Capitulo 1 La noche que terminó en desastre

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Hola! Bienvenido y bienvenida a mi primer historia.

Estoy muy feliz porque ya tenemos portada hecha por mí (hice lo mejor que pude), y porque ya superamos las cinco mil lecturas, gracias por leer y votar!

Bueno ahora son 10 mil lecturas, y llegamos al puesto 8 en Dramione el 8 de Enero, sólo para que quede constancia lo dejaré escrito aquí.

Bueno ahora son 23 mil lecturas y estamos en el puesto 5 de Dramione, y como esta fue mi primer historia está llena de errores ortográficos, la estaré editando poco a poco.

Espero te guste mi historia, los capítulos se hacen más largos conforme avances, porque es lo primero que escribí, así que la historia iba creciendo y yo también.

Si te gustan las historias cursis, románticas y con drama, toma asiento, esta es para ti, gracias infinitas por leerme!

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Se suponía que iba a ser una noche especial. Desde temprano empezó con los preparativos para tener todo listo. Revisó que estuviera todo preparado; vestido limpio y sin ninguna arruga, zapatos brillantes y perfectos, perfume con un aroma un poco más fuerte del que acostumbraba, pues en esta noche quería que la vieran, que se dieran cuenta que estaba allí, y por último el peinado. Éste último fue lo más difícil, pues a lo largo de la semana había pasado horas enteras en los baños de mujeres del segundo piso aprovechando siempre que Myrtle no estuviera para elegir el peinado adecuado, sacrificando horas que pudo haber pasado en su querida biblioteca. De hecho había tomado una poción durante toda la semana para que su cabello castaño siempre enredado y crespo, luciera lo más bonito y natural posible.

Así que desde que terminaron las clases fue a repasar que todo siguiera listo, aunque sabía que ya lo estaba. Ella, siempre previsora en todo, se dio cuenta que el tiempo que pensaba dedicar a arreglarse no sería suficiente, así que no tuvo oportunidad de verse al espejo cuando terminó y un poco nerviosa y aprisa, salió de la sala común de Griffyndor. Por los pasillos solo quedaban algunos rezagados como ella, pero nadie la prestaba atención. 

"Todavía no, pero lo harán, tienen que hacerlo", pensaba mientras iba llegando casi a las escaleras. Sabía que al dar la vuelta Viktor estaría esperándola y que con un poco de suerte Ron se quedaría boquiabierto de verla y de ver quien era su acompañante en el baile de Navidad. Sabía también que Harry se alegraría por ella, y si todo salía bien le diría a Ron algunas palabras que lo hicieran sentir mal por no haberla invitado él al baile. Bueno, sabía que eso era mucho pedir. Todo lo que había hecho para estar bonita ese día había sido por Ron. El idiota de Ron.

Sentía algo de pena por Viktor, pero él nunca le había insinuado algo más que no fuera una amistad. Quizá fuera porque ella lo había dejado claro desde el momento en que le pidió ir al baile. Le dijo que sí, pero que solo sería como amigos. Así que Viktor aceptó pensando que los londinenses tenían unas costumbres muy raras y creyendo que tendría una oportunidad con ella.

Pero lo que Hermione no sabía al bajar por la escalera y comprobar que efectivamente todos la veían con la boca abierta, que Viktor estaba esperándola y que Harry la vio al principio sorprendido y después con una sonrisa muy grande por como lucía su amiga, era que todo se iba a arruinar y claro que la culpa la tendría Ron.

Ron, Ron, Ron, siempre Ron.

Así que Hermione inició el baile con Viktor junto a los otros campeones. Disfrutó ver a Harry sin poder corresponder los pasos de Parvati y disfrutó después bailar con Viktor. Disfrutó el ponche y se divirtió como nunca. Hasta que Ron comenzó a insinuar cosas tontas como que ella fraternizaba con el enemigo o que Viktor al ser mayor se quería aprovechar de ella. Así que su mágica noche terminó con ella llorando en las escaleras mientras sus dos amigos iban a su dormitorio mientras murmuraban "mujeres" y "ya sabes cómo se pone, ya la conoces". Se sentía tan tonta, su maquillaje estaba empezando a arruinarse por las lágrimas, sentía que la cara le ardía de tristeza, de enojo y de humillación y veía unos mechones saliendo de su peinado, el que había preparado durante una semana para Ron. Estaba perdida en sus pensamientos, mientras pensaba como podía hacer que el pelirrojo sufriera, maquinando planes para que sintiera aunque sea la mitad de dolor que ella había sentido esa noche que no se dio cuenta que cierto rubio había observado toda la escena mientras sonreía burlonamente.

Draco Malfoy avanzaba sigilosamente entre los pocos alumnos que quedaban en el baile. Cual serpiente al ver a su presa, avanzaba con el porte que caracteriza a un rey, pues así lo habían educado sus padres y así lo trataban sus compañeros de Slytherin. Sentía la emoción de un cazador nato cuando está a punto de capturar su comida. Pero como buen depredador, quería divertirse primero con ella asfixiándola por ejemplo, para ver hasta dónde podía hacerla sufrir antes de dar el golpe/mordida final. Y sin sus dos amigos Weasley y Potter, tenía la situación perfecta para lograr todo lo que quería.

Así pues, puso la sonrisa más engreída de su repertorio cuando llego al inicio de las escaleras, a una distancia donde fuera audible para Hermione.

- ¿Pero qué tenemos aquí? ¿Tu cita se cansó de ti Granger?- Hermione, que llevaba varios minutos ocultando su cara, levantó un poco la mirada para ver al autor de ese comentario tan desagradable aunque no se sorprendió al ver a Malfoy. Estaba tan metida en sus planes de hacer sufrir a Ron que ni siquiera hizo caso del comentario y volvió a agachar la cabeza. Malfoy que no estaba acostumbrado a que la castaña lo ignorara volvió al ataque con un comentario más hiriente- Claro que yo también me hubiera largado, sólo mírate, con tu intento de lucir bien, ni aunque te pongas ese vestido y te arregles pasas cómo alguien agradable a la vista, no les llegas ni a la punta de los talones a las de Beauxbatons.

No hubo respuesta por parte de Hermione, sólo estaba ahí con la cabeza agachada y algunas lágrimas todavía saliendo de sus ojos. Pero a un Malfoy no se le puede ignorar, eso se considera lo peor, así que Draco siguió molestándola, sabía que de alguna forma hallaría la forma de hacerle daño.

- Me pregunto si a los de Griffyndor no les importa que haya una traidora entre ellos, aparte de sangre sucia, eres una falsa, andando por ahí del brazo de Krum. Pasando información y ayudándole a pasar sus pruebas, – rio burlonamente – tonta Granger, no consigues que alguien te quiera en Hogwarts y buscas desesperada por algo de cariño en Durmstrang, pero sabes en el fondo que Krum sólo se junta contigo porque eres un ratón de biblioteca y se aprovecha de ti...

Draco no siguió con el discurso que había estado preparando para ese momento. Lo preparó mientras veía como Hermione se desplomaba en las escaleras cuando sus amigos se iban, pero dejo de hablar, pues no veía caso, ella seguía con la cabeza abajo pensando y pensando y Malfoy se preguntó si habría oído algo de lo que dijo. Su comportamiento era extraño, la valentía de la que presumía su casa no se dejaba ver esa noche, pero él sabía que estaba ahí, lo había comprobado el año pasado cuando Hermione le propinó un buen golpe en la nariz. Aún seguía resentido por eso y no había tomado su venganza. Claro que nunca le pegaría a una mujer, pero había otras formas de hacerla sufrir.

El rubio recordó a Potter y Weasley subiendo las escaleras y dejándola sola llorando, así que decidió que atacaría con todo por ahí. Hermione ya no lloraba, su cara poco a poco iba recuperando su color y había levantado un poco la cabeza, aunque no miraba a Draco.

- Pero si hasta tu amigo el campeón Potter, – dijo las últimas palabra con cara de asco y repulsión – te ha abandonado, ni siquiera le interesa lo que te pueda pasar – Hermione ahora lo observaba pero sin interés, tenía cara de estar con la mente en otro lado, lo cual exasperó más a Malfoy, porque peor que el odio es la indiferencia.

Draco la había llamado sangre sucia, había dicho que no era bonita, que Krum solo se quería aprovechar de ella y le había dicho que era una traidora a Griffyndor. Pero parecía que Hermione no estaba en el mismo lugar que él, así que perdiendo un poco los estribos, se agachó para tomarla del brazo y sacudiéndola firmemente le susurró:

- ¡Potter no durará en el torneo, es un idiota y te aseguro que en la siguiente prueba terminará muerto y tú te quedarás sola! – Hermione que se había prometido a sí misma no molestarse e ignorar a Malfoy siguió con su mirada de indiferencia y se soltó de la mano del Slytherin de un solo movimiento, lo miró una última vez a los ojos y se dispuso a dar media vuelta para subir a su dormitorio, pero Draco en un último intento aprovechó la corta distancia que había entre ellos y murmuró -: Cuando Potter ya no esté, te podrás quedar a la comadreja para ti sola, eso si Weasley está dispuesto a aceptar a alguien como tú – dijo lo último viéndola de los pies a la cabeza y con el gesto característico que Malfoy tenía siempre que la veía.

Y estaba bien, ella ya era inmune a esa mirada, casi cuatro años le habían enseñado a no sentir nada cada vez que Malfoy la veía así. Pero sin embargo el problema fue que él mencionó a Ron en esa última oración. Entonces Hermione sintió que le hervía la sangre y levantó finalmente la mirada cargada de odio a Malfoy, pero éste siendo un experto en ese tipo de miradas supo que ese odio no estaba dirigido a él. Y sonrió, porque había encontrado un muy buen motivo para molestar a Hermione. El motivo era Weasley, la comadreja.

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