Capitulo Veintidós

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Harmony Wright



Sangre eso es todo en lo que me concentro, Sam se encuentra cubierta de ella,veo su rostro lleno de pánico al ver el cuerpo sin vida del rubio.

—Yo...L-lo m-matee– se echa a llorar.

Me levanto como puedo ignorando el dolor de cabeza que siento en estos momentos y la abrazo con fuerza ella no tarda en devolverme el abrazo.

Siento unos pasos acercarse y me quedo tranquila al ver que se trata de ellos, me hago a un lado dándole oportunidad al castaño de acercarse y consolar a Sam. Sin pensarlo me lanzo a los brazos del platinado el se muestra sorprendido pero no tarda en corresponderme también.

—Ese golpe debió doler— murmuró tocando su cabeza donde se puede observar la herida, el no tarda en quejarse— te dejo sin neuronas— trato de aligerar el ambiente.

—Ve quién habla, tu casi te quedas sin columna—se burla, no tarda en notar la herida de mi cabeza que está sangrando un poco— A ti también te dio una paliza solecito.

Hay un cadáver a unos pasos de nosotros y estábamos bromeando.

Lindo

Una neblina llega de repente haciendo que se nos dificulte mirar a nuestro alrededor, solo algo está claro el camino.

Suelto un suspiro, no tardó en pasar la lengua por mi labios resecos.

Debemos seguir adelante.

Escucho gruñidos y varios ruidos a nuestro alrededor, algo se aproxima y debemos correr.

Siento que lo que nos sigue está cada vez más cerca y cuando estamos por llegar al final del camino todo se detiene.

No hay más gruñidos, pisadas ni niebla.

Esto no es normal, nada aquí es normal.

Aiden toma mi mano y me pregunta si estoy bien, no tardó en hacer un gesto de que todo está bien aunque nada este bien.

Al irnos acercarnos veo con claridad varias antorchas encendidas en los árboles, al volver mi vista ya no se encuentra el camino, estamos de nuevo atrapados.

El viento comienza soplar, los árboles se mueven y de pronto se hacen más visible unas figuras cada vez se acercan más, no se con claridad que son lo que si se es que vuelvo a mirar esos ojos que son difíciles de olvidar, son iguales a los de mi pesadilla y a los que... vi esa noche en la cabaña cuando fuimos a investigar.

Esas misteriosas figuras se muestran como unos jóvenes, aunque eso dudo que sean, sus cabellos platinados hace unos días me hubiera resultado extraño pero ahora no gracias a él, lo veo de reojo, su mandíbula está tensa y sujeta mi mano fuertemente como si en cualquier momento me fuera a desaparecer.

Uno de ellos nos mira fijamente y vuelvo a observar esos escalofriante ojos, se trata de un ojo completamente rojo y el otro amarillo, jamás pensé que eso podía ser posible al menos no sin lentes de contacto. Hay como Veinte de ellos y cuatro de nosotros estamos en desventaja.

—¿De que fiesta de disfraces de escaparon ustedes? Porque déjenme decir que se ven geniales.

¿En serio dijo eso? No puedo creerlo.

El que se muestra como el líder analiza a John, mi amiga no tarda en jalar a el pecoso y pedirle que se calle.

—Eres valiente humano me gusta, tienes agallas podrías unirte a nosotros.

—No lo siento, gracias por la oferta pero mi mamá me prohibió unirme a grupos satánicos— suelta con sarcasmo.

Joder John cállate.

Veinte AlmasWhere stories live. Discover now