Capítulo 18

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Blitz: en el fútbol americano o en el fútbol canadiense, un blitz' o red dog, es una maniobra de un equipo defensivo en la cual uno o más linebackers o backs defensivos (quienes normalmente permanecen en el lado defensivo de la línea de scrimmage ...

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Blitz: en el fútbol americano o en el fútbol canadiense, un blitz' o red dog, es una maniobra de un equipo defensivo en la cual uno o más linebackers o backs defensivos (quienes normalmente permanecen en el lado defensivo de la línea de scrimmage durante una jugada) se les ordena que crucen la línea hacia el lado ofensivo en un intento de taclear al quarterback u obstruir un intento de pase. (Se hace una carga para capturar al mariscal de campo).

Desde que era un niño había anhelado una familia y entonces apareció ella, con muchos recuerdos en una caja. Durante años trato de olvidar su vida en el orfanato, hizo como si no existieran. Por las noches, cuando no estaba en su supuesto viaje de negocios, Aurora le contaba historias de su padre. Anton era leal, divertido y le gustaba coquetear. Amaba el fútbol, fue por eso que empezó a jugar. Dayton quería ser alguien parecido a su padre.

Ahora, cada recuerdo estaba esparcido por el suelo, hecho pedazos. Un reflejo de su vida. Una vida construida a base de mentiras. No solo eso, sino que el culpable de todo era el esposo de su madre.

—¿Es cierto? —Deseo que lo negara. Quería tanto que solo fuera un engaño. —Lo que dijo ese hombre no puede ser cierto. No tiene sentido.

Aurora no lo negó.

—¿Quién eres?

—Soy tu madre. Te adopte legalmente el año que te fui a buscar al orfanato. No te di a luz, pero sigo siendo tu madre. Nada ha cambiado.

Dayton quiso beber, pero la botella estaba vacía. En su lugar la tiro contra la pared, donde se rompió en mil pedazos. Hace unos años le habían dado una advertencia, o iba a un programa de control de ira o lo suspendían del equipo.

—Déjame adivinar. Dos amigos se enamoran de una mujer y el que tiene dinero arruina al otro.

—Hay más de lo que no sabes.

—Pero no estoy lejos de la verdad.

Aurora mantuvo la distancia y tenía las manos levantadas, como si tratara con un animal asustado.

—Anton y Jason eran mejores amigos. Conocí a tu padre cuando tenía dieciséis, nos enamoramos, éramos dos adolescentes locos por la vida. Él me entendía como nadie lo hizo jamás. Pero amaba más a su amigo, cuando se enteró que Jason estaba enamorado de mi terminó todo. Jamás lo engañamos. Todo comenzó con un malentendido.

Mentiras. Mentiras.

—Me entere que eran amigos cuando iba a casarme con Jason. Las cosas se salieron de control. Anton intento por todos los medios explicarle pero no le dio una oportunidad. Ellos se alejaron. Meses después de mi matrimonio me encontré de casualidad con Anton, me conto que tenía un hijo. Habían pasado años desde que pudo ver a Jason y pensé que era una buena oportunidad para que se reencontraran.

Como deportista tenía que cuidar su cuerpo, dietas, ejercicio, chequeos médicos. Nada de eso importaba. Busco una cajetilla de cigarrillos en uno de los cajones, saco uno y lo encendió.

—Anton estaba luchando por sacar adelante a su familia, me ofrecí para cuidarte por las tardes. Tenías dos años, eras un bebé, y comenzaste a llamarme mamá. Jason descubrió que nos veíamos antes de que pudiera contarle. Fue otro malentendido.

—¿Sabes lo que creo? Que solo sabes mentir. Ustedes arruinaron mi vida, esa es la única verdad que importa. No tienen justificación.

—¿Qué no sea tu verdadera madre es la causa?

—No. Que me mintieras lo es.

—Dime que tengo que hacer para arreglarlo. No dejes que Jason te haga lo mismo que Anton. Tenemos que demostrarle que no le tenemos miedo y que no va a acabar con nosotros.

Algo que nunca admitiría en voz alta era que Steve era una persona que admiraba y envidiaba por partes iguales. Podía ser su amigo porque había conseguido todo gracias a su esfuerzo, porque tenía una familia que lo apoyaba.

Resulto que lo que tenía se lo había dado el padre de Steve. La primera vez que se reunieron llego con su traje hecho a medida y con su secretario, no menciono a Steve, solo a Aurora. Le mostro un acta de nacimiento y expuso cada mentira de Aurora. Lo que más le humillo fue cuando saco los recibos, los registros de cheques emitidos para pagar su educación y demás. Todo era dinero de Jason.

La cereza del pastel, bien podía ser solo otra mentira, que movió los hilos para que le ofrecieran un contrato en el equipo de los Venados. Todos sabían que Steve se ganó su lugar, nadie lo pondría en duda. ¿Y Dayton? ¿También se lo había ganado?

—Si ustedes tres desaparecen de mi vida tal vez pueda ser feliz. ¿Puedes hacer eso madre?

***

El secretario Long se encargó de todo. Ese año no iban a celebrar las fiestas. Recomendó a los trabajadores que mantuvieran su distancia del señor. Llevaba años al servicio de la familia Harvey, era quien mejor los conocía. Tenía sesenta años y había visto tantas vidas ser destruidas por culpa del dinero y estatus social. Era como una maldición familiar.

El fallecido señor Harvey hizo objeto de sus defectos a su hijo, lo presiono para que fuera mejor que él. En consecuencia, Jason hizo lo mismo con Steve. Años de inseguridades y miedos pasados a la nueva generación.

No pudo proteger a Jason, solo era un simple trabajador más, pero quería salvar al joven Steve. A diferencia de sus familiares, temía que si se rompía no habría vuelta atrás. Cuando solo se observa en silencio se entiende mejor a las personas.

A pesar de que Jason no lo pidió, le preparo una taza de café. Toco dos veces antes de entrar. El señor estaba absorto en las fotografías que guardaba. Coloco la taza de café a un lado. Jason le hizo un gesto para que se fuera.

—Señor —tomo una respiración profunda—, puedo hacerle una pregunta.

No hubo respuesta.

—¿Qué pretende lograr con todo esto?

Jason acarició la foto donde aparecía Anton.

—Quiero que lo que Aurora más ama la destruya. Que sus hijos la odien y sienta que se muere por dentro. Tal como me he sentido todos estos años.

Estaba tan centrado en lo que sentía que no se daba cuenta que eso solo la alejaría todavía más.

—Voy a quitarle todo, si lo que ama es al hijo de Anton, entonces lo destruiré también. Aurora va a volver a pedirme perdón.

Jason Harvey cumplió su palabra.


Capítulo editado en enero, 2023. 

Máxima JugadaWhere stories live. Discover now