Tinta Roja {FanFic Jason McCann}

Capítulo dieciséis "Acuerdos"

Abro los ojos impresionada. Jason suplantando a Axel en su negocio.

Un momento, ¿cuál era el negocio de Axel?

—No haré eso —Jason se negó a la propuesta— Yo no juré nada con Axel.

—Claro que lo has hecho —no tengo idea de quien habla—, él lo ha dicho.

—Mintió. Es un mentiroso, viene de familia ¿qué se puede hacer? —pregunta.

—Y tú también lo eres.

Jason no responde.

—Tuve esta misma conversación con Axel antes de separarme de él ¿Cuál creen qué fue mi respuesta, tarados? Fue un simple “Ni de coña”

—Pues ahora estamos sin jefe, estamos con la jodida policías pisándonos los talones, al igual que tú — ¿La policía sabía que Jason estaba en Las Vegas? —Todos estamos en la misma situación.

—Yo no —responde— Estoy totalmente bien.

Miente. Él no está para nada bien.

 —Follar no es estar bien Jason, tampoco drogarse.

— ¿Tú que vienes a decirme eso a mí? —Ese tono no me gusta— Eres igual o más basura que yo.

—No me compares contigo. No soy un chiquitin en problemas como tú.

—Según tú ambos estábamos en la misma situación, ¿a qué juegas?

—Estoy metiéndome en tu juego, ¿acaso no te gusta?

— ¿Así planeas que yo quiera mandarlo a ustedes? ¿Por qué lo haría? Son inservibles, mi hermano está muerto por ustedes.

 — ¡Él no iba a entregar! ¡Iba a dejarnos!

— ¿En serio creyeron eso? Es su táctica. —Jason ríe— ¿Hace cuánto qué están en esto, niñatos? ¿Dos, tres meses tal vez?

—Cuatro —dice uno. Su voz es áspera y baja.

— ¿Y ustedes creen que pueden venir a mi casa, tratar de abofetearme y creerse mejor que yo por el simple hecho de que estuvieron al lado de mi hermano por cuatro meses? Pueden empezar a tunarse para chupar mi polla.

—Escucha…

—No, tú escucha  —Sí— Si yo me metería en ese jodido negocio seguramente les daría una buena patada en medio del culo y los echaría ya que no me servirían de nada.

— ¿De nada? ¿En serio? —Pregunta uno— Amigo, tengo contactos en el FBI.

—Wow —Jason finge asombro— ¿Hablas en serio? ¿Y si tantos manejas el FBI por qué no impediste la muerte de tu jefe? Adelante, soy todo oído.

—No pudimos, ya sabes... —

— ¿Alguno sabe cuántas veces pisé una cárcel? —pregunta. Joder, eso no lo sabía— Diez es poco.

Me sorprendo. Sabía que causaba muchos problemas, pero no que había estado diez veces en prisión.

— ¿Y tienen idea de cómo salí? —Silencio total—Salí por mis contactos.

— ¿Y por qué no sacaste a tu hermano?

—El dinero ya no podía cubrir todo lo que él había hecho.

En ese momento quisiera correr a sus brazos y abrasarlo. Decirle que estoy aquí para él, que siempre lo estaré.

—Escucha, Jason. Si no has hecho trato con Axel bien, pero él dejó un último negocio sin completar.

— ¿lo voy a tener que dirigir? —pregunta.

—Así es.

— ¿Y de cuánto es lo que estamos hablando?

—Éxtasis y cocaína. Más de 90 kilos.

— ¿Y si yo lo llevo a cabo cuánto será lo mío?

—El cuarenta por ciento.

—Salgan de aquí.

— ¿Cincuenta?

—La puerta está abierta.

— ¿Sesenta?

—No estoy muy a gusto.

—Setenta.

—Avisen cuando y donde. Pero eso sí —Me asomo un poco a la isla de la cocina y puedo ver como Jason los apunta con el dedo a todos— cuando esto termine no pienso ver la cara de ninguno de ustedes, simios.

— ¿O si no qué? —pregunta un pequeño.

—Van a suplicar por su vida, así de fácil. Ahora salgan de aquí antes de que cambie de opinión.

Y como si sus palabras fueran órdenes, que en realidad lo son, todos salieron por la puerta sin ningún pretexto. Al cerrarse la puerta salí de la cocina.

— ¿Vuelve el primer Jason que conocí?

—Nunca se fue —responde con una sonrisa en el rostro— y jamás lo hará.