Capítulo Ocho

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Harmony Wright

(06/08/2022)

Abro mis ojos gracias a unos breves movimiento. Parpadeo unas cuantas veces para despabilarme y volteo a ver a mi amiga que es la causante de despertarme y me levanto para sentarme en la cama. Intento decir algo pero ella coloca su mano derecha en mi boca y con la izquierda me hace un gesto de silencio, al detallarla mejor veo su cara de preocupación y me tenso en mi lugar sin saber qué hacer cuando de pronto se escuchan unos gritos al exterior de nuestra cabaña y Sam empieza temblar un poco por lo que retiro su mano de mi boca despacio mientras la observo, agarro y entrelazo su mano con la mía y me preparo para susurrarle intentando estar tranquila aunque por dentro este aterrada.

—¿Sam que ocurre? —susurro con terror que me oigan afuera.

—No...No... Lo... se— titubea mientras sus ojos reflejan el pánico. —Algo está ocurriendo allá afuera Mony , desperté por los gritos.

>> ¿Y si es un asesino? No puedo comunicarme con nadie —murmura nerviosa. — No tenemos ni una barra de señal , ya lo intente y es de madrugada. Tenemos que salir de aquí.

Ella deja mi mano y se levanta para agarrar nuestras chaquetas del pequeño clóset mientras veo sus manos temblar. Me arroja mi chaqueta morada y ella empieza a colocarse la suya mientras me pide con un gesto que hagamos silencio. De nuevo volvemos a oír los gritos pero distingo a una voz pidiendo ayuda y se me eriza la piel al reconocer que se trata de Indira. Sam me observa nerviosa mientras comienza a buscar algo en la mesilla de noche y la imitó luego de colocarme la chaqueta para buscar mi teléfono y encender la linterna. Ella agarra la pequeña llave de la cabaña y se guarda su teléfono en el bolsillo. Me alejo de ella para buscar mis zapatos y colocármelos rápidamente, para poder idear un plan de lo que haremos para escapar de lo que está ocurriendo afuera o de quien está provocándolo.

Empiezo a idear internamente que haremos mientras termino de colocarme el calzado. Mi amiga se acerca a mí al escuchar de nuevo los gritos pero está vez escuchamos con claridad que varios están golpeando las puertas de las cabañas e intentando salir. Nos damos una mirada de pánico y nos dirigimos a la puerta de la cabaña e intentarla abrirla con la llave se me viene a la mente varías escenas de películas de terror y me digo lo estúpidas que somos al intentar salir con un asesino en serie al exterior y no me calma la idea de estar en el medio de un bosque pero no tenemos otra opción y quedarnos aquí esperando que esa persona venga por nosotras no es una muy buena idea.

— ¡No abre!— exclama mi amiga haciéndome regresar a la realidad.

— ¿Cómo que no abre?— respondo mientras grito en voz baja.

—No puedo abrirla, maldita sea.

La veo forcejear con la llave intentando abrir la puerta de madera. Pero no hace el mínimo intento de abrir.

—Déjame intentar— murmuro mientras intento ser la calmada de nosotras para no tener otro ataque de pánico.

Ella se hace a un lado y me da la llave mientras alumbra un poco con la linterna de su teléfono. Ingreso la pequeña llave dorada a la cerradura y cuando empieza a girar suelto un suspiro al saber que está abriendo pero empiezo a inquietarme al haber llegado al final de la vuelta y aún permanece cerrada.

— ¿Está es la llave correcta? —pregunto ya impaciente por intentar y no obtener resultados.

—Claro que sí, no soy una estúpida para darte la llave de mi casa en esta situación— me grita de mala manera.

La miro sorprendida en mi lugar y ella se da cuenta de cómo me habló y su cara demuestra arrepentimiento.

—Lo siento por hablarte así...— la corto y le hago una señal de que no importa y le doy un pequeño apretón en su mano al ver algunas lágrimas deslizándose por sus mejillas.

—Está bien, estaremos bien lo prometo—digo para tranquilizarla aunque no se cuan cierto sea eso.

Ella se calma mientras empieza a respirar tranquilamente y le digo que se siente mientras yo sigo intentando abrir la puerta. Aunque no soy la única por los golpes y gritos de mis compañeros indicando que están en la misma situación. Al no poder abrirla me colocó de espalda en la puerta e intento calmar mi respiración mientras me deslizó sentándome cerca de Sam que sigue en silencio cerca de la pared respirando rápidamente y temblando en silencio, después de un rato no somos las únicas en cansarnos y solo se escucha el sonido de nuestras respiraciones. No sé cuánto tiempo estamos así hasta que veo por debajo de la puerta un poco de luz. Ingreso la mano en mi bolsillo derecho sacando mi teléfono y encendiendo la pantalla para visualizar la hora, el reloj indica que son las 6:30.

Escucho a unas puertas siendo abiertas y nos levantamos  luego de batallar internamente  a intentar por no sé cuál vez abrir la puerta. Al ingresar la llave y girarla se escucha el click indicando que el seguro fue desbloqueado. Sam y yo nos miramos, ella me da una señal de que abra la puerta mientras la veo sostener un frasco de gas pimienta que no se en que momento guardo en su bolsillo.

Al abrir la puerta, la claridad y algunos rayos de sol me hacen parpadear para adaptar mis ojos a la luz. El camino de las cabañas está como que nada hubiera pasado, giro un poco mi cabeza para observar y veo a chicos y chicas afuera de su cabaña y apenas algunos saliendo pero todos tenemos en común la expresión de pánico y terror en nuestros rostros. No me doy cuenta en qué momento tenemos unos brazos a nuestro alrededor y tres chicas llorando en medio del abrazo y no tardó en entender que son las pelinegras y pelirroja de mis amigas.


—Cada vez estamos mas cerca, el primer paso ha sido dado señor.

—Esto es solo el inicio Beliah, disfruta el espectáculo.

Fue lo ultimo dicho para ver a esa misteriosa sombra desaparecer.



No olviden olviden comentar y votar, nos vemos en el próximo capitulo.

Un beso.

AndreaDarlin!

Veinte AlmasWhere stories live. Discover now