¿Felinas?

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Lisa se estiró en la cama, se sentía calentita y abrigada. ¿desde cuándo la cama de Rose era tan grande? Normalmente al estirarse tocaba el cabezal de la cama, pero en esta ocasión no alcanzaba ni la almohada. Extrañó...

Se sentó en la cama y miró a su derecha impresionada al ver la enorme barrera de almohadas ¿estoy soñando? Ob5servo hacía arriba, ni siquiera alcanzaba a ver a la australiana ¿tan grande fue el muro que construyeron antes de dormir?

Miró a su alrededor y se alarmó al ver su ropa expandida en la cama, incluyendo su ropa interior

-¡Roseanne Park, si abusaste de mi mientras dormía te juro que... !

Pero unos gruñidos la hicieron callar. ¿qué había sido eso?

-¿Rose, estás allí?- un nuevo gruñido felino la confundió- ¿Chu está contigo?

Intentó asomarse con dificultad. Para su sorpresa, le resultó sencillo trepar las almohadas, al parecer sus uñas habían crecido lo suficiente para engancharse en la tela.

-Siento que estoy trepando el monte deberes, esto es patético ¿desde cuándo te volviste acumuladora compulsiva de almohadas?- comentó sin entender en que momento el muro de almohadas había aumentado tanto -¿Hey Rose, qué..? ¿Rose?- Lisa miró confundida el otro lado de la cama. No había ni rastros de su amiga, lo único que había era un Curl americano, blanco y naranja, acostado panza arriba en la cama ¿de dónde habia salido ese gato?

Por alguna razón empezó a olfatear, averiguando quién era el felino. Y le bastó con rodar sólo un poco su esponjoso rabo para alarmar al minino, quién de un salto se puso en en cuatro patas, bufando y gruñendo

-¿¡Lalisa Manoban, por que trajiste otra gata, no te bastó con las que ya tenemos!?

Lisa amplió los ojos al ver que quien acababa de quejarse era nada más y nada menos que el Carl americano, encrispado frente a ella

-¿Rose?

La nombrada amplió los ojos, LLENA de panico

- ¡Oh por dios, sabía que follar con una chica gato me traería consecuencias! ¡Ahora desarrolle poderes felinos!

-Mierda... debo estar soñando

La australiana sabía que algo en esa voz le era familiar. ¿pero cómo era posible?

-¿Lisa? ¿Lisa eres Tu?

-¿Por dios Rosie, qué te pasó?

-¿A mi? ¿ya te viste en un espejo?

-¡Eres una gata!- dijeron ambas al unisono- ¿¡Qué!?- exclamaron a la par

Tanto Rose como Lisa saltaron de la cama con intenciones de llegar hasta el espejo pero en el intento cayeron de bruses al suelo

-¡Mierda!

-¡Mis pies no funcionan! ¡No puedo ponerme de pie!- Rose intentaba pararse en sus peludas patas féminas sin éxito, para un gato era imposible mantener el equilibrio por mucho tiempo

-¡Espera, ya-ya casi llegó!- Lisa se arrastraba hasta la Peinadora. El gran reto era subir- Rose, ven aquí, voy a subirme a tu espalda

-¿¡A mi qué!?- la australiana volvió a caer al suelo

-¡Rose deja de intentar, no vas a lograr parate en dos pies...! ¡digo patas!- corrigió- ¡ayúdame a subir!

-¡No vas a montarte en mí espalda Manoban!

-¡Que vengas!

-¡Obligarme!

Y Lisa no se inmutó. Con el escaso control de su nuevo cuerpo, saltó hasta la australiana, revolcandola. Pelo naranja, blanco y grisáceo salpicaba por doquier mientras los maullidos y gruñidos se oían en toda la habitación

Me Enamoré De Mí Gata (Jenlisa)Where stories live. Discover now