Capítulo 2

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Capítulo 2

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Capítulo 2

Duración de un partido: El fútbol americano consta de cuatro cuartos de 15 minutos, con un descanso después de los primeros dos.

 

Steve no tenía el don de las palabras como las personas que lo rodeaban, sus amigos en especial. Hace años que entendió que no podía expresarse de la misma forma que el resto, pero podía hacerlo mediante el deporte.

El secretario de su padre le conto una vez que cuando llego a la casa no hablaba, dijo que no era que no podía sino que no quería. No estaba muy seguro de eso. Jason fue a buscarlo cuando tenía cinco años, luego de que su madre muriera (no recordaba nada de ella), y lo llevo a su casa. Aurora, la esposa de Jason, lo acogió a pesar de ser el hijo de otra mujer. La amaba más que a su verdadera madre.

Steve miro la casa durante un largo rato antes de decidirse a bajar del coche. Una de las mucamas lo recibió en la entrada, lo saludo con una sonrisa y le indico donde estaba Aurora.

—¿Acabas de llegar? —Pregunto Aurora al verlo—. Mírate, estas helado, tus manos están frías.

Lo llevo a la sala y lo obligo a sentarse frente a la chimenea, una vez satisfecha, le pidió a la mucama que les trajera algo caliente para tomar.

—Pensé que no ibas a poder venir. Tu padre tuvo que salir en un viaje de negocios, vamos a almorzar solo nosotros dos.

Steve sonrió y asintió.

Aurora le conto de su ultimo evento para recaudar fondos para un orfanato, le hablo del libro que estaba leyendo y de lo que le conto su amiga Adele. Acabados los temas de conversación, le recomendó alimentarse mejor, le dijo que lo veía más delgado que antes. Luego lo llevo al primer piso para que viera como estaba quedando su habitación de costura; le mostro las diversas telas que tenía y los proyectos que quería comenzar. Le encantaba coser.

La escucho, atento a cada cosa que dijera sin importar cuan pequeña fuera. Alabo sus proyectos terminados y la animo a iniciar su propia empresa. Algo que no haría, pero él amaba ver el brillo en sus ojos cuando se lo decía. Le dio un recorrido, innecesario, por la casa destacando los cambios que hizo en los últimos meses. Le dijo, emocionada, que mientras trataba de hacer un pastel casi quema las cortinas, rieron juntos uno recordando y el otro tratando de imaginarlo.

No dejo de sonreír mientras la escuchaba parlotear.

Cerca de las ocho de la noche, Jason regreso a la casa. Fue directo a donde se escuchaban las voces y al verlos se quedó paralizado por un breve instante que bien pudo habérselo imaginado. Lo saludo de manera fría y se fue directo al despacho.

Aurora tomo su mano y le dio un apretón.

—Solo está cansado.

***

Máxima JugadaWhere stories live. Discover now