9 (I) | Los borrachos son difíciles de matar

Comenzar desde el principio
                                    

Me pregunto qué pensaría mi padre si me viera hoy en día. Si supiera lo que Vieri hizo conmigo. Si hubiera sabido el destino que me aguardaba, estoy segura de que, de algún modo, él mismo habría acabado con mi vida.

Pero aquí sigo, viva y coleando, mientras mis padres y mi hermano están muertos hace tanto tiempo que probablemente no queda ni un hilillo de carne en sus huesos.

Suspiro e intento centrarme en lo que estoy haciendo, apagar mis pensamientos aunque solo sea por unos minutos, pero es difícil hacerlo cuando todo lo que tengo que hacer en este preciso momento es esperar.

Últimamente siento como si estuviera viviendo en uno de esos sueños lúcidos donde soy consciente de que estoy soñando pero eso no evita que el sueño siga su curso. Hago todo lo posible por centrarme en el trabajo, en hacer lo que me corresponde sin fallar, y por ahora lo estoy consiguiendo, pero en cuanto me quedo sola no dejo de pensar en Vivi, en lo que ocurrió, y de culpabilizarme una y otra vez, y luego pienso en mis padres y mis hermanos, y después, como si alguien hubiera puesto un espejo sobre mi conciencia para que pudiera verla a todo color, pienso en todas esas personas a las que yo les hice justo eso mismo: arrebatarles la vida sin compasión. Sé que estoy entrando en un círculo de autocompasión, de rabia y de tristeza, pero no tengo ni la más mínima idea de cómo salir de aquí. Nadie me enseñó a hacerlo, no tengo a una persona al lado que me ponga una puñetera mano en el hombro y me indique el camino a seguir, así que tengo que arreglármelas yo sola, como de costumbre.

Para mi desgracia, cuando eres un Fantasma, el luto es un lujo que no te puedes permitir. Tienes que seguir adelante porque las lágrimas no están permitidas para aquellos que no somos vistos como personas, sino como herramientas. Toca seguir trabajando hasta que el cuerpo no aguante más o hasta que cometas un error y se termine tu vida. Ese es el futuro que me espera y, aunque no me guste, no tengo ninguna otra opción.

Cuando Pantera me entregó este encargo, estaba tan ocupado que ni siquiera me miró a los ojos. Lo agradecí, porque no tengo ni idea de cómo habría reaccionado si, de algún modo, intuía la muerte de Vivi tras sus pupilas. Él es la última ancla a la realidad que me queda. Si pierdo esto, si lo pierdo a él... Ni siquiera me atrevo a pensar en las consecuencias de que alguien como yo se encuentre en esa situación.

«Es fácil» me dijo con la cabeza enterrada en un montón de papeles que no me atreví a mirar. «Entrar y salir. Y sé discreta. No quiero nada de sangre y ni una sola mirada puesta sobre ti».

Así que me estoy ciñendo al encargo lo mejor que puedo, porque no tengo nada más que hacer —más allá de ir perdiendo la cabeza lenta y dolorosamente, quiero decir— y porque, en fin, es mi trabajo. No quiero joderlo todo otra vez.

El salón está a rebosar de gente y el objetivo está a la vista, con la copa medio vacía. Solo tengo que esperar un poco más. Saco una botella de la nevera, cuidando de no tocar absolutamente nada con la mano izquierda y pongo cuatro copas vacías sobre una bandeja.

Una de las ventajas de matar en un entorno donde las apariencias lo son todo, es que incluso los camareros tienen que vestirse como monos de feria. Todos los camareros llevamos guantes y los míos no parecen fuera de lugar. Por supuesto, nadie sería capaz de detectar qué los hace diferentes sin mirarlos muy de cerca. E, incluso entonces, les costaría detectar la pequeña aguja en la palma de la mano, tan diminuta que apenas notarías su pinchazo si te atravesara el brazo.

Lleno las cuatro copas y me dirijo al salón, con la espalda erguida y la bandeja en alto. Sé cuál es mi objetivo, y también sé que no debo pensar en ello, hacerlo demasiado evidente. Me paseo y sirvo dos copas a una pareja de invitados que se acerca a mí y esquivo a otros dos que parecen buscarme con la mirada.

Fantasma [+18] - Dark romance seriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora