frente a tus ojos no te importaría en lo absoluto!

Eso había dicho Tzuyu en su última discusión, yacían dos semanas de eso. Ese era otro de sus errores, la tailandesa jamás decía te amo, pero eso no significaba que no las halla querido. Lisa era muy sincera y solía dejar las cosas claras desde el inicio, aunque parecía que al final sus parejas terminaban olvidándolo y era ella quien salia lastimada. Volvió a su mente el beso entre Sana y Tzuyu, jamás había notado nada extraño entre ellas hasta esa noche, ¿Seria posible que ya desde entonces hayan tenido un romance?, si bien la rubia tenía el don de alejar a las chicas, su tiempo se dividía entre el estudio de baile, pagar cuentas y cuidar de su gato, incluso sus amigos eran prioridad. Joder. ¿porqué no podía simplemente ser una buena novia? ¿Qué tan difícil podía ser?. Las lágrimas volvieron a nublar su vista y antes de volver a llorar sintió un peso sobre su cuerpo. Miró al frente notando a la gata mirándola desde su pecho

-Es mí culpa Nini, siempre término alejando a todos de mí- confesó entre sollozó. De algún modo siempre terminaba haciendo daño sin proponérselo. Sintió la pequeña pata del animal tocar su nariz y luego ladear la cabeza de forma adorable, ese gesto hizo sonreír a la rubia quien se quedó encantada con la mirada grisácea de la felina- Tienes unos ojos preciosos Nini- Lisa acarició su cabeza y en respuesta ésta ronroneó- Veo que a alguien le gustan los mismos- No sé como tus dueños te perdieron de vista pero  prometo que yo cuidaré de ti

Me Enamoré De Mí Gata (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora