Tinta Roja {FanFic Jason McCann}

Capítulo veintiuno "No"

— ¿Ya no sabes tu edad?

—Dime cuantos años tengo, Jade.

—Diecisiete.

Le digo obvia.

El muerde su lengua y suelta mi brazo, ¿qué pasa? Cierra los ojos y se va para atrás.

—Si tuviera diecisiete estaría en una correccional hasta cumplir la mayoría de edad —Es cierto— Pero estoy preso —escupe él.

Me quedo helada. Es cierto, estaría en una correccional. Suspiro pesadamente.

—Sí, solo suspira. Puedes irte si quieres. —No hago ni un movimiento— ¿Te quedarás ahí parada? Bien. —Cierro los ojos— Esto es solo un capricho de niños.

Abro los ojos, eso es lo que le dije hace más de una semana. Cuando me volvió a encontrar. Y tenía razón, es un puta capricho de niños. Un día sí, al otro no. Tal vez. No lo sé. Ni siquiera sé que somos.

Ya no estoy cabreada, estoy frustrada y creo que él también.

— ¿Estas enfadado? —pregunto.

Sí, mala mía.

Otra vez.

— ¿Y a ti qué te parece? —Pregunta— Estaba de lo más cabreado y ahora solo tengo el alma en el suelo porque mi —se calla— no sé qué —esa soy yo—ni siquiera tiene la noción de cuantos años tengo. Lo único que sabes sobre mí es mi segundo nombre. ¿Y sabes lo qué es lo peor de todo? Que yo sé todo de ti. Sé que te gusta. Que no te gusta. Sé tus cosas, sé tu cumpleaños, tu edad —remarca eso— sé que duermes con mis playeras cuando tienes miedo, sé que no has leído mi carta y la tienes hace más de dos meses. Solo quiero sabes algo, ¿cuánto tiempo me fui? —Pregunta— Solo responde eso.

—Cinco semanas y media. —respondo.

— ¿Sabes qué pasó en esas cinco semanas y media? ¿Sabes por qué me fui? —Niego, nunca supe porque— En esas cinco semanas cumplí años, dieciocho  para ser exactos. Me fui para que no me arrestaran y si llegaba a pasar estar alejado de ti. Pero no pude. Porque cuando me arrestaron estabas en mis brazos.

Y ahora estoy a dos metros de él. Cada uno por su parte. Al igual que al principio.

—Jade —él me llama, estoy perdida en mi cabeza— ¿tienes idea desde hace cuánto nos conocemos?

Me pongo a hacer cálculos. Y es como si tomo me pegara un cachetazo en la cara.

—Cuatro meses sería mucho.

—Exacto —dice, él relame sus labios.

No entiendo a qué quiere llegar. Pero sé que no es muy bueno. Ambos nos quedamos callados. Yo no tengo idea de que decir y por primera vez creo que Jason se interesa más en nosotros que yo.

Tengo un nudo en la garganta. Y creo que él también. Tengo miedo de lo que pueda llegar a decir.

Abro la boca para poder decir algo pero las palabras no salen. Como si él hubiera leído mi mente responde.

—No te quiero Jade. Te amo.

También lo amo. Pero me odio. Me odio por no saber nada de él. Por no interesarme demasiado en sus cosas, ni siquiera sé cuál es su deporte favorito, o cuál es su color preferido.

—También yo —le digo— Te amo.

El niega con la cabeza. No. No, mi mundo se cae.

—No, tú me quieres Jade y yo recién me doy cuenta de eso. Y tú también.